jueves, diciembre 09, 2010

La Premonición

Este relato ya lo publiqué una vez, y otra vez, y otra vez, repetir para mí, es reforzar la certeza que soy ahora producto del que fui, sin necesariamente ser el mismo, y si me olvido lo podría volver a repetir, por eso lo repito una y otra vez.

Hasta hace 46 años, cuando un bicho chaquetero, el Día de los Indios era esperado por mi, no porque me gustaba vestirme de indio, realmente nunca me gustó, sino por la caravana.

Sucede que mi madre tenía la tradición de llevarnos ese día en una carreta halada por una yunta de bueyes desde el centro de la capital donde vivíamos hasta la iglesia la Ceiba de Guadalupe, un viaje, hoy día de 20-30 minutes, en una yunta de bueyes era de seis horas.

Pero la condición de mi madre para poder viajar en este lujo era vestirse de indio. Lo hice hasta que cumplí diez años, la última caravana que mi madre organizó, y para que ella aceptara llevarme, le puse parches a un blue jean y a una camisa vieja, y me pinté el bigote (la parte que más me gustaba) mi madre aceptó ésta modificación de no tan buena gana… fue la última vez que salimos en familia en caravana.

Debido a esto la Ceiba de Guadalupe, y la Virgen de Guadalupe, siempre tienen un profundo respeto en mi mente, y un dulce recuerdo en mi corazón. Y tanto la Virgen como la iglesia son piezas fundamentales en el turning point de mi vida, cuando en 1979 me pasó este suceso, se alteró mi existencia para siempre.

PREMONICIÓN

Doña Marina era una mujer de estatura baja, pelo negro corto, piel clara, cara siempre sonriente y ojos dulces.

Hacía ratos había ingresado al hospital y su carisma humilde y alegre nos había cautivado a todos los estudiantes, residentes y médicos de staff.

Ella llegó con un "me canso rápido al caminar y me da mareos". Su palidez y exámenes de laboratorio confirmaron Leucemia... una enfermedad terminal de la sangre, y la falta de tecnología de nuestros centros de salud en la época de los años 70s, la hacía una segura muerte.

Todos los estudiantes practicantes conversábamos con ella, y dentro de mi rotación, se me asignó su cama.

Varias mañanas, después de la ronda, me quedé platicando con doña Marina e hicimos una personal amistad en dónde ella, como madre y mujer madura, aconsejaba un estudiante de medicina huérfano de madre en la flor de su juventud.

Tenía tres hijos y un esposo quienes religiosamente llegaban todos los días a visitarla. Doña Marina había entrado caminando, pero la enfermedad había progresado hasta destinarla a la cama... pero su cara y espíritu alegre nunca la abandonaban... y éste día cuando ella me dijo su Premonición, estaba tan débil, ¡y todavía!, su dulce sonrisa no era forzada...

Sucedió a principios del último Diciembre de la memorable década de los años 70s. Yo me había voluntariado quedarme por vez primera hacer turno nocturno en el Hospital Rosales. Era Lunes y llegué después de haberme puesto una señora talega el fin de semana, un samingo de pura jodarria y chupe, de esas mini zumbetas que lo dejan a uno moralmente hecho mierda.

Mis ojos eran rojo carmín y mis nervios cables eléctricos.

Las adicciones que ocasionaban despelotes en los años 70s, entre la juventud universitaria capitalina de la que fui parte, eran limitadas a seis drogas: música rock, guaro, cigarros, marihuana, cafeína y anfetaminas..., algunos se limitaron a una, muy raros los que a ninguna, y el gran pijo, como yo, a todas.

Entre mi mara jamás recuerdo hubo crack, cocaína, o para arriba, la marihuana era la droga más "fuerte", pero también era la más perseguida y estigmatizada; en cambio, los cigarrillos eran más socialmente aceptables, el alcohol el más aclamado, el café era de ley, y la anfetamina una necesidad.

El ponerse a verga era parte del currículum de la mayoría de los estudiantes de Medicina de mi época de los 70s.

Terminar un parcial, o una rotación clínica, y después ponerse a verga en La Puesta del Sol, Mar y Tierra, El Zorba, o cualquiera de las tienditas que abundaban alrededor de la Universidad, o del Hospital Rosales, estaba en el pensum de la carrera de Medicina entre mis compañeros con quienes rolaba y estudiaba... y las anfetaminas vendidas libremente a dos por peseta como pastillas Sinsueño sacaban de agüite cuando por agarrar zumba o por huevón, no se estudiaba con tiempo.

Todas estas drogas, excepto la mota, se vendían libremente en la tienda o la cantina de la esquina desde los siete años para arriba.

Pues una de esas papalinas de dos días que se termina viendo diablos es la que me había clavado el fin de semana cuando como a las diez de la noche de ese fatídico lunes, y con una terrible goma que sólo mi juventud la hacía soportable, Doña Marina me llamó y me decía:

-Qué le ha pasado doctorcito, usted anda muy mal mi hijito, a ver ¿porqué bebe? ¿No ve que está echando al traste su vida? ¿Por qué no deja el vicio?... -Siempre me aconsejaba, eran regaños placenteramente sanos... pero cuando yo andaba sano, pero en medio de la cruda ese día sentí tocaron mi orgullo y contesté ofensivo y sarcástico:

-No niña Marina, sólo fue una celebración ayer y se me pasó la mano, pero no padezco del vicio..., así me mentía a mí mismo despreciando el comentario de esta buena mujer...

-Sus compañeros me han dicho lo que hizo una vez en un viaje debido al vicio, busque a Dios doctorcito, sólo creyendo y teniendo fé en Él dejará el vicio.

Sentí una estocada profunda a mi ego.

¿Pero cómo se atreve ésta vieja hijelagranputa? -y en voz alta, y sacando pecho, agregué:
-Yo soy estudiante de medicina niña Marina – y recalqué con orgullo-, voy a ser médico, atenderé esas enfermedades y vicios, ¿cómo los puedo padecer yo?.

Me creía inmune a cualquier mal mental o corporal, e insolentemente terminé diciéndole:

-...Y también creo y tengo fe en Dios, pero no creo sólo eso cure vicios y enfermedades, o no estaría usted aquí...

Creí pagarle con éstas palabras la herida que a mi ego su sano consejo había infringido, y a la vez retaba la fe en la que no creía, porqué cuando la busqué no la encontré, pues no la busqué con fe en hallarla...

-Dispénseme, no se lo dije con mala intención mi doctorcito, pero déjeme decirle esta cosa, y es que con mi fe yo voy a sanar, y mi Diosito no me dejará morir, pero su falta de fe lo llevará a la orilla de la muerte en la que yo estoy ahora...

Desde que llegó al hospital ella había pedido permiso para poder salir el 12 de Diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe. Ella quería entrar en penitencia de rodillas al altar de la Iglesia de la Ceiba de Guadalupe, al occidente de San Salvador y orar a los pies de la Virgen.

Debido a su estado cada día peor, el médico jefe se negó y trató de disuadirla de su idea... pero ella estaba decidida..., así, con la intervención del capellán y el ofrecimiento voluntario de una enfermera para cuidarla, se le permitió ir y dicen -yo no fui- que hizo tal y como pedía, pues de rodillas recorrió la enorme distancia desde la puerta hasta el altar de la iglesia... ¡clínicamente un enorme sacrificio físico en su condición!... ¡pero con sublime fe espiritual lo logró!...

Tres días después de cumplida su promesa a la "Virgencita de Guadalupe" sus conteos anormales sanguíneos comenzaron a estabilizarse hacía los rangos normales.

¡Y ante el asombro de todos comenzó a mostrar mejoría!

La paciente salió aparentemente libre del flagelo y virtualmente recuperada para que el médico de staff le haya dado de alta dos semanas después, el día víspera de Navidad.

Doña Marina había cumplido su parte de la Premonición, y su diosito no la dejó morir.

Fue realmente algo que no estaba seguro si me alegraba, y era porque, sin decirlo ni mostrarlo, traumó mi mente...

Su caso fue habladuría hasta que los sucesos políticos cerraron la Universidad meses después, y por ende, la Escuela de Medicina...

¡Pero entonces comenzó la Premonición sobre mí!

Tamen
.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy "linda" esta historia. Yo soy cristiana, bueno, al menos eso creo, pero hay gente que asegura que no lo soy. En parte es porque no creo precisamente en eso de que al rezar (u orar) uno puede curarse. Hace algún tiempo, vi un programa gringo que se llamaba algo asi como "Milagros de la ciencia", era acerca de personas que habían estado al borde de la muerte, y "milagrosamente" se habían recuperado.Los doctores no podían explicar las razones. Entre los "beneficiados" habían evangélicos, católicos, musulmanes, judios, agnósticos y ateos... Por eso es que yo no creo que Dios tenga algo que ver con la recuperación, porque si igual se recuperan agnósticos y ateos, mientras que hay evangélicos y católicos que mueren... De todas maneras, me alegro mucho cuando alguien se recupera...

No sé la respuesta detrás de todo esto, pero he visto gente que ha orado para que algún familiar (en algunos casos hijos chiquitos) y sus familiares han muerto... y es que si Dios le concede el milagro a todo mundo, casi nadie se moriría... a menos que fuese por la vejez....y eso no es posible...

Anónimo dijo...

Perdón, quise escribir ... para que algún familiar se cure ...

Anónimo dijo...

si queres tener vida eterna cumpli las leyes divinas sino moriras derretido por los pecados y terminaras convertido en carbon para tener encendido el fuego del infierno

aqui te espero hermano
cristoviene@enlace.org

Tamen dijo...

Anónimo 1:25 pm. Yo si ceo en el poder de la mente y cuya máxima manifestacion los terrícolas llamamos FE. hay un viejo refrán que dice "la fé mueve montañas" es porque ha sido tantas veces evidenciado, especialmente en los "milagros" médicos inexplicables, el poder de la fé espiritual, sin fé no hay milagro. Tocante a la oración como parte de la liturgia religiosa, es otro pisto. A mi me fascina un pasaje del Nuevo Testamento cuando Jesús, que acaba de escuchar en El Templo alguien orando en voz alta para todos oigan le dice a sus discípulos que orar así es errado "nunca permitáis que tu mano izquierda sepa lo que hace tu dferecha, porque pierde mérito tu oración". Yo aún me atrevo interpretar ésto como un mensaje contra el reclutamiento religioso, la religón debía ser voluntaria, el creer en un Dios, sea tal cual uno lo consiga debía ser personal, no impuesto a huevos, una vez se me dijo a mi "si no quiere en el Dios bíblico no creas en Él pero crea en alguien cabrón, pongale fé a algo, algo como la silla donde está sentado, la cama donde duerme, la mesa donde come, el carro, lo que sea pero crea y tenga fé en ello y verá el resultado..." Yo ya no uso religión para mediar entre yo y mi Dios... y creo firmemente, desde lo que me pasó con doña Marina, que la fé mueve montañas.

Saludos!

Anónimo dijo...

Saber vea, pero el poder de la mente es cosa seria, yo me ponia a pija, bol, borracho, bueno perdido en el guaro, me valia todo y hay ta que un diya dije hasta aqui yegas guaro cabron y cabal diayi no ha pasado.
No voy a la iglesia ni por joder, ni le reso a nadie, no creo en eso, puta hoy estoy bien bonito, bien gordito, me ponen el guaro enfrente y digo NO, pero cuando uno quiere dejar de hacer algo que lo esta jodiendo uno solo puede.

Hereje salvadoreño. dijo...

Hablando de la Fe y Jesús, Saramago les diría que bien podía dios (si fuera bueno) haberle encomendado a José (padre de Cristo) pasarle el fax a los demás padres de familia, que Herodes iba a palmarse a todos los niños, ¿no? Según los periodistas de la época, (apóstoles) Jesús nunca pidió perdón en nombre de José.

Hey no me vayan a satanizar, porque soy gran admirador del Jésus humano, pero no del divino.

No iba a opinar de eso, sino de la fiesta de la Guadalupe, pero como nunca pueden escribir nada sin mencionar al sanguinario Dios hebreo.

Ciao.

Anónimo dijo...

LA JODA DEL FIN
no te la perdas que estara buena:

Hereje Jalvadoreno se va joda a la habana, puesto en el malecon se encontrara con la que no esperaba

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el anónonimo 1:25 pm. Reconozco que uno debe ser positivo, lo que algunos llaman tener fé... pero de que la fé te va a salvar cuando tu hora ha llegado... eso NO ES CIERTO... si alguien se cura cuando reza, pide con fé, etc. es porque simplemente no le había llegado su hora...

Mi vecina tenía cáncer y siendo una fiel miembro de la iglesia del Toby, pidió con fé por su curación... un tiempo después, fue al doctor y él le dijo que el cáncer estaba en remisión... ella, muy feliz, dió su testimonio en la iglesia, en la oficina y en el vecindario. SE PROCLAMO SANA PARA GLORIA Y SALVACION DE NUESTRO PADRE CELESTIAL (sus palabras, no las mías).

Sinceramente, me alegré porque dos hijos no iban a crecer sin su mamá... todo estaba bien, pero 6 meses después se sintió mal, sintió un abultamiento y fue donde el doctor... el cáncer había regresado y esta vez nada la pudo salvar.... SE MURIO, SUS HIJOS SI VAN A CRECER SIN SU MAMA...

No la salvó NADA... dicen que el mismo Toby dijo que había que tener fé, pero que tambien se siguiera visitando al médico, tomarse las medicinas, etc. (esto no me consta porque yo no visito esa iglesia)...

Piénsenlo bien, si Dios curara a todos los que con fé le piden sanación, CASI NADIE SE MURIERA DE ENFERMEDAD O POR CONSECUENCIAS DE UN ACCIDENTE.... la mayoría llegáramos a los 90 (más o menos) y ya NO CABRIAMOS EN LA TIERRA.... tan sencillo como eso....

Anónimo dijo...

de veras que tristeza me da ver tanta ignorancia, esa almas, que se creen todopoderosos, ignorantes busquen ustedes por si mismos la verdad, el Señor Jesucristo dice: conocereis la verdad y la verdad los ara libre, la vedad es Jesucristo, hasta cuando, sean libres de la ignorancia, de la droga el alcohol, la prostitución. cristo les ama, su sacrificio no fue en vano. leam Juan 5:39. orare para que mi padre celestial los liberte, para eso vino él, hacernos libres, Padre liberte a estas almas como lo hiciste conmigo, quita todo espíritu de soberbia y orgullo incredulidad, abra sus ojos espirituales y oídos espirituales, para que se cumpla lo que dice tu palabra. la fe viene por el oír y el oír la palabra de Dios. bendecidos.

Publicar un comentario