Coincidiendo
con las fiestas navideñas, que por muy viejo que me ponga siempre filtran mi
cuero y me ponen canelón… y para respirar, oxigenarme y sacar el CO2 humo
negro que se respira al escribir y abordar sobre políticos corruptos, ladrones, evasores de
impuestos, putos ideológicos, racistas, xenofóbicos…. y un revergo de etcéteras,
hoy traigo esta historia personal canelona.
"Olvidáte
del pasado que ya pasó, el presente es lo que cuenta…” He oído este aforismo miles
de veces, por decenas de diferentes humanos y en dos diferentes lenguas. El
último al que se lo oí casi a diario era un jefe que tenía aquí en Houston, le
enculaba acallar menciones de antecedentes, parámetros, experiencias que
retaban su estancia y proceder aludiendo el aforismo.
Pero mi ex jefe, y todas las decenas que me la dijeron
antes de él, están errados porque para mi entender el pasado es lo único que vemos y dice
vivimos…, es gratis y causa ningún daño…
Aún estas palabras que escribo son ya el pasado.
Veo en mi ventana la luz del sol y esa luz es el
pasado, ese fotón de luz le tomó ocho minutos en llegar de la superficie solar a
mis ojos y 500 millones de años desde su origen en el centro del sol a la
superficie solar.
Veo la luna y su luz reflejada es tres segundos vieja…, y la luz de
millares de estrellas, ¡man! Allí hay miles, millones, billones de años que
hablan sólo pasado y puro pasado…
El presente y el futuro son los que no cuentan porque
no existen y cuando llegan existir son efímeros.
Es la música la musa del recuerdo. Una melodía agita
ese pasado que ha hecho vibrar tantas emociones. Una canción inquieta el alma y
crea un poema, hace palpitar el corazón cuando hay amor, y ajolota la mente
cuando hay odio.
La Navidad de 1999 fue algo nuevo para mi. Hacía seis meses había regresado a vivir a mi bello e inmortal terruño después de 18 años
ausente.
Vivía sólo en un apartamento de tres cuartos en la
Cima 1, era afrontable a mi bolsa y ahorros, sólo 170 dólares al mes, 10-15
mensual de luz y 5-8 de agua… 200 bolas para vivir de fufurufo arrepentido.
El edificio quedaba en lo alto, en lo que fue las otrora
famosas Lomas de Candelaria, y desde mi apartamento se veía San Salvador y el
Boquerón nítidamente.
La calle cuesta arriba, que pasa enfrente del estadio
Cuscatlán, más arriba de este se bifurca en dos, la calle de la izquierda es una
subida que topa en el bar y restaurante El Neptuno…, esquina opuesta estaba
localizado mi edificio con cerca de 10-15 apartamentos.
Había regresado a terminar una meta que dejé
abandonada en 1981 debido a la guerra y esa Navidad de 1999 la iba a pasar en
completa soledad.
A principios de diciembre se llevaban a cabo los
exámenes finales en la universidad privada a la que asistía y yo trataba de
estudiar, pero tenía un gran clavo para concentrarme… era la música de El
Neptuno.
En El Neptuno había un solista que cantaba los jueves,
viernes y sábados. A mi me encula la música, la guitarra, la cantada… yo mismo
charranganeo la guitarra… Esto no era problema. El problema era que casi sin
falta el solista de El Neptuno cantaba el mismo set de canciones.
La primera vez que escuché las canciones me gustaron
en paleta, pero no tenía ni idea quién las compuso o quien las cantaba…, estaba
completamente desconectado de la música en español.
Manejando un carro de palanca y cambios, que tuve que
aprender porque nunca había manejado uno, les daba jalón a cuatro de mis
compañeros y compañeras del hospital de San Bartolo, los del asiento de atrás
hablaban de música, yo hablaba de fútbol con mi compa al lado… de repente la
compañera atrás me pregunta: ¿Jorge, y te gusta Luis Miguel?... yo respondí la
pregunta con esta pregunta: ¿En qué equipo juega?
No les miento cuando les confieso que casi me linchan
con todo y carro.
Honestamente nunca había hablar ni oído cantar en
Chicago a Luis Miguel…, como nunca había oído de Selena hasta que murió.
Y no es que me había vuelto malinche, Dios guarde,
sino que había vuelto ley en mi casa que, aunque sólo se hablaba español,
también por ley sólo veíamos televisión en inglés. La razón era que en Chicago
de los 80s y parte de los 90s había sólo una estación mexicana en FM de
rancheras y una estación de TV gratis pero sólo novelas transmitían.
Las canciones en español que oía en la casetera de mi
carro y el estéreo de mi casa eran las que me traje en mi diáspora o conseguía
con mi familia: Los Gatos, Los Brincos, Formula V, Los Mitos, Iracundos,
Kiriaps, Guaraguao, Alberto Cortés…, y pijo de etcéteras…. Yo seguía viviendo
la música en español de los 60s y 70s.
Después de seis meses en mi regreso y oyendo a este
solista en El Neptuno me di cuenta que no sabía de música contemporánea en
español.
No sabía de Luis Miguel, Franco De Vita, Pablo
Milanés, Silvio Rodríguez, Soda Estéreo, Caifanes, Adrenalina, Enanitos Verdes... Todos
de moda por esa época.
Pero para Navidad 1999, después de seis meses de
oírlas, y aunque no sabía quién la cantaba, quién la compuso o el nombre de la
canción, gracias a este solista de El Neptuno, yo ya me las podía todas de
memoria… pero también, como el muerto que después de tres días hiede, esas
canciones sin nombre ya me emputaban y para diciembre ya no podía concentrarme.
Una noche de sábado vísperas de mi último examen
final, de repente sonó una canción que me puso los pelos de punta, era otro
cantante quizás invitado del solista titular, un comienzo soso, lento, casi
aburrido…, pero conforme se escucha va gustando… paré de estudiar y me
concentré en escuchar.
Cuando terminó la canción fue un triunfo total por el
griterío de la mara que quizás debido a la estación navideña se oía la bulla más
grande… Para cerrar su set casi a las dos de la mañana el solista volvió a
tocar otra vez esta canción que hasta casi ocho años después pude saber su nombre,
compositor y cantante.
Un nombre peculiar, dialéctico, sin querer me hizo
pensar en mi propia vida: "Mi historia entre tus dedos".
Hoy que oigo esta canción de nuevo y de nuevoy de nuevo… me acuerdo Navidad 1999 y mi precioso terruño, mi linda y sufrida
gente que Dios siempre la tiene a prueba… y entonces vuelvo a escuchar esta canción
otra vez… porque el pasado para mi es el presente, es lo cierto, y el futuro es
incierto, ya que cuando llega, como el rayo de sol, ya es solamente el pasado.
Tamen
.