En la nave espacial los
extremistas de derecha, racistas, misóginos, matones, narcisistas, violentos, bocones, están
brotando del suelo como chicharras, pero son tan brutos, como su líder, que dejan
rastros bumerang que regresan contra ellos.
En Florida, donde residen mis hijos, el gobernador
De Santis, de ascendencia italiana,
se ha enfrascado en una jornada contra la apócrifa
democracia de su partido fascista, muy similar a la campaña fantasiosa del palestino en mi tierra, o
sea, apoderarse de todo, narrativa, instituciones,
educación, cultura, salud…
De Santis trata de suprimir a todo aquel que, usando
cualquier medio de comunicación o proyecto de masas, se oponga a su gobierno estatal.
La mera neta es que
así pienso será la futura democracia, quizás llegará ser conocida como la democracia
de comando. De Santis no está haciendo nada nuevo, los
derechistas e izquierdistas lo están haciendo. Ortega ya lo hizo, el musulmán de mi tierra también.
Hace apenas 4
lustros, esto jamás se hubiera visto:
El país que inventó la Pax americana y la democracia capitalista, quiere destruirlo todo…
Cabrón ese coronavirus Covid19 y su daño al coco.
El gobernador en
Florida, dicen los opositores, está abusando
de lo que claman los gringolandeses como "capital político".
Sucedió que fue
reelegido con 60% del voto total del estado (65% blanco, 13% negro y 58%
latino), entre latinos 69% cubanos y 56% potorros… Proclamando que a su partido
republicano lo apoyan los latinos "que están abandonando al partido demócrata…"
Pero el censo 2020
dice que en Florida viven 22 millones
mientras que en el resto del país viven 310 millones (332 millones total). Esta
gran tetuntada, en cambio, vota en
masa por los demócratas y rechazó a su
candidato republicano para presidente porque perdieron el voto popular
por 7 millones.
Entonces gritaron fraude e intentaron golpe de estado. Yo creí que esa onda
era exclusivo gen latino fascista, pero el fascismo anglo hoy lo grita en su meta de crear un fascismo
teológico en sustitución de la actual avejentada democracia capitalista.
En el Sunshine State el candidato demócrata Charlie Christ fue la clave
para perder pues este ya estaba trillado y trasnochado, sólo estaba
mamando del estado. Mal candidato.
Los cubanos siempre
han votado republicano, apenas conforman un mierdécimo bloque votante de hispanos, aún menos que mis hermanos
guanacos.
Casi similar a mi terruño, en su primer término
de 4 años el gobernador de Florida se portó con cordura y mesura, pero en su segundo término sacó el gorila fascista que quizás siempre
llevó dentro e impuesto leyes totalmente racistas, misóginas, pro religiosas y autoritarias,
esperando sus votantes sean fanáticos
sólidos como los masoquistas de mi tierra y la aguanten…
El partido fascista republicano,
en general, hoy busca desarmar la globalizada democracia libre mercado y transformar la unión americana en una teocracia judeocristiana.
En los próximos
comicios veremos de quién son las mulas.
En mi tierra el
palestino ya posee casi todo. Cuando
cierre la UCA, El Faro, LPG y EDH y se apodere de la UES, hasta
entonces poseerá todo... Por supuesto, como dije a un amigo, ganará la reelección y se convertirá en el primer presidente
de mi tierra ilegítimamente reelegido
con el "93%"…, porque si no gana con
más del 90% no se vale… Hasta entonces también veremos de quién son las mulas.
La nave espacial post pandemia es muy distinta a la pre pandemia como la pre-guerra es tan desigual a la post-guerra que sucedió en mi
idolatrada tierra cuando perdimos muchos valores
y mucha cultura, mi tierra
postguerra es la que sufrirá más, si sucediera otra guerra mundial en mis
días.
Puedo sonar
dramático, amarillista, escandaloso cuando creo y opino que la nave espacial va
directo a un planetario vergoloteo tipo religioso-racial, que será un tanto diferente a la última guerra
mundial que fue ideológica-racial…
El tetunte racial es el denominador común.
El gran
acontecimiento finalizará con el traspaso
imperial de la raza blanca gringoeuropea, que, después de haber manipulado a su antojo la nave espacial
desde el 12 de octubre de 1492, pasará el trono imperial a la alianza sino-asiática, los nuevos
planetarcas.
La elección de Donald
Trump –que yo sigo pensando fue en gran parte gracias a Putin-, corrompió el sacro imperio gringolandés
con sus patológicas narcisiadas.
Donald Trump, un
empresario que fracasó en casi todos
sus proyectos empresariales, se llevó
consigo al trono su supremacismo racial y su idiosincrasia vulgar, llevó su racismo al mero santa sanctórum del
imperio y totalmente lo dividió y corrompió.
El elemento racial se
apoderó de la mitad de los 157 millones
gringoeuropeos que quedan, a tal grado que este maje aún está libre y sin rasguño después de un televisado en vivo intentona de golpe de
estado, vanidosas transgresiones, fraude fiscal, estafas, violaciones…
El saco es pesado…
Amado ciegamente por casi un tercio de esta caterva raza blanca
mayormente subsistiendo en los
míseros estados de the Bible belt y todo el sur de USA, o sea,
descendientes de los estados esclavistas
que chuparon el gen racista de la
teta de la nana el cual quedó empotrado en el gen femenino después de casi 250 años de esclavismo.
A excepción de los
británicos, no existe, en magnitud
gringolandesa, el supremacismo racial en Europa.
De este desplome
cromosomal del pasado hoy han brotado Trump, De Santis, Margorie Taylor Green, Lauren
Boebert, Greg Abbott de Texas, Tucker Carlson…
El más exitoso medio de información derechista
en USA, Fox News, de paso, despidió
insólitamente al periodista supremacista racial y su lucrativo show por Tv
cable, que ha sido el más visto en USA en los últimos cinco años: Tucker Carlson Show.
Al mahometano que
despelleja mi tierra lo entrevistó
este supremacista racial hace 2 años… La única
entrevista a un show en vivo concedida quizás en toda su presidencia.
Fox News, el medio
informativo poseído por el sionista “australiano-británico-gringo” Murdoch,
tuvo que pagar $780 millones para asentar
y parar la demanda de una compañía
de máquinas computarizadas para sufragios electorales a las que su canal de
televisión falsamente acusó de
fraude electoral en 2020.
Tucker Carlson, por
supuesto, nunca ha aceptado fuese racista, quizás no lo es, o es el
equivalente de yo mismo siendo alguna vez ofensivo y despreciativo de mi hermano
indígena nativo al llamarlo "indio caitudo", porque ser racista o supremacista
racial lo diferencia diferentes
ingredientes, ser simple racista como son una buena tetuntada de anglos se
consideraría inofensivo sino pasara del epíteto étnico cultural.
El volado es que
Tucker Carlson él mismo confesó ser
un verdadero supremacista racial, el imbécil lo dejó textualizado, en un correo
electrónico a sus jefes, que fue el detonante para que el canal lo echara sólo dos horas después que
los Murdoch lo leyeran.
Hace un
par de semanas, estaba viendo un video de personas peleando en las calles de
Washington. Un grupo de tipos de Trump rodeó a un niño de Antifa y comenzó a
golpearlo hasta la saciedad. Eran tres contra uno, al menos. Saltar sobre un
tipo así es deshonroso, obviamente. No es como luchan los hombres blancos. Sin
embargo, de repente me encontré apoyando a la mafia contra el hombre, con la
esperanza de que lo golpearan más fuerte, lo mataran. Realmente quería que
lastimaran al niño. Podía saborearlo. Luego, en algún lugar profundo de mi
cerebro, sonó una alarma: esto no es bueno para mí. Me estoy convirtiendo en
algo que no quiero ser. El asqueroso Antifa es un ser humano. Por mucho que
desprecio lo que dice y hace, por mucho que esté seguro de que lo odiaría
personalmente si lo conociera, no debería regodearme con su sufrimiento.
Debería estar molesto por eso. Debo recordar que en algún lugar alguien
probablemente ama a este niño, y sería aplastado si lo mataran. Si no me
importan esas cosas, si reduzco a la gente a su política, ¿cómo soy mejor que
él?
Por los "tipos de Trump" Carlson se refiere a los Proud Boys, Oath Keepers, Three Percenters… O sea, grupos terroristas supremacistas blancos, algunos liderados por cubanos y mexicanos malinches, quienes fueron los que llevaron a cabo el asalto al capitolio.
Pero esta afirmación y aceptación de Tucker
Carlson en su e-mail a los dueños del medio fue el detonante para su despido ipso facto:
“Me estoy convirtiendo en algo que
no quiero ser.”
Es lo mismo que pasa con "América"... Gringolandia se está convirtiendo
en algo que quizás no le gustaría ser.
Tampoco es esto nada nuevo, porque como dijo aquél, la
Historia narra muchos pasajes similares
a esto porque siempre los terrícolas nos
olvidamos del pasado… Y tendemos a repetirlo.
Tamen
.