Cuando me encaramé en este blog, que ya cumplió
5 años de vida cibernética, lo abrí con mi amigo y ex compa de INFRAMEN,
MemoRDias, pero rapidol él se fue a abrir otro blog vergonazo y me quedé sólo.... Ya
encaramado en el macho tuve que jinetearlo y él único que hasta ahora había
colaborado en este blog fue Carles Puyol... Pero traigo una colaboración con
diferente estilo, variante enfoque, sarcástica y satírica trama, y completamente
ingenioso, por el economista usuluteco Juan-cho… espero lo disfruten y a
Juan-cho agradeciendo y deseando que no sea la única colaboración.
OSCAR A LA HONRADEZ
Por
Juan-cho
A nadie le
he confesado mi infernal, aunque verosímil por natural estupidez expresa y
confirmada, cuando solicitudes traslado al doquier. Sin embargo, no declaro ser
sabedor inconsciente porque yo si estoy enterado de suma perorata insinuación,
ya que en efecto, yo soy nadie, otro nadie a veces más y en otras menos
campechano de manudas malacrianzas. Por eso ahora, nuevamente, hago pública la
ilusoria presente solicitud extensiva a terceros, porque interesa que si no la
asimilan los segundos, que si son partícipes de la puerco-cracia trama de la
diaria actividad pública y privada, en calidad de feligresía o involuntario
acompañamiento, cómplice de los primeros responsables, sean los restantes
quienes reclamen a los realmente verdaderos protagonistas que gozan del
pecaminoso fruto contra el que desearía promulgar justificado reconocimiento;
primeros aquellos que vuelven perverso que los espectadores crean imposible de
creer en la honradez, al confirmar insistentemente a diario que no hay decencia
en este mundo cruel de hirientes carcajadas. No se le dice a turulato(a) para
que lo entienda mengano(a). Estos ya lo saben; faltamos los demás que no nos
llamamos turulatos; únicamente lo somos con nuestro complaciente y conformista
contemplar pasivo.
¿Por qué no
se crea un OSCAR A LA HONRADEZ?
Un país
como El Salvador, parecido a muchos otros (¿todos?) por manifiestas costumbres
de pomposo descarado proceder en los personajes políticos con títulos espurios
de sacrificados servidores públicos, circo imitadores hollywoodenses del
accionar dizque desdeñado de intereses mezquinos; merece, reclama, para iniciar
la gran solución, demanda con urgencia, la creación ad-honoren de un Pedro,
Cesar, Perencejo u Oscar premio-reconocimiento mesiánico a la honradez. Por
ahora son repetitivos los abusivos usufructos pecaminosos de la cosa pública y
privada, pues abundan, para mencionar parte del universo convicto, los
políticos que se auto inmolan invisible e ineludiblemente como CONDE.
Aclaro que
no son todos. Son muchos más.
No se crea
que tal nominativa presunción (la de conde) sea producto de delirios que
originan presumible imaginación incauta por creencia y aceptación sobre linajes
nobiliarios. Son Conde, por conde-nado altanero. Conde-nados por su final e
intermedio accionar con mano peluda olvidando el juramento inicial de probidad,
con desplegada jactancia o veladamente bajo subterfugios de mero ejercicio
inocente de fraudulentos derechos “ganados”. Son conde-nados con florecidos
cuernos, no por ser venado-parientes, ni demoniacos, ni cornutos, sino por
lucir chichones en su inflada oscura bandolera conciencia.
Como parco
contexto, brilla el publicitado folklor de meter preso al que se roba una
gallina, o de escandalizar y reclamar por el saqueo hormiga de los empleados privados y/o públicos que simulan
enfermedades para justificar ausencias del trabajo, se apropian de lapiceros,
papel, y otras baratijas de las oficinas, sonsacadas para uso personal
indebido, etc. Pero, es irritantemente curioso los oídos sordos y actitud conformista contra el desfalco elefante, excepto coyunturalmente para réditos de campaña
electoral o desprestigio al competidor o potencial contendor, o para el
cotidiano chambrerío discursivo de cafetín, pero, nunca para propósitos
correctivos, mucho menos sancionatorios.
Desfalco
elefante lamentablemente hay en la esfera pública y privada. Bancos y otros que
no pagan los impuestos que les corresponden, cobros desmedidos. Etc. Pero la
peor desfachatez, la ejercitan aquellos que en su calidad de funcionarios, no
sólo levantan la mano para jurar su cargo; luego la estiran para peticionar
beneficios arbitrarios, infames y ultra reprochables, máxime cuando alrededor
reina la pobreza. Por ejemplo, mencionemos la vergonzosa costumbre de gozar de
una lujosa flota de vehículos a su servicio sin faltar la respectiva dotación
de combustible en calidad de impío despilfarro de los recursos públicos; de
cobrar bonificaciones por mañoso retiro voluntario, a milésimas de temporalidad
para que termine el periodo para el que fueron nombrados. Y la lista de
fechorías podría ser interminable.
Cuando hay
aplaudibles ataques de decencia, los desvergonzados conde-usuarios de derechos
siniestros protestan airadamente y/o justifican su marrullero proceder.
Recuérdese como aullaba con críticas ácidas el ex magistrado popularmente
conocido como “pupusa power” contra
la Sala de lo Constitucional, luego que el anterior presidente de la Corte
Suprema de Justicia tuvo el “provocativo” arrebato de corregir algunos abusos
en materia de asignación de impropios abusivos beneficios a los funcionarios de
esa institución, incluyendo el reducir a $300
mensuales (el doble del salario mínimo neto) la cuota de gasolina que
podría gozar un magistrado. Es turbio, deshonesto e inaceptable pretender
justificar que los funcionarios necesitan para asistir “oportunamente” a sus
reuniones, y para un eficiente ejercicio del cargo, disponer con el costo ajeno
de vehículos, y lo peor es que en plural cantidad y deplorables accesorios. De
lo contrario, el resto de poblanos empleados que, a lo sumo con su mucho menor
sueldo tiene un carro, o sólo les alcanza para viajar en transporte público, es
“natural” que sean ineficientes, de tardía comparecencia a su jornada de
trabajo. Etc. etc. ¿? ¿? ¿?
Es una pena
de elefante dimensión que un(a)
encumbrado funcionario público actual, segundos previos antes de terminar su
mandato como magistrada de la Corte Suprema de Justicia, haya decidido “voluntariamente” renunciar a su cargo,
para tener derecho “justo” a
embolsarse con manifiesta ilegitimidad la pequeña suma de más de $23 mil inocentes dolarucos (siendo todo el pecado por un valor de $122 mil
pues ya que el bien marcha solitario, el mal siempre tiene compañía). En prudente escurridizo defensivo
accionar contra “el qué dirán”, esperó
cerca de seis meses, para cobrar el chequecillo respectivo, confiando que así
no sería visible ni ostensible su pecado. Lamentablemente, el cálculo fue
errado, y su bochornoso proceder publicitado. Pero en el país de las
maravillas, “maravillosa” incluso resulta la descarada pobreza: La pobreza descarada
de valores, en quienes son afortunados y aplaudidos por su “sacrificada”
caminata en el intempestivo por indecente ejercicio público. Mejor promulgar un
Oscar a la Honradez para ojalá
sustituir el deplorable pero flamante vigente “premio” al exitoso trinquetero.
Al ex
“presi” (ya que presidiario debiese
ser) Hernán Contreras de la Corte de
Cuentas, al menos podría considerársele candidato para un potencial Oscar a la honradez, considerando que
en forma “voluntaria” decidió rechazar la milenaria dólar bonificación a que
tenía derecho, según propia autorización del maleficio beneficio que los
truculentos dirigentes salientes se auto
recetaron en humilde reconocimiento a sus servicios prestados “desinteresadamente”, transcurridos chingo de
vampíricos años de chupete ejercicio de presidente y cortesanos de la corte que
apenas cuenta. Aunque claro, por suerte previamente hubo una andanada de
protestas por el abuso.
Hasta la
fecha son pocos los que tienen garantizado, más que ser candidatos, merecido
reconocimiento al Oscar o perencejo reconocimiento por su decente inicial,
intermedio y perseverante aplaudible proceder en el ejercicio del servicio
público como funcionario. Pero el resto que tiene filtro calloso contra la
honradez necesita un ejemplo contundente. No hay otra forma de desaparecer
estas fastidiosas y malandrinas costumbres
Por ello ante la “cortés” Hernán
Contreras osadía de “renunciar” a la bochornosa y delictiva bonificación, sin importar si su protagonista la
ejerció ruborizada con lágrimas de cocodrilo, considerando que al final lo que
cuenta es el efecto independiente del motivo, en o desde algún lugar en el
universo o donde quiera que se encuentre, quizá le provoque ligera positiva
envidia a Don Neil Armstrong, al valorarse como uno más de los pequeños pasos que guiarán si no a la
luna al menos en el sendero de las reivindicaciones del progreso que merece
nuestro país, y un grande magistrado ejemplar paso a favor de la honradez.
Trasladamos
una ginebra exhortación oceánica y diplomática solicitud de reembolso
(incluyendo los respectivos intereses) a la nombrada hoy vigente funcionaria en Suiza; y demás ex magistrados colegas del
fraude que simularon el “retiro voluntario”, para quienes no es sorpresivo que
les valga “pichinga” si ello no fue ético puesto que fue legal, claro que en
apariencia a partir de interpretaciones con artimaña que violentan el espíritu
de la ley que da vigencia a bonificaciones por retiro voluntario. Al fin y al
cabo ¿qué le hace una mancha más al tigre?
Un buen
comienzo, el reintegro íntegro, la
primera piedra: … para luego continuar con el resto, que son muchos y muchas.
Así, al menos con o sin Oscar
aminoramos la desfachatez a favor de la honradez.
Hay quienes
aparentan y efectivamente son honrados servidores públicos. En honor a su
decente proceder forcemos a los que no son ni lo uno ni lo otro, a que lo sean
“voluntariamente”. No puede ser que porque cambiar lo fácil es difícil, que nos
coma el tigre. Ya basta de indemnizar a los piricuaco-pecadores, de ayer, de
hoy o de mañana. No seamos pasivos conformistas: denunciemos, demandemos y
recordemos reiteradamente exigir reembolso de cualquier forma mañosa de
despilfarro o desfalco del erario público, cualquiera sea la cobija que arrope
al protagonista. Ojo: por algo nada
esperanzador hay alboroto por nombrar comprometidos
magistrados en la Corte de Cuentas.
Por eso el país
necesita más que simples 4 jinetes
solitarios. Tal sorpresiva y positiva existencia, bombardeada por toda la
politiquería infecciosa que lo rodea, en coro conjuntado conforme el virus que
se subsana, es un maravilloso y sorpresivo pequeño paso. Pero se necesita el masivo grande paso del resto de la
población disconforme con el pasado y presente espurio
que acosa al país.
Juan-cho