martes, noviembre 28, 2017

Poema Finsemanero VIII: Soledad


El enemigo del Verbo Amar es la Soledad. Buscar una pareja para ejercer el Verbo Amar viene con el ADN, no sólo en los humanos sino en los animales también... La lucha contra la Soledad es universal.

Muchas y tantas veces queremos y sentimos cariño por alguien, pero amamos una sólo una vez. Muchos encontramos la pareja perfecta y correcta pero debido a frivolidades de la edad, disturbios emocionales, o malas decisiones la dejamos ir y con ello perdemos el Verbo Amar...., Con el tiempo hallamos substitución pero sin poder nunca olvidar... Una fantasía ha nacido.

He conocido amigos y amigas que me han confesado que a pesar que se han casado, son felices, viven estables, y parecen sólidos, hubo alguna vez un suceso amoroso que no pueden jamás borrar y que se convierte en la piedra del zapato, y aunque caminen bien, no andan del todo bien... La piedra en el zapato con el tiempo se convierte en fantasía.

Amar una fantasía es amar la Soledad.

Un inolvidable amigo de mi adolescencia y juventud en mi nunca olvidada colonia Santa Lucía tenía suerte para las chavas bonitas y amarraba con atractivas chamacas, una de ellas fue dama de lazo en mi boda, una hermosa y preciosa mujer asediada por la mara, pero este amigo la conquistó, anduvieron un par de años, pero él sin decirle nada, emigró a USA... Hace unos años falleció de cáncer después de un tiempo de agonía. Durante este tiempo nos hablábamos por tel. al menos una vez por quincena, recordábamos, nos reíamos contando los días de vino y rosas... Tres días antes de morir tuvimos la última plática, él me confesó "mirá Jorge he tenido vergo de mujeres, vos lo sabes, pero es a tu dama de lazo a la que nunca he podido olvidar, ¡jamás, broder!, porque nunca he dejado de amarla"..., me sorprendió saber que después de casi 35 años mi chero, que tuvo después de ella muchas bonitas mujeres, se casó divorció, volvió a casarse, etc., etc..., aún amaba a esta chava que quizás ella ya ni se acordaba de él... Ella se había convertido en su fantasía... Dicen que la palabra del moribundo es la mera neta.... Quizás mi amigo sentía moría en la soledad.

El Verbo Amar ejerce tanto deseo de vivir la vida como la soledad hace la vida tan sosa, oscura, inapreciable y quizás la muerte deseable.

Te contemplas en el espejo,
tez clara, frondoso cabello,
pero en tus ojos el reflejo
de tu alma habla un destello...

El gozo en tu ánimo es desierto
y no hay ilusión, no hay fulgor,
cual soledad en el mar abierto,
sin nadie que te llene de amor...

Estás lozana, estás ardiente,
y tu alma sigue en soledad,
sólo tenés que ser paciente,
el amor irrumpe en tempestad...

Tenés membrana indomable,
y un hervor de hielo ardiente,
tu corazón cálido, inalterable,
de amor se halla sediente...

Pero tu vida no es desperdicio,
es normal con amigos y placer,
pero hiere el recuerdo del ser,
que hizo de tu amor un suplicio...

Cuando llegue el amor cambiará
tu alma férrea siempre hermosa,
tu firmeza graciosa él endulzará,
y ya no será tu vida enfadosa...

Llegará el día que en el espejo
verás que el amor no es maldad,
y tan solo tu alma estaba lejos,
atrapada por la triste... ¡Soledad!

Tamen
.

martes, noviembre 14, 2017

Juan-cho: LAS ELECCIONES SON LO MAS IMPORTANTE DE LO MENOS IMPORTANTE EN LA DEMOCRACIA

Por Juan-cho
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¿?  ¿?  ¿? ¿?  ¿?  ¿? ¿?  ¿?  ¿? ¿? ¿?
·       Vegetan las sport-elecciones,
·       que no pasan de infértiles votaciones,
·       en beneficio de pocos (astutos),
·       que no son muchos,
·       bajo los lamentos difusos
·       de nosotros brutos profusos.

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·       ¿Tu quoque brutus filli mi?.
¿?  ¿?  ¿? ¿?  ¿?  ¿? ¿?  ¿?  ¿? ¿? ¿?

Sin duda la alternancia es un signo democrático. Pero ensayo (prueba) y error que produce no solución, por con-ciencia exige ensayo alternativo (lozano), lo que es contrario a la alternancia entre los mismos errores justicado tercamente apelando a la dogmática conciencia política.

Aquí emerge la interrogante: ¿Real demo-cracia o demo-cráter real la nuestra?
Dicho todo lo previo sin histriónico ateísmo político religioso o catatónico mísero patriotismo. Simple opinión su-realista: por el su-surro aleccionador que arrastra indeclinable el re-alismo, incitando que un optimista informado se enmiende pesimista; sin faltar el lamento pipil con sollozos y quejidos reiterativos como los que siguen a continuación, aun a riesgo de hervir en chiripiolcas y carrasposos desvaríos.
Vilipendia que las elecciones concurran como un deporte con grado familiar de inesperado hermanastro gemelo al futbol en peculiar: partiendo de los amaños denunciados de cuando en vez, y siguiendo con que la marabunta, los fans, los que se ubican en las gradas del “Vietnam” y circundantes, los extrovertidos o silentes hooligans, todos ellos que por lógica obviedad no pasan de los graderíos, sin protagonismo en el campo. En conjunto tienen equivalente membresía en el electorado, merced a que en nuestro terruño, igual que en otros, SE VOTA PERO NO SE ELIGE. Sin faltar frívolo griterío, lloriqueos y mentadas de $%&*(#@)(+#$@.

Con semejanza a que en el fútbol cualquier imaginable cabreo, pesar o alegría, no sobrelleva que se metan ni detengan los goles del partido. Aunque al voto duro (segmento mayoritario) le preocupa nada más ejercer un rol corista, esa rémora condicionante debería provocar sagrado protestante desvelo al voto “blando” en el ámbito de las elecciones; voto constituido por un puñado minoritario a quien si le interesa participar activamente en los goles políticos, imposibilitado de hacerlo.

Cual aficionado de un equipo que gana el juego y rubrica radiante el sobrio grito “ganamos”, al que es oportuno preguntarle: ¿Oiga, que usted juega?... Al votante aclamándose ganador, podría preguntársele: ¿Oiga, y usted qué ganó?
Durante el juego electoral, para nada se invita al electorado integrarse a un tour fiscalizador sobre las previas promesas, su grado de cumplimiento y resultados obtenidos.

Hablando de turismo universal, de entre los cientos de miles de millones (200-400) de estrellas que componen nuestra galaxia Vía Láctea, es ganancia que Alfa Centauri (las 3 más cercanas al sistema solar), se encuentren a la módica distancia de 4.4 años luz;
considerando que son 26 mil años luz que nos separan con el centro a la que pertenecemos. A la velocidad máxima (40 mil kms/hora) que la tecnología terrícola actual permite y desempeño perfecto (¿?), llevaría alcanzar el destino 80 mil y pico de años. Wácala. Sería súper-pulgarcillo poder viajar a la velocidad de la luz, pinches brutales 300 mil kms por SEGUNDO (‘Híjole’), para tardar 4 y pico intransigentes años terrestres en llegar. Pero no hay milagros.

Es impensable ilusionarse aun con pequeñeces de turismo universal, si por ahora nos cuesta alguna/mucha/tremenda dificultad viajar a la luna, 2-3 días, y el proyectado casi 1 año a marte, duración de viaje que comparado a escala con aquellos roñosos años luz, estos destinos están tan cerca como la milésima parte de un milímetro en distancia universal. Frente a tales retos somos terrícolas extremadamente pobres en recursos, tecnología y tiempo de vida para auspiciar turismo aventurero a distancias que superen un milímetro universal. El distante-cercano (a la vuelta de la esquina) planeta enano Plutón y los 22 años mínimo requeridos suponiendo una travesía “perfecta”, ya en si representa una frontera cuasi-inalcanzable. Ilustrativo imaginar a una hormiga emprender alegre y decidida caminata del polo norte al sur. Aunque
10 mil veces más fácil, ni tarareando DESPACITO ni rapidito, tendría éxito.

Consecuentemente la incitación de Stephen Hawking (insigne extraordinario físico), para abandonar el planeta, como única opción que permitiría sobrellevar la tendencia depredadora sobre los recursos naturales que arrastra la especie humana, los efectos del cambio climático y resto de macro macabros embrollos que acosan la existencia, es una ficción frustrante por imposible para el presente en curso, venidero inmediato y plus re-más lejano mediato.

Bajo el beneficio de profetas y poéticas dotes musicales, ya Serrat anunciaba mucho antes [Pueblo Blanco]:

Escapad gente tierna / que esta tierra está enferma / y no esperes mañana lo que no se os dio ayer ♫…. ♫ Os juro por lo que fui / que me iría de aquí / pero los muertos están en cautiverio / y no nos dejan salir del cementerio ♫

Frustrante igualmente (mínimo “por no poder unirse a un vuelo de palomas… y dejar el {pulgarcillo terruño} atrás”), es conjeturar y comprobar irrefutablemente de forma recurrente la inoperancia, inefectividad e ineficacia de siempre  (por 5 siglos) en quienes pueden fomentar y dirigir soluciones a la tragedia insoluble de graves necesidades, contrariedades, apuros, urgencias, y resto de sinónimos alusivos que describen la problemática cotidiana y estructural que arrastra el pulgarcillo, harto conocidos los detalles por todo mundo, pero que nadie con posibilidades reales de intentarlo  (gobernando o contraponiéndose) nunca ha podido resolver, y lo peor ni siquiera IMAGINAR cómo remediar.

Excepto en el discurso y golpes de pecho en tertulias. Pero es que del dicho al hecho hay mucho trecho. A lo largo de la historia observamos sólo pulga-desnutridos intentos con frutos de penosa chatarra impropios de celebrar… aunque siempre hay una manada de interesados rentistas que gustan festejar.

La deplorable torpeza política dominante por los siglos de los siglos, entorpece derribar la ofensiva pobreza multivariada reinante. Inevitablemente el reparto no puede ser más que de afables nuégados.

No hemos experimentado “milagros” terrenales en ninguna gubernatura que repercutan en un  mayor bienestar, en cantidad y calidad que espontáneamente desemboque en fiesta y algarabía social.
Una de las razones explicativas del porqué los gobernantes y/otros grupos políticos, necesitan acudir persistentemente a las pomposas celebraciones (el circo romano) del nacimiento o muerte de algún personaje disque histórico, rimbombante a fuerza de repetirse al mejor estilo Göbbels hasta la saciedad, igual que sobre algún suceso que haya significado empezar o terminar algo; puros y simples descoloridos distractores en conjunto (Cajas chinas), que en todo caso ni figuras ni hechos tienen conexión impactante con la desaparición o reducción de los grandes problemas de siempre que arremeten contra el bienestar de la población.

¿No se ha hecho nada en ese lapso de 5 siglos?

Por supuesto que es innegable reconocer que siempre se ha hecho algo, y ya que así como en el país de los ciegos el tuerto es el rey, el poco fruto que produce la gubernatura tiene su incidencia, a veces aplaudible, de ordinario meramente para rellenar con golosinas las memorias de labores institucionales, pero con significado práctico no superior para los impulsores dirigentes que al merecimiento de algún irrelevante certificado por parcos resultados, en general con efectos y trascendencia para los gobernados (en su mayoría), comparable a quien se alimenta con “churros” y sodas vanagloriándosele que logra sobrevivir: no muere, y quien produce los churros hará gran alboroto publicitario sobre sus mágicas facultades alimentarias… y… que se hace lo que se puede, como siempre… sin relatar ni insinuar para nada que tal subsistencia por supuesto encarna flagrante desnutrición y mugrosa calidad de vida.

Este último rollo del libreto “democrático” se le asigna esquivamente a la oposición de turno; actores políticos a quienes gusta exaltar fieramente que se opone pero evidencia que rara vez propone.

Hay abundancia relativa en el pulgarcillo de tuertos en pensamiento regio súper
EXPERTOS EN PROMETER PROMESAS. Vergonzosamente liderando a muchísimos ciegos, inversa cualidad recogida a causa de irresponsabilidad, aburrimiento a lo Pueblo Blanco que ha denunciado Serrat, o simple irritado desinterés por falta de conciencia, no obstante que la intuitiva con-ciencia nos faculta sin pena ni gloria, admitir cómoda impotencia que incita culposo pésame y pesimismo.

Recurrentemente nos gobiernan, o se pelean por llegar a gobernar, una especie de dirigencia con altanera estirpe bombero, afanosa en ser exitosa por apagar incendios coyunturalmente peliagudos (lo difícilmente FÁCIL), con atractivo meloso al circo de las comunicaciones, siendo ello en todo caso y en última instancia de preocupación cosmetológica.

Medio aparecen prospectos esperanzadores DISIDENTES o simplemente renuentes a reproducir la misma melcocha, la barbería del ostracismo mínimo los despeina y si se puede, cariñosamente ‘descuartiza’ su futura vida pública. Ello seguramente activa la luz roja del semáforo preventivo en otros que quizás tengan ideas y proyectos merecedores de ser conocidos, publicitados y/o al menos someterse a debate; para no cruzar el río revuelto lleno de lagartos a la vista, disfrazados o escondidos. Simple instinto de conservación. Efecto inevitable: seguir con el mismo guía y su séquito, aunque llegasen a tener distinto nombre u origen, y que se siga haciendo lo mismo causando sin querer queriendo que se aseguren los mismos pobres y pálidos resultados de siempre.

Si una golondrina no hace verano
menos pretender que una que otra estrella aisladas formen una galaxia. Peor siquiera utópicamente pensar que un simple puñado raquítico de personajes visionarios provoque esperanza a un país, máxime si las necesidades por satisfacer tienen una pulgarcilla gigante magnitud reacia a desaparecer. Ya no se diga un, dos que tres o menos que poco más aspirantes a mesías.


Uno que otro gobernante Intel-i-gente ha transitado el pulgarcillo terruño. Muy pocos, escasos. No hemos tenido, no tenemos ni se prevé a futuro, la emergencia de una masiva masilla de líderes y dirigentes con acceso al poder pasaderamente esperanzadores, que encarnen un desbordante y avasallador fuego neuronal pensante del que emane voraz incendio al atraso y eficaz empuje de soluciones constructivas hacia caminos desarrollistas, con sustancial y valioso progreso sin retroceso, palpable sus resultados en las estadísticas, pero capitalmente en el sentir de la gente en su diario vivir, en tal grado,  que mínimamente por ejemplo, ni siquiera sea desdicha nacional e importe un comino si no se califica al mundial de fútbol.

Los daneses, finlandeses, austriacos, etc., que padecen la misma “tragedia” de no asistir sus selecciones a tal evento, fuera del específico momento en que dicho “fracaso” es noticia, tienen muchos otros real grandes intereses y beneficios en lo individual y colectivo por los que preocuparse proteger, mantener, mejorar y acrecentar.

Han sido arropados por gobernantes soñadores, cerciorándose de apartar potenciales candidatos cultivadores de pesadillas.

Muy sabido que el cadejo y la siguanaba se jubilaron sin pensión ni siquiera raquítica. A falta de otras magnas noticias, no queda más que guardar luto o encabronarse por y con la lluvia informativa “exhaustiva” en sandeces, de ordinario malversada -en favor o en contra-, sobre quien será candidato, “fiscalizando” en torno a los entuertos y despelotes que rodean ser elegido o desahuciado, o si hay algún otro ex presidente y/o ex ministro,  ex secretario, ‘alcaide’, etc., que esté por ganarse vacaciones carcelarias, y como se desarrolla el goce de tal merecido “beneficio” purgatorio.

Cardinales avances en alternancia de autoridades electas y en el Hipódromo que regenta las carreras para ganar el poder, son a la orden del día parte de los vericuetos en que se ha hecho algo, meridianamente suficientes para aunque regañadientes, aquellos “valientes” ciudadanos acostumbrados al rodeo taurino partidario, y escudo protector con cayos emotivos anti “escupidas” cuajadas de insultas verborreas, por parte de los adversarios pertenecientes a la misma familia política u opositores, a fuerza de necesidad, por conveniencia y/o emergente adrenalina impulsora a una aventura política, compitan y finalmente acepten los resultados.

La historia de McDonald, resulta una parodia lejana mini gemela, en cuanto al final de los habituales cuentos truculentos de integración “familiar” en el camino, cuando a falta de príncipe y cenicienta hay sapos protagonistas en el melodrama.

Gracias al coro del avance democrático ahora se canta que ¡viva! la era digital dejando atrás las ¡vivas! hertzianas, lo que a nuestra pulgarcilla manera de remozadas esferas triangulares ciudadanas, que personifican el cuadrado del círculo homo sapiens políticus, recientemente vigente, siguiendo el efecto demostración de las modernas ciudadanías con círculo cercanamente esférico, bla bla bla.

Se advierte que ante la imponente fuerza gravitacional que la época invoca, las diferencias que finalmente crispan en rigoroso pleito político, cualesquiera que sean, las de simples disgustos u enfrentamiento de altísimo calado, se dirimen, ventilan, zanjan y disipan, vista la era del “internet’ que nos circunda, con operaciones digitales quirúrgicas, pero con claro andamiaje analógico:

·       -El cuento de siempre es que personajes militantes desempeñando roles secundarios, u otros alejados de la virulencia partidaria que pueden pasar de ser inhibidos a participar en política o ser previos diablos detestados, a que por decreto pragmático se conviertan urgentemente en una suerte de ángel mesiánico o Moisés pulgarcillo, al o los que luego podría súbitamente retornársele al bautizo original o cercano de partida como demonio mutilado, y si sale ileso de la aventura al desarraigo político.

·       -Ya que en el siglo XXI Matar/Asesinar es de “mal gusto” y ♪BRUTUS♪ educación, con efectos prácticos más significativos que la aplicación “justiciera” (¿?) del Código Penal (cuya espada instrumental no se descarta quedando su uso bajo el filo del conocido ‘fuego a discreción’ –al mejor estilo de la coyuntura que vive Cataluña en España con su proceso independentista), en rigor ha pasado a la historia que se conspire para exterminar al
enemigo, para el que por práctico decreto su categorización ha evolucionado a formatos civilizados que demandan concebirle como adversario.

·       Sin embargo, al graduarse ese “adversario” o familiar partidario renuente, ipso facto como “HP”, también por practico decreto al gusto del que hegemoniza el mando, al entrar en crisis la adopción o matrimonio político, resulta de moderno caché alternativamente extirparlo vía purgarle, separarlo, expulsarlo, inhabilitarlo, desacreditarlo, abuchearlo, desterrarlo, ridiculizarlo, descargarle escupitajos y tomatazos cordiales, y otros etc. vericuetos imaginables y factibles que sumen heridas político-espiritual “democráticas” y/o transporten al precipicio en caída libre al despotricado mojado en vil desgracia.

·       -Ya sea que se llame al láser torbellino Lucifer (fiscal, juez y verdugo) encargado del trabajo “chuco”Tribunal de “Etica” o Comité de “Etica”, o cualquier otro título con “etílica churria o perversa disentería”, lo seguro es que la ética es lo que menos interesa en los juicios discrecionales con sentencia preconcebida.

·       -Vale decir, con guante negruzco moldeado blanco por gracia de muchísima legía, bendecirlo con una suerte de zancadilla defensiva.

·       -Pizpirigaña que prospera, como en el FUTBOL, según si el árbitro, es árbitro, o es el 12vo jugador infiltrado del equipo acusador beneficiario en el partido, que se juega. Es nuestra involuntaria por impuesta cultura electorera folklórica.

Por más que se enumere en clave etérea, sin murmurar nombres y apellidos de las personas físicas o jurídicas en cuestión, se sobre-sabe quiénes han sido y son los protagonistas diversos clavo de nuestra historia política en tales contubernios, del pasado reciente, medio lejano y en desarrollo. ¿Quiénes serán a futuro los virtuosos ganadores de un tiquete de expulsión o exilio en vilo?

Definitivamente como en el futbol, en el que juegan 11 contra 11, se aspira legítimamente por los contendientes que haya un 12vo jugador, aceptable cuando este es imaginariamente representado por el ‘rasputín’ balbuceo de los miles de aficionados que miran el partido, en todo caso un gigante enano. Sin embargo, por manejo cargado de los dados a favor de una de las partes, nada mejor que tras bambalina, aunque reprobable, deplorable e ilegitimo, que el 12vo jugador sea el árbitro, un enano gigante.

Las histerias que causan las historias de guerra cuando no son contadas sino protagonizadas, impiden parir mejores frutos ante la urgencia de terminar el cuento mortuorio.

Ni ese pereque de los árbitros (¿lógicamente por su pequeñez?), la conveniencia y
anuencia de primarias para elegir candidatos a la vista de exigencias minuciosas, requisitos transparentes que hagan harto cuestionable y cuasi imposible cuesta arriba el manipuleo de participantes y resultados -la sentencia de la Salsa Constitucional sobre el particular, a efectos prácticos, es aun letra medio muerta-;.U otros problemas de mayor secuela, desdichadamente no fueron negociados, ni siquiera conjeturados (si es que fuera pertinente ventilarlos) en los sonoros Acuerdos de Paz,  quedando pendientes de atención “curativa”, por consiente valoración, intencional consentimiento al silencio pragmático o a causa de intereses de oscura limpieza sutilmente agazapados.

Infortunadamente no se mira la luz al final del túnel que indique estar en marcha ese recambio generacional con envergadura de revolcón regenerativo, necesario para intentar renovar personajes y proyectos, con actitudes y visiones modernizantes, que entiendan las exigencias en la era digital versus la analógica, que tengan VIGOROSAS FRESCAS nuevas ideas para  atajar el camino desandado o no iniciado, con las complejidades del momento actual, y aprovechar las ventajas que ofrecen las enseñanzas del progreso democrático AMBICIONADO que viven otras naciones vecinas cercanas o lejanas.

La primera lección que salta a la vista es la alternancia por razones democráticas neurálgicas y por sabia conveniencia. Alternancia entre-partidos e ineludiblemente INTRA-PARTIDOS.

Otra lección que se identifica es la conveniencia y prudencia por el bi-partidismo pluralista, únicamente útil romper cuando hay mandos anquilosados con soberbia renuencia a la renovación y actualización de proyectos políticos, conforme avanza la civilización y el progreso. Conveniencia temporal que la inercia política se encarga de corregir regresando al bi-partidismo pluralista.

Reiterando que lo importante no es la edad sino la habilidad. Pero con edad gastada y raquítica pericia e ingenio, estamos fritos. Cuando hay éxito, los errores u horrores e insuficiencias son cuasi irrelevantes. Siendo lo contrario el chambre es profuso e implacable, con emergente prudente derivada demanda al cambio y zarandeo de los personajes que vegetan sin ganas de jubilarse.

Otra gran diferencia con aquellos países desarrollados o que siguen ese rumbo a galope “despacito”, es haber superado con creces el fenómeno pulgarcillo de institucionalidad democrática desnutrida y ejercida a fuerza de empellones, trompones y boberías a lo Petrus Picapiedra que nos agobian, condicionan y estancan, en una especie de democracia tétrica y tetrapléjica.

La novedad muy antigua de cirugías plásticas en listados de los mandos partidarios, son una estrategia utilitaria que facilita cambios que no cambian, y ampara turbulenta adulterada legitimidad al torpedeo flagrante en línea con un duro boicot a la alternancia generacional.

Tal costumbre ponzoñosa de echarle zancadilla al incitante reemplazo continúa reacia a desaparecer en la palestra política.  Quienes alcanzan apropiarse de las sillas “diferenciales” (emplazadas como sillones para exclusivos supra dirigentes), de ordinario obtenidas también por medio de zancadillas al competidor, no sueltan el trono ni siquiera por accidente o aburrimiento. A lo sumo, promueven reciclaje y refritos en rueda de caballitos. Menú invariable: churros y choco-bananos en alternancia con choco-bananos y churros.
 
Beneficios y prebendas en juego para quienes se desempeñan como titulares en el juego político, son un aliciente irresistible para bloquear y anular cualquier peligro de relevo sutil, agresivamente sin piedad o rasgos ratoneros de tolerancia.

No es sorpresivo que muy previamente a que se erigieran célebres los mundiales de fútbol, dos y pico décadas antes que ganara el premio nobel de literatura (1957) el francés Albert Camus, quien ya había publicado dos de sus principales obras, escribiera que lo que “finalmente sabía con mayor certeza respecto a la moral y las obligaciones de los hombres se lo debía al fútbol”.

Las elecciones fácilmente pueden catalogarse como un deporte cercanamente equivalente al golf, bajo reserva de corregir el vocablo nominal para mejor llamar a las primeras con su nombre análogo bordeando al adjetivo zángano: deporte golf-o, 1) puesto que de ordinario aquellas bailan previa y posteriormente serpenteadas con indiferencia en errores y horrores desafortunados en la interioridad folklórica de los procesos, más que en los
resultados de la votación en casi nada objetables, gracias al fruto que heredaron los 75 mil ciudadanos, que voluntaria o forzosamente tuvieron que emigrar de esta dimensión terrenal, paisanos por nacimiento o al menos entierro –algunos fueron extranjeros-. 2) Por los alcances intrascendentes siguientes que reproducen las hordas o sordas planillas ganadoras, desembocando desengaños y malogro de ilusiones,  que con seguridad aparecen luego con impronta inmediatez, no importando que los votantes e institucionalidad hayan hecho su tarea a cabalidad o más que menos aceptable durante el proceso electoral.

Sin embargo, no son pocas… son muchas y variadas las similitudes entre el fútbol y el deporte (golf-o) de las elecciones, al menos las que atañe al terruño de las pupusas y las contrariedades no contradictorias del san sen sin son sun peculiar que albergan curiosidades como la 6ta 10ma calle, el riquísimo queso duro-blando, el riquísimo atol “chuco’, o el riquísimo  etc. y etc.

Muchas conjeturas y justas descalificaciones podrían surgir si se dudara reconocer la importancia del fútbol para miles de millones terrícolas, incluyendo por supuesto, pulgarcillos.

Consecuentemente y gracias a las ondas y noblezas reflexivas que expanden los aportes fraseológicos, en el futbol encontramos enseñanzas nada despreciables y por el contrario muy válidas. Re-ajustando una cita de Jorge Valdano, llamado en tertulias deportivas filosofo del futbol, resulta un atrevimiento que no sobresalta ni asfalta el osar murmurar, por lo que podemos afirmar, tal cual previamente fue insinuado:  LAS ELECCIONES SON LA COSA MAS IMPORTANTE DE LAS COSAS MENOS IMPORTANTES para la DEMOCRÁCIA.
Dicho sin pretender suscitar una herejía política ni mucho menos neciamente ambicionar sabiduría, simplemente otorgar el real risueño pulgarcillo significado y propiedad precisa que pertenece a las elecciones, a partir de la magistral enseñanza que data de muchos siglos como respuesta inteligente al expresar “al Cesar lo que es del Cesar”. Nada menos, pero tampoco nada más.

Son SÓLO el inicio de algo mucho pero mucho más sustancial: el desarrollo de la próxima gubernatura y siguientes, cuyo quehacer
(prioridades, políticas, programas, proyectos, incentivos, ejemplos) y resultados (frutos, beneficios, incidencias, cambios), constituyen finalmente LO MÁS IMPORTANTE DE LOS MÁS IMPORTANTE”. Desarrollo de gubernatura que hasta ahora no pasa de auto reclamarse democrática… desfilando sobre lo que llamamos aquí EL INICIO… las elecciones.
El rollo aclamador al ejercicio democrático en simple tonada, DEBE SER POR el OCULTO MERITO inconscientemente confeso de reconocer ESTANCARSE EN EL CRATER (demo-cráter), SIN ALGUN ENDEBLE INDICIO QUE EL PULGARCILLO INAUGURA el proceso de ASCENDER LA benemérita CUESTA DEL PROGRESO Y ALEJAMIENTO DE La @#$%^&&*$#@@$*(¡@# guarida del ATRASO.

Tristemente… el conflicto mortuorio de 12 años y otros periodos previos, terminó con muchos caídos… un altísimo costo en paga hacía ganar un inicio medio aceptable, que no pasa de ser eso mismo. Un desarrollo ausente sin honrar su pago, en deuda moral por el dispendioso importe sufragado (sufrido) del tal esperanzador comienzo. Un inicio que no ha logrado despegar, por lo que se sigue acudiendo a la repetición del inicio, bajo un discurso en el que reclama el re-iniciante candidato competidor… HOY SI…. PORQUE QUE YO VOY.

Que la infecunda exclusividad en pensamiento y noticias, de “investigación” fútil (con las famosas encuestas, encabezadas por las universidades),  se concentre alrededor de los procesos electorales, no es un buen signo democrático, y únicamente re-confirma el parto partido-crático trunco y desnutrido de los cacareados Acuerdos de Paz –previamente conspirado constitucionalmente en 1983-, apartando a dimensión terrenal desconocida, para después, es decir NUNCA, la reflexión aguda y parto gigante masivo de ideas y proyectos fértiles que encaminen sin duda al progreso social, productivo, cultural y párele de mencionar.

Tal demanda fervorosa no es fácil de aterrizar en eficaz cumplimiento. SOMOS EXPERTOS EN PROMETER PROMESAS. Sin faltar las acusaciones y descalificaciones al pasado y
presente que son mucho más “chiche” que producir pensamiento productivo, pues en todo caso el “río siempre ha estado pachito”. Mejor organizar manifestaciones, prepararse para tertulias televisivas y radiales, descalificar al adversario familiar u opositor y respectivo Gobernante, etc. bla bla bla.

Por cierto, la exaltación de las elecciones en un altar para fervor espiritual, equivale a concentrar los pocos recursos disponibles para gasto en promoción del deporte en la selección de futbol, con el vano objetivo que vaya al mundial. Los beneficiados, de lograrse cuesta arriba la clasificación,  serán unos cuantos jugadores y unos cuantos dirigentes. La participación será a lo sumo discreta, previsiblemente descolorida y fugaz.

No asistir a tal contienda deportiva, no impide que disfrutemos ver los juegos con jugadores de primer nivel, Messi y compañía. ¿Y el grueso de nuestros niños y muchachos, miles y miles, que gustan practicar ese deporte, que sigan a lo sumo jugando en la calle, en canchas de tierra y barro y que se los coma el tigre?

Por cierto, que no haya otro u otros MÁGICOS GONZÁLEZ, no es el fin del mundo. Mejor pretender magia en la educación, entre otras prioritarias actividades.

Señalando un triste botón como muestra inequívoca de referencia sobre los inocentes chanchullos políticos, téngase en consideración, por ejemplo, que quienes reciben seguro médico privado y extraordinario como el tan cuestionado que se recetaron en la Asamblea Legislativa, tampoco se replica obviamente sobre el masivo resto de la majada ciudadana, ni de a pie ni en bicicleta, ni en etc.

No es un gasto deplorable en sí mismo, pero si es bochornoso que se produzca una piñatería pagada con los impuestos de todos, sin que esos todos no tengan igual retribución, bordeando la calificación de obscena que se atribuye a una riqueza opulenta en medio de la extrema pobreza.

Para entender la cuadratura triangular del círculo que embriagan las elecciones, cuya pronta borrachera navidad recién acelera carrera hacia el 2018 y 2019 en el pulgarcillo terruño, nuevamente con su canto madrigal, sea matinal o crepuscular, que en todo caso no pasa de ser medieval; resulta saludable acudir a la espiral reflexiva de Serrat:

·       Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras de mi calle, ayer a oscuras y hoy cuajada de bombillas. Y pusieron un cartel con la foto de los tres y banderas de papel verdes, rojas y amarillas

Comienza en el pulgarcillo a urdirse el parto de otra caja china que no supera en grandeza al cometa Halley, cuyo periodo orbital es en promedio 76 años; pero le gana ligeramente en presencia por su recurrencia frecuente y sobre-meteóricamente por algunos lustres de sútil torpezas: elecciones de presidente cada 5 años y de diputados y autoridades locales cada 3 años. Bien que así sea, en favor de la demo-cráter alternancia, como re-mal por el esperado valor insignificante, infértil, desabrido y enano con y para el futuro de nuestro pulgarcillo país.

Vendrán las empedradas campañas publicitarias pendencieras, sin faltar las divinas encuestas. Estas últimas y sus sesudos
pronósticos, nos dirán la noticia que si fuesen hoy las elecciones… ganaría fulano… pero, como en el fútbol, el partido termina hasta que se pita el minuto 90. Es decir… puede que así sea, lo que sea, sea diferente, o a lo mejor que lo más probable es que a saber quién sabe… (Chimultrufia). ¿? ¿? ¿? ¿?

A las elecciones podría escrupulosamente tildárseles “un mal necesario”. Y si convenimos que resulta un mal útil y aplaudible su ejercicio en las condiciones de aceptable limpieza con transparencia vigentes, y en consecuencia por necesidad aceptar nominarles como correctas, también hay que recordar que “no siempre lo correcto se ejecuta en forma correcta”, particularmente vistos los frutos que cosecha.

No hay proceso electoral perfecto en el mundo. Pero así como se dice que ante la ley todos son iguales pero que unos son más iguales que otros, muy válido es afirmar que las elecciones que tienen los países son igual de imperfectas en todas las naciones, pero hay terruños en las que estas son más imperfectas que en otros, considerando pequeñeces zanguango importantes como son: candidatos prostáticamente elegidos en contienda, las campañas electorales llenas de embrutecidas y embrutecedoras mareas publicitarias, las acusaciones ida y vuelta danzantes entre el “TU TAMBIEN” y “TU MAS”, los compromisos adquiridos verduleros, los compromisos fantasmas que anticipadamente se sabe no se cumplirán, la demagogia frívola reinante que oferta viajes a Marte, los “negocios” políticos venideros ocultos bajo la mesa planificados o por imaginar si se llega a gobernar… y párele de contar dado el peligro que se vaya a frustrar.

Las elecciones resultan como
una foto cuyo contenido permanece invariable en el tiempo, pero sus colores e imagen son cambiantes tanto como para aparentar ser más vistosos.

Ese es el logro que más o menos se garantiza copiar de los avances observados en otros parajes, destacando el uso y negocio continuamente de renovadas tecnologías para el culebreo del cuento, envío y si es necesario recuento de los votos. Principal cuasi única conquista. El resto irrelevante para muchos aunque maravilloso para quienes directa o indirectamente fueron favorecidos ganadores depositantes de la confianza de su merced la ciudadanía pueblo votante, cuyos votos no eligen.

Todo es culpa del pasado mustio mítico.

Según el calendario universal que registra el tiempo por medio de un infinito reloj sol-digital cuyas celdas eléctricas  recogen y almacenan la energía que irradia la luz de las estrellas, el cual reclama a la fecha una existencia minúscula tan insignificante como míseros 13,700 millones de años, diremos que no mucho más atrás que hace un par de segundos universales (simples dos mil y pico tantos años), reunidos en secreta tertulia pública cósmica, Apolo, Atenea Zeus, Venus, Poseidón y Hermafrodita, entre otros dioses y diosas, se encontraban dilucidando sobre el dilema si heredar a los humanos terrenales ESPERANZA pura o ELECCIONES estridentes, para cuando en materia de evolución alcanzaren la mayoría de edad civilizada.

La sabia-equivocada conclusión sentenció aprobar por votación unánimemente teocrática: ya que no hablamos de “a” ni de “b” que sean todas las “e”… esperanzas (por accidente quizás muchas)… a través de elecciones (las que aguante el poder que regenta el cuerpo potencialmente electoral), en aras que viva bien y con bienes que ustedes mortales dirán para quien.

Algunos han “decidido” que la repartición benevolente sea para los pobres sacrificados con míseros salarios de ministros y equivalentes, fiscal general, magistrados supremos supra urgente renunciantes minutos terrenales antes de su partida de la ‘changoya’ para recibir falsas bonificaciones, embajadores sin embajadas que gocen el mérito inmaculado de pisar territorio extranjero conforme al derecho internacional, y otros mini masivos etc. cargos públicos, aparte de la “natural” insolvente desigualdad eterna con que se reparte el pastel productivo que permanece privado.  

Y este es el punto neurálgico. Las prebendas y beneficios que se pierden al no ser el titular, tal cual jugador de fútbol que por cansancio o insuficiencia conviene ser cambiado, y se resiste con pataleo abandonar el terreno de juego.

La vigencia del rollo que hay que presumir inocencia mientras no se demuestre y compruebe lo contrario, es tan útil como lógico, y su vigencia en diversidad de naciones refleja cierto avance civilizado con el mote de modernismo, en grado tal que incluso es un común vital principio constitucional de la mayoría sino todos los países.

Y este principio principito, con el que no tiene relación alguna ni responsabilidad el insigne bohemio escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (aunque su esposa fuese además de escritora, casualmente interesante de origen pulgarcillo – la ciudad de Armenia en territorio Guaymoco según su nombre originario pipil-); a lo pulgarcillo tiene como hermano gemelo pasmoso pero principio práctico para la diaria cotidianeidad, la presunción que casi todo comienza bien, tan bien que de ordinario en los lapsos circundantes sigue bien… y que `medio revisando la historia del pasado, la historia del “presente” y presumiblemente con sobrada probabilidad de verificarse  la “historia” del futuro que se avecina… el tal inicial “tan bien” irremediablemente tarde o temprano termina siempre fatalmente bien… pero BIEN MAL.

¿Por qué? Aunque se entablen avances, no pasan de ser paupérrimos, a veces, entiéndase siempre, pronto desaparecen y/o empeoran. Real DEMO-CRATER. Si el rio está pachito no es culpa del rio que se reconozca lo incuestionable por sumo evidente.
Las elecciones pareciera que tienen como exclamado alias el nombre escondido de LAURA. Con sañuda extensión interpretativa mini pomposa no oficial del Código Da Vinci, vale murmurar que en tiempos cercanos (hace 4 tristes décadas) fue Rafael quien nos advirtió la maldad imponente e insuperable cuando LAURA no esté presente, al decir ♫ NO SE SI EL MUNDO ES EL DE SIEMPRE, PERO …YO LO VEO DIFERENTE… CUANDO TU NO ESTAS NO TENGO A NADIE .

Y así, buscando amarrar a Laura… se dio inicio en el pulgarcillo a esa “nunca más” odisea incivilizada que pernoctó al terruño por 12 años.

El pulgarcillo es un ejemplo ‘científico’ corroborante que entre el dicho y el lecho, aquí penosamente SI hubo MUCHO trecho mortal de nada menos que 75 mil almas, de cuando en vez recordadas para la justificación de algún pronunciamiento o acusación ultimadamente intrascendente por infecundo e inoperante para las víctimas y familiares.
Poco se reconoce el tal hecho, y más se enfatiza según convenga oportunamente explotar en el electorado el dicho.

La sencillez y humildad propiamente natural de los electores que se refugian emocionalmente con mambos
conformistas, solo puede ser entendida por la liturgia musical de haraganería reflexiva que encontramos en “Laura non ce” del cantante Nek cuando dice… esta noche inventaré una tregua ya no quiero pensar más…

Primitiva explicación que auxilia para entender lo incomprensible e indefendible, pero innegable realidad: la existencia del voto duro.

Aquel que, independientemente de quién sea, vota por el ‘bendecido’ partidariamente como candidato ungido por las cúpulas; voto sostenido por quien no quiere pensar críticamente; votantes para quienes reflexionar valorando diferencias, credibilidad, honradez, capacidad, compromiso, etc., es una pérdida de tiempo; el que a mucha “honra” profesan los votantes ciegos de los oídos y sordos de los ojos; el único voto atrofiado cual apéndice gigante pero ultra útil por el peso proporcional que engendra en el conjunto del electorado, no importando que sea penosamente rebuznante, no importa que sean simples números cuantiosos relativamente importantes sin real importancia, excepto cuando se llega el día domingo X calendarizado para la votación.

Es el voto que a diestra y siniestra, simplemente hace vigente la denuncia de Serrat:  Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha ♫… si pertenecen a la misma religión política.

Y Serrat anticipaba la sucesión de hechos terminada la fiesta (electoral): ♫ vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misa… se acabó, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual ♫.

Bueno, amén. Cuando al canario y cualquier pájaro en general bajo condición de  presa en cautiverio, se le abre la jaula… ipso facto, previa inteligente veloz evaluación y reconocimiento del cambio que significa oportunidad de fuga, sin mínima dependencia de la máxima que si es o no cierto que “la educación os hará libres”; en un santiamén escapan, alzan vuelo.

Contrariamente, aquel pájaro que no puede volar porque nunca aprendió a volar, como el electorado con voto duro que no pasa de ser fans a rajatabla, quien gusta un único tipo de tonada político-musical, fruto que a lo sumo se le adoctrina con facilidad pasmosa, termina deambulando con ceguera visual y auditiva acompañada de ceguera del pensamiento… por lo que no pasa de ser un pájaro que aunque tenga alas no vuela con miras al trabajo afanoso que procura insertar en los instrumentos legales electorales medidas que conviertan en requisito y máxima inalienable el real derecho a votar para “elegir”.

Por el momento las elecciones son como en el deporte: la majada fan en los graderíos no pasa de ser auditorio al que se entretiene, sin ser protagonista en el campo de juego. Igual se grita y balbucea… pero no se meten ni detienen los goles.

UNA MENTIRA INTELIGENTE ES AQUELLA QUE SE ARROPA CON PARTES VERDADERAS

Al voto duro no le inquieta hurgar si hay “verdad” alguna, o al menos aparente, en el bombardeo proselitista que desayuna a huevo y/o a gusto ‘28’ de las 24 horas televisivas y radiales diarias durante el periodo electoral. Ni siquiera demanda la cortesía que se le embadurne con mentiras inteligentes. Suficiente con la cancioncita himno amniótica, dado su vil espurio y baladí patrocinio del ‘páter’ partido que “resguarda”, para recordar que hay elecciones pronto, esperando ‘patrióticamente’ que llegue el día “E”, para volar a marcar con buen pulso la encomiada X en la banderita de su aleccionada predilección. Punto.
No es extraño que se diga que la corrupción es como el aire acondicionado: la primera vez, vemos el beneficio novedoso del cambio del clima inmediato, pero nos molesta el ruido… reclamamos y el técnico (LOS POLITICOS) nos dice: no se preocupe, después de 5 días, se acostumbrara. Con seguridad al voto duro no le importa el ruido de la corrupción y resto de insuficiencias diversas (educativas, ecológicas, en producción y empleo, de salud, etc.).
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Hemos murmurado hablando del cambio que si cambia, ante el que tristemente somos “videntes para quienes el privilegio de no ser ciegos de la vista, resulta inútil –viendo los números que definen generalizar-, puesto que abrumadoramente somos ciegos de pensamiento: eligiendo (VOTANDO POR) un presente lleno del pasado que persiste en pasar a paso lento casi inmóvil”… cuando entre otros, actuamos como “electores” en electorales procesos circunscritos dentro de los muros paupérrimos de la democracia tropical que nos arropa, fielmente prodigiosos alumnos que irremediablemente dan vida terrenal a la paradoja de Aquiles y la tortuga: NUNCA llegaremos al objetivo, sí es que hay un objetivo trazado para todos.

Si a medida que pasa el tiempo no se supera el pasado sino que le agregamos punzantes y angustiosas dosis de sal mezclada con ácido ponzoñoso, muy a que la medicina resulta peor que la enfermedad… el virus muta y se reafirma triunfante impunemente.

Nunca llegaremos al objetivo por y para el que ganamos sufridamente a tener derecho a un inicio decente: ELECCIONES LIBRES Y QUE SE RESPETEN SUS RESULTADOS.

Decencia inicial medio lograda pero en cuyo transcurso previo y posterior, SE MALOGRA, lo que garantiza sin defensa el arribo y supervivencia de INCOMPETENTES DIRECTORES POLÍTICOS, LIDERANDO EQUIPOS ENJAULADOS SIN MARGEN DE MANIOBRA CREATIVA, CON NULO ALICIENTE Y ATROFIADO VEHÍCULO CONDUCTOR, ATAJANDO EFICAZMENTE EMPUJAR LAS RIENDAS HACIA EL PROGRESO Y DESARROLLO CON FRUTOS QUE REALMENTE REBALSEN A PRIMERA VISTA EN EL CONJUNTO DE LA SOCIEDAD PULGARCILLA.


Incompetencia en buena parte explicada por la incapacidad, anacronismo y empecinamiento al recambio generacional. A falta de Rey, en el pulgarcillo pululan monarquitas con-dones reacios a jubilarse del escenario político. No se pueden pedir peras al olmo. Siguiendo los mismos se hace lo mismo y se cultiva el mismo fruto. No puede haber un después floreciente, si el inicio se inicia y se inicia sin arrancar, por el deporte golf-o que se practica; en una suerte de círculo vicioso inescapable.

Juan-cho