Advertencia sensata:
Dicen que, sin querer queriendo, al hablar sobre la estupidez es imposible evitar el riesgo de pretender, que por tal abuso, el lector erróneamente conceda el beneficio de pensar que quien suscribe, no es miembro notable del club deshonrado.
Aunque es infrecuente y se vocifera sólo de cuando en vez, post humareda a la vista, hay un excelso masivo jolgorio de alcance mundanamente mundial por la declaración Habemus Papam, en la tierra de las pastas y las sotanas.
Si con un polvo y otro polvo, se formó una polvareda, de insolencia en insolencia dirigencial recurrente, bajo sin fin de etiquetas, se ha forjado el opaco destino del pulgarcillo. Por ello es una pena, sin llanto que alivie, la escasa denuncia e inconformismo por la desgracia inevitable de Cabral dimensión, siendo o no de aquí o de allá, en torno al silencioso Habemus stupidus, no obstante que con y a pesar de los pesares, a diario se verifica, multiplica, y ratifica cada cierto lapsus de tiempo (entre otros, electoralmente de ordinaria preferencia, similares y conexos): que “siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación” (primera ley…), aunque pululan en cifras oceánicas.
Se diría, con menguada difusión y ceñida aceptación, que esta falta de apreciación es una ley cuasi irrefutable que domina el destino de los terráqueos que viven en este nuestro planeta MAR (agua, aqua, acqua, aigua, watter, wasser, voda, vode, eau, вода, van, 水, etc. hay para todos los “gustos” lingüísticos), antidemocráticamente llamado Tierra, errata inaceptable e incomprensiblemente no actualizada a estas alturas de la civilización y avance del conocimiento, si consideramos que abunda más el agua máter (¿70%? ¿o será 75% o más por la que navega en el aire –nubes por ejemplo-, organismos vivos, etc.) que la tierra páter (25% o menos). Una errática denominación contra la mayoría por superior influencia a conveniencia habitacional de una minoría.
Para al menos intentar reducir anticuerpos de rechazo valorativo (bajo acusación de frustrado o acomplejado quien aquí relata) sobre la múrmura en ciernes y entender, ojalá aceptar y compartir preocupaciones, resulta útil desnudar la belleza
amarga, majadera y letal de esta indomable fiera condicionante y asesora (entrometida) del comportamiento humano, al conocer con mayor precisión y detalle sobre las manifestaciones y alcances de la estupidez. De paso, a manera de auto diagnóstico se facilita cotejar si todos o parte de los síntomas y ropajes trastocan nuestra existencia en el plano individual y del conjunto de la sociedad a nivel socio político (en particular) y en otros etc. espacios relevantes de la vida diaria.
A dicho confesable propósito, Paul Tabori, economista y novelista húngaro nos auxilia describiendo magistralmente los pormenores con su obra “Historia De La Estupidez Humana”, cuando rezonga que su libro:
“Trata de la estupidez, la tontería, la imbecilidad, la incapacidad, la torpeza, la vacuidad, la estrechez de miras, la fatuidad, la idiotez, la locura, el desvarío. Estudia a los estúpidos, los necios, los seres de inteligencia menguada, los de pocas luces, los débiles mentales, los tontos, los bobos, los superficiales, los mentecatos, los novatos y los que chochean, los simples, los desequilibrados, los chiflados, los irresponsables, los embrutecidos. En él nos proponemos presentar una galería de payasos, simplotes, badulaques, papanatas, peleles, zotes, bodoques, pazguatos, zopencos, estólidos, majaderos y energúmenos de ayer y de hoy. Describirá y analizará hechos irracionales, insensatos, absurdos, tontos, mal concebidos, imbéciles... y por ahí adelante. ¿Hay algo más característico de nuestra humanidad que el hecho de que el Thesaurus de Roget consagre seis columnas a los sinónimos, verbos, nombres y adjetivos de la estupidez, mientras la palabra sensatez apenas ocupa una?
Si para muestra un botón, baste recordar una de las tarugadas doctas de un ex presidente pulgarcillo y luego candidato nuevamente a la macolla, al decir como quinta esencia superlativa de su propuesta electoral: “mi programa no es ideológico sino lógico”, en aras por desarmar de cuajo el aparente ‘pendejismo’ de sus oponentes.
No, pues así de ‘chiche’ (guanaco=fácil) con tal ‘chido chido’ pensar fútil, habría que concluir extensivamente que el joven nuevo Alcalde de la capital (objeto de burlas por algunos de sus adversarios ante tan audaz y ejemplarizante pretensión), entre otros emprendedores, se quedaron cortos, del sustantivo-verbo “enano”, al involucrarse en promover y gestionar un proyecto aéreo espacial (increíble, insólito, inaudito para nuestros lares) que haga llegar una sonda (felizmente si bien de medida pulgarcilla) a la atmósfera (una a 30 y otra a 120 kms sobre el nivel del mar), ya que si fuese otro malvado o estúpido el ocurrente involucrado (cualquier similitud con la realidad es ineludible coincidencia), de los que toman pastillas para engrandecer sus “cualidades”, mínimo habría propuesto un cohete para llegar a Saturno, para demostrarle a la NASA y la Agencia Espacial Europea, a los Chinos y/o Rusos pretensiosos por llegar a la luna o a marte, lo cachimbón que ‘semos’ en el pulgarcillo, y sin hacer bulla ¿?.
En protección a truenos de aturdimiento como la “magistral” gusarapa ocurrencia de ser lógico y no ideológico (y chingo más gemelos, similares y conexos), además de persignarse (con la diestra o la siniestra al gusto), tener presente que “
por estúpido que sea lo que dice el necio, en ocasiones es más que suficiente para confundir al hombre inteligente” (Nikolái Vasilievich Gógol).
Carlos Cipolla, historiador económico italiano, profesor de la Universidad Californiana de Berkeley, autor de “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”, aclara que su obra no es producto del cinismo ni de derrotismo social, y entre sus muchos aportes explicativos, verdaderamente lógicos a diferencia del ninya-lógico citado, enuncia que:
…. “Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder dinero, tiempo, buen humor, apetito, productividad, y todo esto sin malicia. Sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente”.
…. No resulta difícil comprender de qué manera el poder político, económico o burocrático aumenta el potencial nocivo de una persona estúpida.
La estupidez es la madre macabra invisible de la mayoría de nuestros males. Estamos jodidos por la salsa ‘estupiniana’ que recorreré neuronas responsables de estimular reflexiones, decisiones y elecciones, desnucando mejores opciones. Neuronas nuestras y principalmente ajenas. Y el ser muchos acobijados bajo el mismo almendro, no es consuelo ni de tontos ni de vivos, en vecinos gigantes o pulgarcillos. El común decir en broma “estamos jodidos y contentos, pero no contentos de estar jodidos”, engendra una protesta genérica.
A veces estamos más jodidos, que antes o después. Pero el común divisor es estar jodidos casi todos ustedes, vosotros y nosotros. Pocos escapan a la regla. Ni siquiera los que aprovechan su existencia.
No estarlo, entendiendo por tal que
estemos menos jodidos, si se pertenece al
casi todos, es casi imposible, puesto que para lograr el cambio se requiere/exige un mega movimiento, un revuelco –que no necesariamente es un revolcón revolucionario con patadas y mordidas, flechazos de fusil, cañón, cohete o láser-; en grado tal que el momento posterior muestre sustanciales diferencias cualitativas, más que simples mejoras cuantitativas (ojalá) en el bienestar integral de las personas, peor si no superan los supuestos “beneficios” más allá de embrutecerse
con simples “gui ri guiri” discursivos, del diente al labio, sin efecto atractivo en sus circunstancias y perspectivas, como los observados en los mal-nacidos, corrección, mal-nacionalistas 20 años del antes de ayer pulgarcillo. Por cierto: ¿Y qué ha pasado, pasa o pasará, luego del ayer más reciente, el mero presente y siguiente a futuro inmediato? ¿También el mismo pesar de frustración, insuficiencia e insatisfacción? ¿Dijeron nueva esperanza o novedad que hay viene Lorena.
Cambios con indicios menos platónicos (invisibles) y más aristotélicos (tangibles) que superen la verborrea tradicional recurrente sin sustento en la vida material y espiritual de las familias, son los ansiados. Sin aquella PAJA que particularmente insiste en que estamos mejor que el ayer de antier, hoy o mañana. Que navegamos como en un ‘cuete’ a la luna, tan veloz que no es posible captar su identidad clara, pero si su manifestación que existe por el ruido enajenante y ensordecedor; entiéndase publicidad marinada con maraña, aunque individualmente los miembros del casi todos no lo vean ni lo perciban, ni huelan el progreso, muchas veces regreso.
Frente a la sensación de alarma permanente en la sociedad pulgarcilla por no ver claro la luz al final del túnel, siempre ha sido recurrente el llamado ciudadano, por interesados responsables del aprieto, a tener paciencia de alcurnia infernal por la enfadosa realidad que los arropa; autores que intentan esconder incompetencia vociferando con frialdad intransigente el bla bla bla que los índices estadísticos juran sobre natura, cual juramento ateo por diosito santo, que si es cierto la prosperidad aunque no se ¡digiera! en la comunidad por lo complejo de su realización ¿? Bueno, los que reciben bonificaciones por falso retiro voluntario, adelantamiento para obviar no reelección, por ejemplo bien “ejemplarizante”, claro con lucrativo por supuesto que si la registran y usufructúan felicidad; pero ellos, al menos temporalmente, no son parte del casi todos jodidos.
Todo ello propio de los regímenes que nos catequizan bajo analfa-bestialismo danzón, con o sin referencia a lo divino, a tener FE que sí es verdadero que vamos camino a la bonanza, luego que se termine de “corregir” la desastrosa herencia previa. Por cierto, permanentemente siempre se acude para justificación de la ineptitud una herencia deplorable previa, que si bien es cierta, no acredita la presente o que sigue, en infinita recurrencia, muy del acierto que expresa “el futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente” (Gustave Flaubert)
Una Fe vacía que tras telones mueve y negocia el provecho para terceros desconocidos y otros hartos conocidos, en detrimento de las esperanzas mayoritarias sin futuro de un mejor porvenir para primeros y segundos que se preguntan ¿Cómo y qué dijeron que es así? ¿Por qué muchos estamos bien cuando solo unos pocos la pasan re-bien? ¿Cómo es eso de que resulta un privilegio orgásmico que otros que son unos pocos tantos sean privilegiados a costa de los muchos de nosotros que permanecemos fuera de la fiesta del progreso?
Habrá cambios cuando su real vigencia sea testificada por los masivamente supuestos beneficiarios, sin necesitar involuntariamente ser representados etéreamente por índices estadísticos que dicen decir lo que aquellos ni por cerca avizoran. Ser o no ser medio hambriento o mal comido, medio enfermo o mal curado y muy baboso, no es un dilema o cuestión ‘shakesperiana’ sino un tormentoso verraco condicionamiento urgido de ser desaparecido.
Como hipótesis preliminar explicativa pro correctiva del drama, se pone a consideración que hay que reconocer la vigencia virulenta de la estupidez vagando a diestra y siniestra, oriente y poniente, por lo que para que forjemos un cambio que si cambia, hay que exorcizarse de sus consejos y múltiple influencia.
Mugre santísima ¿Y ahora quién nos protege si al Chespirito se lo llevo a otro cosmos su compadre Chómpiras? Bueno, como no todo está mal, sino que amanece y
reverdece plus cuan peor
: digamos que por lástima o renovada confianza, solo quedamos nosotros por nuestra incontable cuenta pa’ salvarnos del tamal incomestible que sobrellevamos. Para
empezar, examinar y actuar sobre el básico
comienzo que hay que impulsar, post elemental reflexión de las llamadas y alertas siguientes.
¿Cuáles pistas para dejar de estar ‘luceados’ nos ofrece esa bendita ciencia sin científicos que llamamos Fraseología? Un utilitario simple pero poderoso botiquín de emergencia cognoscitiva. De hecho, promover su auxilio significa reivindicar su status familiar de pariente no reconocido con la suprema filosofía, vistos en similitud sus alcances multivariados, a diferencia de las tales ciencias particulares que escupen únicamente bajo estricto peregrinar dentro de la especialidad que se acuartelan.
Veamos un listado preliminar escogido al azar indiscreto del vasto bagaje de postulados afortunadamente heredado, por cuya reflexión, en grado de ensayo no ensayado, podríamos encontrar inspiración reflexiva para identificar el camino a seguir en afán de proyectar el cambio que si cambia y se convierta en inequívoco cierto con certeza real ver al fin la luz ansiada del bienestar y progreso al final del túnel:
· Don Beto Einstein nos recalca claro y contundente el meollo del tema al decir:
o “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera”.
o “La diferencia entre la estupidez y la genialidad es que la genialidad tiene límites”
· Aunque los matemáticos no lo comprendan
o “La estupidez humana es la única cosa que nos da una idea del infinito” (Ernest Renan)
· Por ello espanta la advertencia que “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda” (Martin Luther King)
· Definitivamente que:
o “La mente humana es limitada, pero la estupidez humana es ilimitada” (Wilhelm Steinitz).
· No es suntuario aclarar que al mencionar
o “Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos estúpidos son los hombres”. (Jules Renard)
· En efecto, ya que se dice que
o “La estupidez es el talento para la equivocación” (Edgar Allan Poe)
· Importante no perder de vista que
o “La ignorancia puede ser curada pero la estupidez puede ser eterna” (Masahide)
· Hay que estar precavido y atento a que
o “La estupidez insiste siempre” (Albert Camus).
· Incluso hay un falso sentimiento que invita a ser master en estupidez por la vigencia tragicómica en los incautos en torno a la premisa
o “Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requiere para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos” (Gustave Flaubert)
· Hasta se dice parafraseando que
o “El camino de la estupidez está pavimentado con buenas intenciones”.
· Ser prudente, pacifico, inteligente, y racional debe entenderse en el sentido que
o “Soy paciente ante la estupidez, pero no ante quienes se enorgullecen de ella”
· No distraerse de ver causas y causantes, por aquello de que
o “Cuando un hombre estúpido hace algo que lo avergüenza, siempre dice que cumple con su deber” (George Bernard Shaw).
· Alerta total contra las musas que venden ácido acetilsalicílico (¿Cuál wau por el palabrerío si es simple aspirina?) contra el cáncer del retraso que nos mantiene estar jodidos, puesto que
o “El problema con el mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que los estúpidos están llenos de confianza” (Charles Bukowski).
· No hay que decepcionarse por que
o ”Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda” (Jean de la Fontaine)
· Se requiere audacia y mucho más ya que
o "Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
· Estar plenamente conscientes que excepto para los gobernados
§ “En política la estupidez no es una desventaja” (Napoleón Bonaparte)
· Finalmente, recordar la sabia (y/o racista) reflexión aclaratoria que en última instancia “no es culpable el indio sino quien lo convierte en compadre”, que expresado en equivalentes fraternos términos aconseja reconocer que “La estupidez es, por cierto, un producto de la voluntad” (Aldous Huxley)
· Definitivamente que para ser factible “Un cambio se produce porque la gente ordinaria haga cosas extraordinarias”.(Barack Obama)
Tarea harto complicada y difícil pero no imposible la de anhelar y salpicar a lo macho y femenino para que se construya el CAMBIO QUE SI CAMBIA. Como toda regla siempre hay excepciones, pues se dice que un ciego (de los ojos) no tropieza dos veces con la misma piedra. Únicamente los ciegos de pensamiento. Por ello tener presente las insinuaciones antes citadas que alumbran sobre la estupidez.
Necesitamos mucha “fantasía” proverbial para crear/parir y caminar un sendero hoy inexistente que permita salir de los atolladeros coyunturales (maras…inseguridad) y las estructurales (pésima formación educativa, penosa calidad y cobertura en salud pública, corrupción hormiga, perrera medio desnutrida y elefante, pobreza aberrante)
Si le preguntáramos a Don Beto que hay que hacer, seguro respondería… HOMBRE…YA SE LOS DIJE… y lo repiten hasta la saciedad, pero les falta entender/asimilar, aceptar y actuar para transformar. Por lo tanto, REITERO:
¿Entonces? Y como ya me adelanté a sus interrogantes (Don Beto habla sin reservas) a ustedes corresponde la carpintería operativa, cual arquitecto que usa su imaginación para diseñar algo nuevo. “Ojo”. Para repetir lo mismo, no es necesario pensar, únicamente seguir siendo fans del gran engendro de la estupidez, embrutecidos por las musas de siempre, sabiendo de antemano que los frutos serán los mismos siempre de ‘pior’ en ‘pior’, obviamente.
Si no pretendemos, ser estúpidos hasta el infinito y dejar de ser ciegos de pensamiento:
¿Cuál es entonces el revuelco mega movimiento que podría conducir el y al cambio que si cambia para romper el círculo vicioso que nos tiene atrapados?
Este chunche continuará…