Cuando en mis años de rebelión mi tata vio que mi impetuosidad estaba rayando en la arrogancia tocante a la religión me paró el carro.
Entonces yo tenía 20-21 años y yo
estaba tratando de enderezar cachos con el culo.
Yo le había contado a mi ruco que
había descubierto los evangelios apócrifos, pero sin haberlos leídos creí le
podía tocar los huevos al tigre y cada "protestante" que tocaba la vieja puerta
de mi changarro en la colonia Santa Lucía yo terminaba polemizando con ellos.
Me creía la mamá de tarzán en calzoneta
porque "ya había leído la Biblia entera".
Los mormones, que mi tata me
aseguraba eran espías de la CIA, eran los que más llegaban a tocar la puerta…
Había muy pocos evangelistas en esos días en la capital, pero eran más
numerosos en el interior del país.
La verdad es que el cierre de año
y medio 1972-1973 de la U, me halló cuando había descubierto la lectura. Me
subía al techo de mi casa, en medio de la sombra que proporcionaban las ramas
del palo de guayabas peruleras, allí me quebré muchos libros.
Pero leer la Biblia fue todo un
reto.
Y no fue que me convertí en ateo,
como la palabra de moda "comunismo", yo no tenía claro el término ateo entonces,
pero allí en ese techo, leyendo la Biblia, comencé a darme cuenta que había relatos
raros que ningún cura jamás me había mencionado…
"… Habiendo pues,
comenzado los hombres a multiplicarse sobre la tierra y procreado hijas, 2)
viendo los hijos de Dios la hermosura de las hijas de los hombres, tomaron de
entre todas ellas por mujeres las que más le agradaron…….. 4) Es de notar que
en aquel tiempo había gigantes sobre la tierra: porque después que los hijos de
Dios se juntaron con las hijas de los hombres, y ellas concibieron. Salieron a
luz estos valientes del tiempo antiguo, jayanes de nombradía".... Sagrada Biblia Guadalupana, página 14, edición 1980.
Apenas había leído 13 páginas y creí
estar de nuevo leyendo historias de la Mitología Griega que la señora Aguilera,
profesora de Literatura en cuarto curso Inframen, nos introdujo haciéndonos
leer La Odisea, El Vellocino de Oro, La Ilíada, Medea… Aquiles, Hércules,
Perseo, Pan… Y todos esos aún hoy inmortales semidioses griegos también fueron "hombres ilustres de aquellos tiempos".
Yo pregunté por muchos años
a católicos, evangelistas y mormones sobre este capítulo bíblico… Todos decían
eran ángeles... Una respuesta seca, chibola simple…, me pareció no tenían una
más digerible respuesta… Paré de preguntar y comencé investigar en otros libros.
Y así me di cuenta con los años
que la Biblia, literaria y teosóficamente, es un gran libro que desgraciados llenaron
y diezmaron su sublime graciosidad con incoherencias, discordancias,
discontinuidades y mucha fantasía griega.
Gracias a la niña Ena, mi vecina de
pegado, en mi pasaje G, que laboraba en la Biblioteca Nacional, en 1977 me di
cuenta que allí tenían los Evangelios Apócrifos. Era un libro Editorial Porrúa amarillento
y deteriorado, pero aún completo, cuando leí la introducción por primera vez
leí sobre la palabra "Fuente Q" que yo busqué en la enciclopedia de 4 tomos de mi tata y no hallé nada.
Me lance en la búsqueda por obtener este libro hasta que hallé la Librería Osiris.
Los Evangelios Apócrifos llenaron
muchos vacíos que no menciona la Biblia, pero que la cristiandad acepta.
Leer estos apócrifos que en el
concilio de Nicea del siglo IV quizás el mismo emperador Constantino los rechazó,
comencé a indagar sobre qué religión mis padres me habían criado...
Comencé a escudriñar aquí y allá…
Los apócrifos son importantes de
leer. Hoy se pueden bajar gratis en la red.
Literatura Cristiana: Evangelios Apócrifos
IV
XXIX
1. Entonces José se espantó, y llevó a Jesús y a su madre a casa.
2. Y he aquí que un niño, también agente de iniquidad, corriendo a su encuentro, se arrojó sobre un hombro de Jesús, por burlarse de él, o por hacerle daño, si podía. Pero Jesús le dijo: No volverás sano y Salvo del camino que haces. Y en seguida el niño feneció. Y los padres del muerto, que habían visto lo que pasara, dieron gritos, diciendo: ¿Dónde ha nacido ese niño? Manifiesta que toda palabra que dice es verdadera, y aun a menudo se cumple antes de que la pronuncie. Y se acercaron a José, y le dijeron: Conduce a Jesús fuera de aquí, porque no puede habitar con nosotros en esta población. O, a lo menos, enséñale a bendecir, y no a maldecir. Y José fue a Jesús y le dijo: ¿Por qué obras así? Muchos tienen ya quejas de ti, y nos odian por tu causa, y por ti sufrimos vejaciones de las gentes. Mas Jesús, respondiendo a José, dijo: No hay más hijo prudente que aquel a quien su padre ha instruido siguiendo la ciencia de este tiempo, y la maldición de su padre no daña a nadie, sino a los que hacen el mal.
Después de haber leído el libro completo le comenté a mi múcura, una devota católica, le dije que lo leyera como arte, como literatura, y como compendio a las enseñanzas cristianas, me dijo que neles, me recalcó que ella estaba feliz con su fe… y yo respeto eso…, desde entonces jamás hablamos del asunto…
…, pero yo seguí investigando y leyendo sobre esta literatura y arte religioso.
Tamen