
Su historia me hizo recordar, en minúscula escala, mi propia historia como estudiante en gringolandia.
No hay duda que la mujer es inteligente: se graduó de Princeton y de Yale, donde muy escasos hispanos y negros asisten, mucho menos se gradúan, estas son universidades para la familia de la élite y ¡puta! son carísimas hermanos.
Hay un grupo de universidades que los gringos llaman “Ivy League” porque son universidades caras y selectivas, no cualquier pendejo es aceptado, y estas dos universidades, donde la jueza asistió, están en la Ivy League. ¿Cómo una mujer de familia de escasos recursos pudo asistir a estas dos universidades? No he encontrado en internet la respuesta a ello, así que tuve que figurármelo comparando a cómo yo le hice.
En 1988 que yo ingresé a la Universidad de Illinois en Chicago (UI), una universidad de mediano rango, pagaba 970 dólares cada cuatro meses (entonces la UI usaba “quarter”, en vez de semestres) sólo de colegiatura o “tuition”, a esto se agrega gastos de libros (cada uno no menos de 70 chuyas) transporte, gastos personales y los inevitables etcéteras, por supuesto, todo esto lo hace un chingo de pisto para estudiar en una universidad gringa cualquiera. La Ivy League entonces cobraba seis veces más de lo que yo pagaba en UI, pero hoy, 20 años después, las colegiaturas han subido cuatro veces lo que yo pagaba entonces… lo que quiero decir es que no es barato para una minoría pobretaria pagar universidad, además que para ser aceptado se tiene que tener un promedio alto de GPA (grade point average) y la Ivy League es más paloma aún con el GPA.
Me imagino que la juez Sotomayor tuvo que haber hecho como yo tuve que hacer: pedir ayuda financiera y pisto prestado de un banco con el gobierno de fiador del préstamo.

Todo lo anterior lo hice ya casado, con dos hijos y con un pobre inglés que daba miedo. Debido a que yo no nací en este país, y peor aún, llegué relativamente viejo (26 años) tuve que asistir cuatro años medio tiempo a ESL (inglés como segundo lenguaje) a un “Community College” (digamos, la UTEC en el terruño) donde se pagaba 23 dólares la “hora crédito” y que pagué de mi propia bolsa ya que era mojarra. Pero la clave es pasar Inglés 101, este es requisito indispensable para ingresar a una universidad gringa, se trata de mostrar proficiencia para escribir en inglés, y aún los gringos tienen que pasarla si aspiran ingresar a una universidad… entonces descubrí que mi debilidad tocante al inglés era hablarlo, pero mi ventaja era escribirlo, yo me mamé ese “english 101”, y di gracias a Dios que “speech” no era requisito esencial.
La jueza no hay duda ha de haber sido una “nerd” y siendo mujer fue más yuca aún, y no me cabe la menor duda que tiene impecables calificaciones para ser jueza de la Suprema Corte, aunque ya comenzó a recibir verga de la derecha republicana.
Sucede que en 2001 ella dijo que “una mujer latina podía alcanzar una mejor conclusión judicial que un hombre blanco quien no había vivido la misma vida que ella tuvo”… ella ha sido marcada de “racista inversa”, vayan ustedes y figúrense porqué, pero, por ejemplo, Rush Limbaugh (clon de arenacho), un ultraderechista que tiene un programa de radio “syndicate”, o sea, a nivel nacional, ha acusado a Sotomayor de “reverse racismo” debido a las palabras que esta mujer dijo hace ocho años.
Pero la pregunta clave ¿está calificada, acreditada y capacitada esta mujer para ser la primera jueza jueza hispana de por vida de la Suprema Corte gringa?... yo personalmente opino que sí.
Tamen
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