
La palabra
Pipil en lengua
náhuatl significa "niño". Esto deriva del hecho que los Pipiles usaban mucho la letra "t" en su náhuatl, lo cual sonaba demasiado
blanda y dócil para las tribus
migrantes toltecas que llegaron a
Cuzcatlán. Las civilizaciones del
centro de México en su náhuatl usaban
"tl", dándole más
sonora y fuerte expresión a las frases en
náhuatl... de allí que se llamó Pipiles, o
"niños", a la cultura predominante en el precolombino
Señorío de Cuzcatlán.
La palabra náhuatl Cuzcatlán significa
"tierra de dicha" y se compone de dos palabras:
cozcatl = "collar", símbolo de la riqueza, y de la palabra
tlan =
"abundancia".Originalmente Cuzcatlán se llamó
Nequepio, dado por tribus
Olmeca y Quiché que habitaban la región antes de las
masivas emigraciones del norte a
Mesoamérica. Los Pipiles rebautizaron la región como Cuzcatlán debido a la
asombrosa fertilidad de las tierras de
Nequepio.
El
origen de la población indígena de
El Salvador es indistinguible. El historiador salvadoreño
Santiago Ignacio Barberena dice que en la etapa precolombina había una pluralidad que reunía
Amerindas (indios americanos) o autóctonos de la región,
Maya-Quiché (descendientes directos de los Olmecas),
Nahoa con sus descendientes directos los
Toltecas, y
los Aztecas, de estos
dos últimos ascendía directamente la tribu dominante del señorío cuzcatleco:
Los Pipiles. Lo anterior nos hace a los salvadoreños
más ancestralmente hermanos con el pueblo de
México (aunque no guste) que con
Honduras que es más
Maya y
Lenca.
La población que encontraron los conquistadores españoles
ya no era autóctona original del país cuzcatleco, sino producto de estas
tribus migratorias de más avanzada cultura. Se especula que todas ellas
descendían de un tronco común. Y como había variedad, se hablaban varias lenguas, entre ellas hay seis principales lenguas para la época de la conquista:
Pupuluca,
Pipil,
Pokomán,
Chontal,
Patón, y
Taulepalua. En muchas de ellas, el
náhuatl era la rama común, como el
indoeuropeo es a la mayoría de lenguas del mundo.
Los Pipiles, antepasados de todos los salvadoreños, hablaban el
nahoa o
náhuatl ligeramente diferente del
náhuatl que hablaba su antepasado
Azteca en la inmensa
Tenochtitlán. Pero había otras lenguas y razas tanto Maya-Quiché, como Lencas esparcido en lo que hoy comprende el actual territorio salvadoreño. Estaban los
Chontales en San miguel, como los
Lencas en Morazán, los
Chortíes en Tejutla, los
Sinca en Izalco y los
Pokomanes de Chalchuapa.
Los Pipiles eran principalmente agricultores, pero también guerreros. Su territorio abarcaba
de este a oeste el Río Paz, y el Río Lempa,
de norte a sur desde parte de Chalatenango hasta el océano pacífico. Trabajaban la arcilla y eran buenos alfareros pero sus conocimientos de la metalurgia eran rudimentarios, el único oro que poseían era el recogido de los ríos; además, es sabido que el
oro siempre ha sido escaso en Cuzcatlán; sin embargo, sabían fundir el
cobre sin usar hornos, y su
bronce era bastante resistente. Poseían su propio calendario y sistema de numeración, pero solo conocían rudimentos de las ciencias astronómicas y
adolecían de conocimientos artísticos como la pintura y las artes.
En tiempos de la
conquista, el territorio Pipil se dividía en diversos cacicazgos como los de
Cuzcatlán, Izalco, Apaneca, Ahuachapán, Apastepeque, Ixtepetl, Guacotechli, y
Tehuacan. Estos cacicazgos existían independientes, pero era el
Señorío de Cuzcatlán el que tenía la supremacía. Los historiadores, como
Domingo Juarros, hablan de
cuatro conocidos Caciques pipiles:
1)
Cuachimicín: gobernó antes de la conquista.
2)
Tutecotzimit, sucesor del anterior.
3)
Pilguanzimit.4)
Tonaltut.Además de
Atlacatl-Atonal que más de un escritor alega son el mismo, diferente del
Atonal que otros suponen lideró la defensa Pipil en la batalla de
Acaxual.
Cuzcatlán pasó ser el nombre de toda la nación Pipil; aún hoy día el vocablo inviste su nombre a toda la república de El Salvador. Pero la ciudad de
Coxcatlán, en aquellos días, estaba ubicada en lo que hoy es
Antiguo Cuzcatlán, a ocho kilómetros al sur-occidente del moderno San Salvador.
-"La Pipil Cuzcatlán, -dice Barberena-
se asentaba a orillas de una hermosa laguna que hace más de un siglo se secó". La ciudad era grande y poblada, con
casas de cal, pero carecía de edificios monumentales pues no se ha hallado
rastros arqueológicos de ello hasta ahora. Recuerdo la gente refería esa zona como
"Plan de la Laguna" en mi infancia en los años 60s.
En cuanto al
"Señor de Cuzcatlán", cuando llegaron los españoles hay dos versiones sobre quién era el cacique entonces. Unos cronistas dicen que era
Atlacatl (marino en náhuatl), otros dicen era
Atonal (sol del agua), unos pocos esgrimen era el mismo. Pero la aceptada versión de la tradición la ganó Atlacatl, pero el historiador
Jorge Lardé y Larín decía Atlacatl no existió, sino que era una denominación.
El
cacicazgo era hereditario a hijo o hija, y cuando el cacique moría, lo lloraba el pueblo por
cuatro días, luego se sepultaba el
cuerpo sentado, vestido con su mejor atavío y prendas. Existía un sistema de castas que se establecía así: El
noble (Pipiltzin),
comerciantes (Pochteca) y artesanos, y últimos en la escala estaban los
Plebeyos (Mazeguales). Los matrimonios eran civiles, religiosos y estrictamente monogámicos, el
adulterio era severamente castigado. Los hijos guardaban
profundo respeto por sus padres, y ese respeto y obediencia a su padre
(tatli) como a su madre
(nantli) se mantenía hasta la muerte. La tierra estaba parcelada y había nobles o señores (dueños de la tierra), y arrendadores (colonos) tierra se marcaba con colores para diferenciarla entre uno y otro.

Se castigaba el incesto y la fornicación con esclava, la violación, el robo, homicidio, y aún la mentira. Las penas variaban según la falta. En su religión
existían tantos dioses como necesidades a su supervivencia como pueblo, siendo el
Templo de Mita o Mictlán, consagrado a
Quetzalcoatl, el más reverenciado templo Pipil, éste se hallaba
situado a 12 Km., al oeste del lago Güija y del lado guatemalteco. Los Pipiles
no practicaban el
sacrificio humano en sus liturgias religiosas como sus progenitores
Aztecas lo hacían en el valle del Anahuac, y dice una leyenda (relatada por
Domingo Juarros en su Compendio de Historia) que a raíz que los pipiles se negaron a someterse a la soberanía de
Cachiqueles y
Quiché, la tierra Pipil sufrió una
invasión precolombina. Los pipiles nombraron a
Cuachimicín el jefe de sus guerreros para la defensa,
la invasión fue derrotada y Cuachimicín elegido cacique, pero debido a que este nuevo cacique decidió
comenzar sacrificios humanos para agradecer por la victoria a sus dioses, cayó en desgracia, fue derrocado y finalizó
ejecutado.

La más ventajosa carrera profesional era la de las armas, así como el más reverenciado dios era el de la guerra. El
servicio militar era obligatorio y no había declaración de guerra o papeleo para tal cosa pues la ventaja era sorprender al enemigo. Esto obligó a la mayoría de tribus
erigir sus ciudades en
montañas y lugares difícilmente accesibles, y los que construían ciudades en las llanuras las amurallaban. Para la guerra no andaban pensando en
"táctica y estrategia". Se convocaba al
sacerdote principal, el cual hacía sus trabajos de nigromancia y sortilegios, y si decía que el dios, o dioses, mandaban atacar, eso se hacía y atacaban. Había
reclutamiento general y las armas eran
lanzas de hasta seis metros de largo, flechas,
espadas de madera, hondillas, y el vestuario era
pesadas armaduras de algodón y escudos de cuero.
A los sonidos de
trompetas de caracoles, dando gritos y alaridos, se lanzaban al ataque en completo desorden. Los jefes y oficiales iban vestido con
piel de animales; la clave para la victoria era el número de guerreros, la nutrición de estos, y que tan buenos eran para soportar las luchas cuerpo a cuerpo. Los victoriosos saqueaban los pueblos vencidos y
masacraban a los habitantes... luego venía la fiesta de la celebración al dios que el sacerdote decidía.
Las guerras entre
mesoamericanos no eran muy diferentes de aquellas entre los
europeos medievales, excepto a la táctica, estrategia y las armas...
...Pero las
civilizaciones medievales europeas ganarían la guerra cuando el siglo XVI enfrentó a estas dos diferentes culturas durante
La Conquista.
Tamen.