Martínez Orantes nació en la ciudad de Santa Ana en 1932 y falleció en San salvador en julio del año 2005. Sus poemas llenos de versos libres cantan ardiente al amor como exaltan los tractores y pregonan la paz. La influencia de Neruda sigue sus versos cuando exalta a la amada y a la emoción del momento sin límite que engrosa su poesía. También incursionó en la narración y el periodismo, y escenificó los cuentos de Salarrué “La Petaca” y “La Botija” para el Teatro Estudio Amerindia, en un homenaje realizado en el Teatro Nacional de San Salvador en 1963.
Entre sus obras se hallan: Llamas de Insomnio (Poemas), Ballet (Poemas), El Arcángel de la Luz (Poemas); Fragua de Amor (Poemas)
LOS SOLDADOS, SEÑORITA
Los soldados,
señorita,
son tan humanos como usted.
Ellos también tienen sueños,
anhelos
y esperanzas.
No, no están hechos de odio.
Están hechos de amor
como de amor está hecho el bello cuerpo
que usted usa con gracia cotidiana.
Ellos nunca han sido enemigos del pueblo
ni jamás han deseado
verse la manos empapadas
con la sangre de otros hombres.
Son gente sencilla, frescamente sencillas.
Casi todos son hijos de obreros
o campesinos,
de tristes mujeres que lavan o aplanchan
ropa ajena
para ganarse el pan.
Un día les ordenarán: "Defiendan la patria".
Y ellos marcharan, obedientes,
en contra de otros soldados
a quienes también habrán dicho:
"Defiendan la patria".
Antes de que los maten, matarán.
Cruzarán fangales y desiertos.
Muchos caerán podridos de hambre y sed,
lejos, muy lejos de las lágrimas de sus hijos.
Cuando termine la guerra,
a los que sobrevivan triunfantes
la "Patria" los premiará con una medalla
para que, al correr de los años,
hinchando el pecho
se la muestren con orgullo a sus nietos.
¿Y los que con su muerte contribuyeron al triunfo?
¡Serán mártires de la "Libertad"!
El gobierno erigirá en honor de ellos
un monumento conmemorativo,
en el cual, en una fecha determinada,
un Ministro colocará, con mucha pompa,
una corona.
¿Y los otros?
Los otros serán prisioneros de guerra
o muertos
sencillamente.
Sí, señorita, esa es la triste historia
de los soldados.
No los desprecie.
No los mire con asco.
Ellos no son culpables de sus actuaciones.
Los culpables, son los que siembran el odio
en los caminos y los pueblos.
Los que a costa de sangre hacen riquezas.
Los que fabrican armamentos
en vez de arados y martillos.
Los que ansían conquistar
a los países
pequeños, para tener esclavos.
No odie a los soldados, señorita,
ni los mire con lástima.
Véalos como cuando usted se mira en un espejo.
...Un día
ellos, usted y los demás hombres del mundo,
nos reuniremos en torno a la esperanza
y cantaremos.
Cantando construiremos un mundo
que, con la frente levantada
caminará hacia el progreso...
Un día, señorita,
los soldados irán sobre tractores
conquistando la paz,
la paz que ansiamos desesperadamente.
EUGENIO MARTÍNEZ ORANTES
Tamen
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