Que lamentable
el suceso de los bebes intercambiados
que acaba de resolverse en mi tierra.
Se dio una tragedia que tantos pusieron en duda y lastimaron a una madre.
El hospital públicamente lo llamó "imposible" sin importar el efecto sobre la madre… Abogados contraminaron la honestidad de la madre…
y algunos en mi currunchunchún, que
siempre llena la sección de comentarios,
lo llamaron "chanchullo de la madre".
La casi inefabilidad
del ADN salió a relucir y dijo que en este prestigioso hospital se intercambiaron
dos recién nacidos hace tres meses.
Punto.
En este lamentable drama, y el resultado "exprés",
ha habido ganadores y perdederos.
Felicitaciones a los padres, el extranjero y la compatriota, que tuvieron la osadía
en denunciar públicamente la tragedia
nomás descubrirla. Sin este crítico paso nada
hubiera pasado.
La institución llamada Fiscalía General de la República funcionó esta vez, y rápido, cosa rara en mi terruño, los motivos
del fiscal Martínez para ser esta única vez tan efectivo podrán ser
muchos y variados, pero es el relevante desenlace del suceso lo que esta vez cuenta.
Guste o no el fiscal ha salido en caballito
blanco ante la población.
El fiscalito Martínez, en proceso de reelección, vio la gran
oportunidad y hay que honestamente aceptar que la manejo hábilmente a su favor y con buen resultado contra un poderoso
y petulante hospital privado con vastos recursos económicos.
El Hospital Ginecológico resultó un gran
perdedor.
¿A quién en ese hospital privado se le habrá ocurrido
la imprudencia, petulancia y estupidez
de insertar las palabras "certeza" e "imposible" en un comunicado oficial?
Un hospital es básicamente regido por protocolos. He trabajado en cuatro hospitales en USG por 25 años y cada departamento o sección
dentro del hospital tiene su propio S.O.P. (Standard Operation Procedures) o manual de procedimientos, para hacer
que todos estemos en la misma página y no
nos salgamos del huacal…. Pero se puede dar el hecho que alguien por pereza,
ignorancia, desconcentración, maldad,…etc.…, no siga el procedimiento, se salga
del huacal y se comete un error… u horror
como en este apenado caso.
El Hospital Ginecológico tiene su S.O.P. -que la vocero del hospital casi lo llama infalible-, y la regó poniendo la mano al fuego por sus empleados y médicos que rentan su espacio. Se tragó sus palabras.
El gran
poder de las redes sociales y medios cibernéticos fue manifiesto. Este caso
fue noticia mundial gracias a ellos.
En ausencia de escasa o nula información
a los salvadoreños por los tradicionales
medios escritos, radiales y televisivos debido
al contubernio, las redes sociales llenaron
el vacío y salieron grandes
ganadores.
Pero un perdedor
es el médico que efectuó el parto. Sí las alegaciones de la madre son
ciertas, y todo indica que son, el ginecólogo
durante el prenatal no debía haber vaticinado u opinado del potencial color de la piel del bebé…
Y ya en medio del problema debía haber
mostrado buena disposición pública ante el dolor de la madre y ex clienta
en caso sus alegaciones resultarán
ciertas como se dio…
… Y terminantemente
puesto freno a las declaraciones
imprudentes en su nombre por sus
abogados defensores.
"No
hay una evidencia sólida que diga que el bebé que tiene la señora no es su
hijo", dijo su abogado a los
medios… una escupida a la integridad de
una madre y a la madre en general… Una madre no reniega de su hijo así
por así… Un matasanos buxo hubiera públicamente
rechazado esta declaración y echado a la mierda al abogado.
Tengo varios amigos en
la profesión médica porque dos veces,
y en dos distintas generaciones, fui yo mismo aspirante, son ex compañeros de escuela y seguimos en comunicación, pero los varios gremios
médicos en general y en especial el
gremio de ginecólogos y obstetras no
hicieron buen trabajo de relaciones
públicas que ayudara a subsanar la pésima
imagen que hoy tiene el médico con gran
parte de la población.
Hicieron una vigilia en apoyo de su colega
acusado pero no hicieron una sola
declaración de simpatía y empatía ante el dolor y sufrimiento de la madre... En vez de ello se pasaron la
pelota del ginecólogo
al pediatra neonatólogo… Dieron la impresión de darse verga entre ellos mismos sin aceptar ninguna responsabilidad de lo que pasaba en su cancha.
Un potencial ganador con este turbio caso es la red de salud pública
y privada para hacer ajustes y reparaciones y no se vuelva a repetir… que suceda esto es ser un salvadoreño soberanamente optimista, lo cual no
ocurre.
El gran perdedor es mi gente y ese estremecimiento de inseguridad natal que ha surgido en toda
la población secuela de este incidente.
Si en un hospital privado que cobra caro y por
tanto accesible a unos pocos suceden estas turbias ondas… ¿Qué estará pasando en los
hospitales del estado?
Quizás un feo, auto culposo, e íntimo sentimiento de vacilación inconscientemente
surja en muchos padres y madres que verbalmente
no lo digan a nadie…, pero lo piensen… ¿Será mi hijo?... ¿Será mi hija?... Es
peor si cuando vacilantes buscamos y
no hayamos rasgos físicos que nos
alivien.
Tamen
.
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