viernes, noviembre 06, 2009

Lo Nuestro: León Sigüenza


Entre los Fabulistas Cuscatlecos Leon Sigüenza (1895-1942) fué único en el género. Nacido en la ciudad de Cojutepeque, departamento de Cuscatlán, Sigüenza simbolizó la fábula satírica, usando muchas facetas y elementos para su fabulación, y lo usó cómo forma de aconsejar a los políticos, o exaltando virtudes y vicios de los humanos con gran eufemismo y vitalidad. También exploró el campo de la poesía donde versifica la brevedad de la vida, modulada en el bien y el mal.

 
LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Todo el verano la Cigarra canta
y durante el invierno le pide
a doña Hormiga su vecina,
le dé algún alimento.

La previsora Hormiga se lo niega
diciendo más o menos: 
-Si hubieses trabajado en el verano
tendrías un granero.

¿Cantaste en el verano? Ahora baila,
aunque pese a tu cuerpo,
porque el que no trabaja cuando debe
ha de vivir hambriento.

Esto cuenta Iriarte y La Fontaine,
fabulistas de peso,
tan sólo por dañar a la Cigarra
que es digna de respeto.

Y por desprestigiar a la citada
sus apólogos fueron,
a mi juicio, contrarios a la Hormiga
que vive en el descrédito

porque siendo la Hormiga laboriosa,
tendría más aprecio
si hubiese sido generosa y buena
con la amiga del cuento.

Y sobre el mismo tema de que trato,
veraz y justiciero,
voy a narrarles la siguiente fábula
que le aprendí a mi abuelo.

Era precisamente el mes de agosto,
caluroso y molesto,
a la hora en que el sol evaporaba
la humedad del terreno;

a la hora en que innúmeros reptiles,
sitibundos insectos,
buscaban sobre mustias florecillas
algún líquido fresco,

cuando llegó la Hormiga jadeante
al tronco de un pepeto,
en cuyas ramas vive la Cigarra
después del crudo invierno.

-Buenos tardes, señora doña Hormiga,
verla buena celebro,
(le dijo atentamente la Cigarra
acercando un asiento).

-Veci, amiga (la Hormiga responde),
apurada me encuentro
llegaron a la casa mencionada
buscando salvamento.

La Cigarra contaba como siempre
y les salió al encuentro.
Dice: -Sean ustedes bienvenidas,
lléguense a mi aposento,

y mitiguen la sed en mi bodega
mientras yo aquí me quedo cantando
las canciones del verano
a la luz de los cielos.

Las hormigas entraron presurosas
hasta el abrevadero
y apagaron la sed que les causaba
indecible tormento.

Como vio la Cigarra que tardaban
entró a sus aposentos
y al entrar, las Hormigas la aprisionan;
después se la comieron.

Para tener por siempre asegurado
aquel abrevadero,
mataron a la dueña generosa
esos viles insectos.

Que con tal de saciar sus apetitos
olvidan los perversos 
que al protector se le respeta siempre
con agradecimiento.

Más infromación sobre LEÓN SIGÜENZA

Tamen
.

1 comentario:

Unknown dijo...

gracias la informacion es muy buena

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