Sentando a la orilla del lago Michigan, en el muelle de la popular calle Wilson, veía a mis hijos corretear las gaviotas y patos, mi primogénito Jorge Jr., tenía 5 años ese día de mayo de 1985, nacido en el demonizado ISSS en San Salvador "Jorgito" había llegado de un año seis meses en 1982, no hablaba ni pizca de inglés, detrás de él corría Richard, nacido en Cook County Hospital en Chicago. "Richita" había nacido "sietillo" el 31 de diciembre de 1982 a las 11:52 de la noche, o sea, prematuro, con RDS o Respiratory Distress Syndrome, pulmones inmaduros y tan sólo dos libras de peso... pasó 15 días en incubadora... pero ya de tres años en 1985 estaba más "cholito" que su hermano…, hoy es un gorila de 250 libras y 5.10 pies de altura.
Pero entonces Richard era el american citizen (así en minúsculas) de la familia.
Fumando un Malboro
Light, baby sitting mi hijos, ponderaba la noticia sobre la
amnistía que Ronald Reagan ofrecía a los "indocumentados" como yo. Era una
oportunidad de arreglar papeles sin
seguir esperando… y ya llevaba cuatro años esperando... Mi broder, US citizen que nos había solicitado a
todos, aconsejó a toda la familia contra ello. Mi hermano caucionaba que no se
podía confiar en la amnistía. Los tiempos lo hacían razonar así.
Eran tiempos cuando ningún político apostaba ni un penny
sobre nosotros los hispanos, ya sea "ilegal", residente o ciudadano.
Recordé el día que recién cruzaba la frontera
gringolandesa en 1981 y me encontraba viajando con mi hermano la carretera interestatal 37, ya casi llegando a San Antonio, en Texas.... en el carro
alquilado mi hermano sintonizaba las noticias en inglés donde se anunciaba que Ronald
Reagan, quien hacía casi dos meses había tomado posesión del trono imperial, había sancionado enviar "consejeros militares" e intervenir de
lleno en la "guerra contra el comunismo" en mi terruño…
Yo emputado le preguntaba a mi broder : -"¿Y no hay oposición hispana que pare a este hijueputa?"… -Políticamente vos estas bebé, respondía
mi hermano, sos mojarra y no podes votar,
mejor metete al surco y deja el agua correr hasta que seas legal podas votar y
entendás como anda la onda aquí.
Y tenía razón.
En Chicago,
de entrada, no entendí la estructura política local, no sabía que era o hacía
un alderman o qué papel jugaba un Ward, District o Precint, no sabía que
tanto poder tenía un "capitán de precinto"…, ¿por qué había policía y sheriff?....etc.,…
Sólo veía que los mexicanos, los
potorros y los cubanos dominaban la esfera
política hispana y todos los pocos medios
de comunicación en español.
Con gran placer
y orgullo me di cuenta que mi
hermano era considerado un destacado
periodista y tomado en cuenta
por la comunidad hispana y los políticos locales tanto hispanos como anglos quienes
le brindaban consideración.
Mi hermano no
tenía diploma de periodista, ni nunca se graduó de bachiller en mi tierra.
Estudió en la escuela Walter Deininger, San Alfonzo, Colegio Don Bosco, INFRAMEN,
y en la Escuela Nacional de Agricultura, fue destacado estudiante y se ganó
varias becas escolares en esos entonces prestigiosos colegios que mis rucos jamás podrían haber afrontado pagar…pero no se graduó de
Bachiller... No voy hablar del porqué pues es su rollo y él ya se fue a otro
Cuadrante.
Sorprendido resaltaba a mis sentidos que arribó a Chicago en 1969 y para 1981 ya
hablaba bien inglés, escribía bien, leía inglés y era un periodista reconocido en la
farándula. Cuando llegué era ya Editor del semanario hispano más famoso de todo Chicago: La Raza. Además
tenía un corto radial noticioso matutino a las seis de la mañana en el programa "Lo Dijo Chapa"... Mi broder era exitoso y fue mi mejor ejemplo en como hacerla en gringolandia.
Como yo ya podía leer algo inglés y mucho más que lo
entendía hablado, leía el Chicago Sun
Times y el Chicago Tribune que mi broder
compraba porque tenía unas putas ganas de saber dónde me había metido.
En política leía emputado como los gringolandeses nos discriminaban
y repulsaban sin nadie decir ni pío. Mike Royko, un popular columnista racista, a cada rato nos hacía mierda.
Los hispanos en Chicago éramos minoría sin poder político ni económico, dos
factores que dominan el imperio. Cada momento salía cualquier anglosajón insultando a la comunidad hispana sabiendo que
no había ningún riesgo político,
social, o económico.
Éramos punching bag.
Por ejemplo el hasta entonces decano de los aldermans o
síndicos municipales, el italiano Vito
Marzullo, ganador en las recientes elecciones de marzo 1981, se quejaba que
en las elecciones, donde su ward se
había reconfigurado para albergar vecindarios
mexicanos en el suroeste de la ciudad, "contaron los gatos y los ratones
para derrotarme", un insulto sobre
el cual ni un sólo político hispano dijo nada.
La redadas de la migra era chapupa, ningún político
hispano alzaba la voz y si mínimamente
lo hacía era tildado de "un-american" y su futuro político se esfumaba.
La correcta afirmación anglosajona era que nosotros no votábamos.
Éramos muy pocos en 1981, andamos en los 8-15 millones entre legales, ilegales y ciudadanos en toda la nación…, éramos demográficamente enanos anyway, entonces ¿para qué preocuparse?
El 12 de octubre, Día de La Raza en Latinoamérica, en Chicago
lo habían declarado "día de los italianos" y hacían desfiles en las calles con
carrozas adornadas con banderas
italianas solamente… Fue chocante a mi vista.
Aducían Cristóbal Colón fue italiano… pero se les
olvidaba que Rodrigo de Triana gritó "tierra", no terra.
El día de la raza era la ocasión propicia que usaban
los anglosajones para echarle mierda a
España y sus conquistadores, los señalaban de asesinos genocidas y
ladrones, lo cual no andaban lejos, pero asesino
que juzga otro asesino no tiene derecho a perdón.
Comparo cuando en 1981 llegué a Chicago con mis hormonales 27 años a una ciudad liberal, demócrata
y corrupta…, con el hoy cuando en casi un mes cumpliré 64 años y vivo en un
estado macho man, cristianisísimo, jurásico y republicano… Pero en
vías de volverse liberal, demócrata y progresista.
Es increíble lo que 37 años puede hacerle aún al "país más poderoso del mundo".
Hace una semana la alcaldesa de Oakland, California, Una anglosajona, públicamente advirtió a la población hispana ilegal en el "golden
state" a que se pusieran buxos porque la migra
de Calígula USA los iba atacar con redadas.
En 2017 el estado de California hizo ley que era estado santuario y prohibió a los dueños de negocios y a la policía a cooperar con ICE (Immigration and Customs Enforment) o
sea, lo que cuando llegué a Chicago era sólo "la migra", hoy es la Gestapo de caligulita.
Sin duda los hispanos -como dijo Pedro Infante-, estamos llegando a Pénjamo.
New York City, Seattle y Chicago también se declararon
ciudades
santuarios de indocumentados, donde además de protección contra la Gestapo
de caligulita hasta licencia de manejar les dan a los hermanos indocumentados.
Estos estados se han acomodado a la realidad
económica que los hermanos indocumentados
constituyen.
"Los últimos serán primero y los primeros los últimos"
Lo he venido diciendo desde 1995, La raza blanca hoy mayoría está chiveada de la misma manera que los
10 millones de indios dueños de Norteamérica hace 500 años se pusieron chivas cuando esta misma raza
blanca comenzó a llegar en tetuntadas.
Pero su líder caligulita y su voto duro de racistas en vez de invitarnos a la mesa a cenar pavo y
celebrar la buena cosecha en la cual hemos
participado haciendo los trabajos que dejándonos de pajas ni anglos ni afros quieren hacer, nos declara la guerra
racial.
Yo soy ciudadano gringo by choice, pero también fui ilegal y un ataque a mi hermano indocumentado lo siento es
un ataque contra mí.
Por eso dicen que California
es siempre el pionero, la vanguardia de las ideas e innovaciones
que han sucedió en gringolandia después de la Segunda Guerra. “California es la sexta economía del mundo y
la antorcha que alumbra el sendero del sueño americano” dijo Reagan una vez… Pero en 1985 California era Republicana, hoy 2018 es Demócrata.
La hispanización
de USA es imparable e irreversible,
guste o no guste, sólo un real (no chafa) Holocausto donde nos liquiden de un sólo vergazo a los 50 millones que hoy somos se pararía…
y por mucho que trate caligulita y su élite racista raza blanca no la pararan.
Debían en vez ser smart y acomodarse a la realidad histórica como las ciudades santuarios porque oponiéndose la empeoran.
Ellos serán los últimos al final de la historia.
Tamen
.
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