viernes, marzo 27, 2009

Lo Nuestro: Nelson Rivas Cortéz

EL RECIÉN LLEGADO

Amigo lector, si usted es inmigrante puede que las historias a continuación le traigan algún tipo de recuerdos, o quizás usted tenga algunas de su propia cosecha; sea cual sea el caso, quizás concuerde que ahora cuando volvemos la vista atrás nos provoca risas estas situaciones, aunque cuando se dieron nos sentimos apenados o manifestamos candidez de nuestra parte. Prepárese pues a recordar...

Recién llegado me llamó por teléfono un amigo, yo le pregunté donde vivía para ir a visitarlo y él me dijo que "cerca de la 'liquor store'". Para mi ésto fue suficiente, y le pedí de favor a la persona donde yo vivía que me llevara a verlo. Él me preguntó: -"¿Donde vive?" - "..."cerca de la 'liquor store"-. Me volvió a ver riéndose y dijo: "Aquí hay una 'liquor store' en cada esquina, para saber donde vive..." (¿?)...

En la calle le llamó por teléfono al mismo amigo, y él me dice: "Dime el nombre de la calle para ir a recojerte". Le contesto: "La calle se llama ONE WAY."

Cuando quise mandar la primera carta a mi País fui a un buzón que está en la Burligton y Séptima Calle en Los Ángeles. Estaba un poco preciso porque ya iba a pasar el bus, así que me acerqué con paso seguro y "taz" empujé el buzón para poner la carta y no se abrió, y "taz" por otro lado y nada, y "taz" por arriba y nada, y "taz" por abajo, por un lado de reojo, con disimulo, ya enojado, en fin, "taz, taz" empujé por todos lados y el mentado buzón no se abrió... por último me fui con la carta de regreso viendo para todos lados haber si alguien se estaba riendo, y para colmo me dejó el bus. (Oh, man! - claro que no dije así porque entonces ni sabía...- ) Después supe que el buzón no se empuja, se hala para que se abra...

Ya en el Bus...el pasaje valía $0.85 y yo puse $1.00, y comenzé a buscar donde agarrar el cambio (¿?) La cajita del dinero se me figuraba como una de las maquinitas de chicles y ya esperaba hasta salir mascando... Siempre en el bus... me fui a sentar mascando nada.
Al rato se sienta a mi lado otra persona y comienza a hablarme: "¿De donde es usted?" "Cómo se llama?" "¿Dónde vive?" "¿Dónde trabaja"... por último, y ya enojado: "¿Habla español o es mudo?".-
Y es que me habían dicho que no hablara con nadie para que no supieran que recién había llegado; y la verdad es que con tanta pregunta me dió "caniyera" y sin decir nada me bajé en la próxima parada... y desde allí tuve que caminar hasta donde iba.
Lo bueno de aquí es que los buses casi siempre van en la misma calle.

Hace poco yo iba en un bus, y se subió una señora bastante humilde y me dió la impresión que necesitaba ayuda y le pregunté si yo podía hacerlo. Ella me mostró un papel con una dirección en él y yo le dije que le avisaría donde bajarse. Ella se veía nerviosa y para calmarla le pregunté: "¿Es usted salvadoreña?", ya que le había reconocido el acento. Ella dijo que no. Yo seguí: "¿De donde es?" - "Soy mexicana". Yo insistí: "Pero usted habla como salvadoreña!" -" Soy mexicana!". Tratando de darle confianza le dije con voz tierna: "Yo soy salvadoreño y quiero ayudarle". Ella ya más calmada me dijo que era salvadoreña y que acababa de llegar. Iba a ver un trabajo en ese momento, pero le habían aconsejado que si alguien le preguntaba de donde era, dijera que de México ya es más fácil regresarse de allí...(¿?) Yo me recordé de mis tiempos, pero la verdad es que con el acento que ella hablaba a nadie engañaba. Cuando llegamos al sitio le dije: "Apéyese aquí". Ella me contestó: "Va pué". Yo sólo levanté mi mano en señal de saludo y le dije: "salú"...

Sí, amigos lectores, no para todos ha sido fácil, aunque algunos ahora cuando alguien les habla en español lo miran y contestan: "¿What are you talking about?".


prestado de CUSCATLÁN

Tamen
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