martes, julio 23, 2013

Juancho: La Sodoma y Gomorra Indiana Sin Yon


Por Juancho
 
A pesar que el avance de la ciencia se encuentra cerca de provocar otra nueva revolución tecnológica con la informática cuántica, lo que significaría llegar a “domesticar” el átomo, el comportamiento de los electrones, los fotones, de las partículas microscópicas, es decir, con “brujería” terrenal llegar a incursionar en y hacer realidad un mundo de ficción. La trama arrebatada de la pulgarcita vida diaria no pasa de un estado obsoleto de burro-cracia que se resiste a desaparecer. No importa que diablillos la dirijan. El “todo cambia” que nos engalanó Mercedes Sosa, tiene intransigencia irreverente de los comediantes directores de la orquesta que impiden degustar un nuevo esperanzador libreto. Hay una pregunta inocente: ¿Así como en los ordenadores, estaremos cerca del límite en las majaderías?
Toda regla tiene sus excepciones. Pero cuando hay murmuraciones con sobrevuelo moral sobre nuestro diurno, nocturno y taciturno entorno, teniendo como protagonistas del sermón a los bufones duchos expertos en el blablablábla y demás colegas de ayer, de hoy (¿condenados a que sea de siempre?), de inmediato salta la innata vacuna de la prudente sospecha en activa defensa que invita al recelo terrenal. Máxime cuando vemos que las ilusiones de algo nuevo en el horizonte, una vez que son cotejadas con la cruda realidad Indiana Jones salvatrucha, simplemente terminan siendo un darle vuelta a la tortilla. Con dificultad de saber cuál lado o momento del presente o pasado es peor: vegetamos entre paganas orgías políticas y de otras variadas multiformes frescuras.
No es suficiente acudir al espejo gritando: ¿Cuál bronca? Si hay quejosos es por envidiosos revoltosos. Ya ven, (abran los ojos que) todos, sin excepción, somos iguanas de igual picante chinguenguenchona picardía desenfrenada. ¿Cuál es el escándalo puritanista sí únicamente es lo mismo, o peor, más de lo “mesmo” derecho-izquierdo chusco proceder?; y el o la que no son visiblemente “pipiripao”, es sólo porque no han tenido oportunidad de imitar el vicio. ¡Huy que mello! de miedo escozor. Simplemente la maldición “por los siglos de los siglos”, amén-digo.
La experiencia vuelve irrefutable la premonición que hizo Cantinflas al cuestionar a su adversario previo a un juego de dominó: "¿Vamos a jugar como caballeros ó como lo que somos?" Con tan inobjetable por comprobable realidad, forzosamente también recordamos el dicho: “mal de muchos consuelo de tontos”
Pero también hay anuncios esperanzadores, para variar de malinchismo fulgor, que germinan ilusiones, no por consuelo ni porque sean tonterías. Algo es algo, por pequeño, ajeno o irrelevante que parezca, pues en todo caso algo es mejor que nada de nada.
Aleluya, aleluya. Estamos salvados, si no de la amenaza contra un imbécil estornudo catastrófico nuclear-atómico, que unos u otros entre los poseedores de tan infernal juguetes demoledores, decidan emprender por ponzoña irreflexiva o toque accidental del botón rojo, al menos quizás si contra la amenaza de un potencial castigo celestial que nos sea marcianamente lanzado, en bíblica reacción por los recurrentes Sodoma y Gomorra truculentos pecadillos políticos, similares y conexos, que gustan nuestros “forzados líderes” desenfrenadamente ejercitar para mantenerse en forma.
Porque si tal fuese el contubernio que como humanidad tuviésemos nuevamente que soslayar, y si para revertir el castigo destructivo se nos permitiera traer a consideración algún humilde atenuante, lo primero en chisporroteada táctica abogansteril si se exigiera ejemplares salvatruchos, lo que significa impotencia insoluble, podríamos usurpar el papel de Lot y protestar, para luego apelar que se acepte en el juicio sumario previo al diluvio, obviar nacionalidades, puesto que si todos somos iguales ante las leyes terrenales, mucho más es esperar que lo seamos ante la ley divina. Aprobada la petición, presentemos ipso-facto como ejemplo de decencia dos ejemplares extranjeros, instructivas y envidiables experiencias en caliente fervor recién cocinados:
1. En la imperfecta madre patria, que es donde mayores avances de diversa índole muestra el mundo hispano parlanchín, tampoco hay la mayor referencia de virtuosidad, con un primer ministro (Mariano Rajoy), que no obstante no ser ni ladrón ni asesino, ni harem-usuario, etc. etc. casi etc. ya que no le podemos asignar completamente los formales etc. etc. que se acostumbran, pues si hay un etc. (con los famosos papeles de Bárcenas) que lo desaprueba en términos de integridad, pues trajina bajo sospecha de “sobresueldos” de su partido (Popular), mientras fue ministro previamente, cuyo pecado no es haberlos recibido sino no haberlos declarado y cancelar los “taxes” respectivos, Podemos decir, un simple pecadillo, quizás olvidable para un ser mundano que reconozca la imperfección del ser humano. Pero no en la política, principalmente porque merodea el adversario y/o el enemigo pendiente de cualquier deslizón al que sacarle rédito. Y se le exige dimisión.
2. Sin embargo, que esperanzadora ¡sorpresa!: al menos, en la segunda línea de los menos encumbrados, hay ejemplos ejemplares, que vale la pena reconocer: Primer caso: Frente al incómodo y penoso reporte tributario errado que se presentó ante el juez que dirime el caso por corrupción del yerno del Rey Juan Carlos, la Directora de la Agencia Tributaria pidió disculpas a la sociedad por haberse comunicado de transacciones inmobiliarias inexistentes a cargo de la Infanta y luego (aunque no tenía vela directa en el “entierro”), renunció por ser la cabeza de la institución en que labora el suscriptor del informe cuyo error administrativo podría provocar revuelo periodístico, nada más La directora de Hacienda dimite tras los errores con las fincas de la Infanta | Economía | EL PAÍS.
3. Segundo caso: Luego que el Director de Tráfico de la también madre patria española, fuese pillado por una de las cámaras viajando a 160 kms por hora, superando el límite de velocidad, y no importando si habría justificación de dirigirse a una reunión de trabajo, el desafortunado fans de la formula indycar, presentó su renuncia.
Recórcholis. Puede ser que haya quienes digan que los susodichos fueron babosos por “destetarse” tan fácilmente de la mina estatal a causa de pequeñeces. Sin embargo, son aplaudibles estos arranques de decoro profesional. Lo cierto es que no son ni deben ser toleradas faltas aun tan ligeras como las referidas. La decencia, honradez, ser y parecerlo en el ejercicio público (y privado-empresarial también) no son factores suficientes para garantizar el progreso, pero son conductas necesarias cuya evasión tiene fuertísima explicación de los niveles diferenciados en desarrollo que gozan los países. ¿Y cómo es allende por donde nosotros pululamos? Hagamos un brevísimo recorrido “histórico” en la tolteca pipil-india.
Si somos el pulgarcito de América no será por los estrechos 22 mil km cuadrados que mal disponemos; más bien por los vulgares pulgarcillos dirigentes que nos regentan a diestra y siniestra: los chambres populares acusan que a veces, y muy seguido, en las alturas la decencia y honestidad son sinónimos de cinismo. ¿Seremos actores irresistibles para Laura y su provocativo “que pase el desgraciado”? Veamos cuales han sido las experiencias, que lamentablemente facilita entender porque aunque nadie correría peligro de que lo conviertan en estatua de sal por mirón de la Sodoma-Gomorra jodarria que lo rodea, no nos salvamos de los salados líderes que nos “apadrinan”; hay variedad para todos los pesares: desaliñados padres de la patria, descarados guías espirituales, desvergonzados administradores de justicia; ya estuvo suave, mejor paremos las referencias que no hay placer en la tortura.
 
1. Un hermano Tiburcio insigne encumbrado pastor de buenas almas de allá en la sultana por el norte de San Salvador, ha sido tocado por el diablo, y por cierto varias veces; al menos ese es el argumento con el que ha justificado su merenguero proceder cuando en virulentas tentaciones carnales, ha sido pillado con chocarreros infiel secretillos de alcoba, sin faltar que su ex-esposa lo denunció por abuso y “pellizcones”, situación que terminó con el divorcio. Amén. Parece contradictorio, pero de algo que si hay prueba inobjetable no es sobre su experiencia terrenal con lo divino, sino con el de moño colorado demonio. Amén. Pero no ha renunciado. Siguió “orientando” ánimas necesitadas. Aunque debe respetarse el derecho que todo mortal tiene sobre a cual árbol se arrima para satisfacer el abanico de sus penurias religiosas o políticas que lo acosan, amén, lo reprobable en el caso del “augusto” prelado , a quien no necesariamente se le invitaría a distanciarse del pecadillo en cuestión pues sus curvas peligrosamente inmanejables debe poseer, si extrañamos que no se alejara del rol público de orientar espiritualmente, a sabiendas que difícilmente queda alguna duda si hay resabios de la necesaria y suficiente pureza humana terrenal de recato y pundonor que formalmente es de suponer exige un cargo como el aludido en materia de consejería religiosa.
2. Un diputado (y ex presi-den-te) en un desorbitado arranque de “imprudencia” cuando rebuznaba ambulando en la madrugada de una de esas noches deseable pero imposible de olvidar, bajo el tormento impulsivo del etílico enemigo, tuvo el desafortunado pulso de atinar en el blanco cuando a balazos recibió a la patrulla policial que acudió para atender una denuncia sobre desorden y escándalos en la vía pública. Amen. Con 200 mil razones la balaceada agente comprendió que perdonar es una virtud cotizada por lo que guardó silencio sepulcral ya presentadas las disculpas con aceptable signo $ de arrepentimiento. La coyuntura fue fértil en caricaturas sobre el penoso hecho de diversa índole. Pero la más importante noticia, la de dimitir, brilló por su ausencia. No solo no hubo renuncia del sospechoso seguro imputado, sino que se ha seguido ejercitando el sacrificado cargo de padre de la patria. Incluso, recién, puesto que los colmos de la desvergüenza mantienen carrera activa, el arrepentido francotirador estuvo a cargo de una comisión ponzoñosa que pretendía destituir a un magistrado de la Sala de lo Constitucional, con imputaciones “morales” por simples viejos altercados con su ex esposa, no obstante y a pesar de haber sido superados cristiana y judicialmente en forma diligente. Y este es un nombramiento “del ahora no del ayer”.
3. A la vuelta de la esquina un energúmeno sin cruz ciriaco presidente de la Asamblea Legislativa, no tuvo empacho en “dirigir” chistosamente en normales condiciones ebriolísticas una sesión del congreso. Y lo más folklórico fue la defensa novelera de colega a colega, que luego recibió del actual presidente de esa institución secundando que el “raro” comportamiento se explicaba por estar medicado Diario digital de noticias de El Salvador. Una vez más una vez menos, tampoco renunció el “medicado” en cuestión. Y hay, mas, más, más
4. Tampoco nos salvan los que mañosamente abandonan “voluntariamente” el cargo de magistrado de la Corte Suprema de Justicia a infames segundos antes que termine el período para el que fueron elegidos sin posibilidad de reelección. No son el ejemplo de renuncia digna como los citados arriba. Se despiden del cargo bajo indigno retiro fraudulentamente bonificado con significativas cifras monetarias, que bien pudieron, debieron, haber sido utilizados los inocentes $$$ para financiar las medicinas que
escasearon en los hospitales públicos, o los pupitres que faltaron en las escuelas, etc. Lo curioso es que luego, por ejemplo, se les premia manteniéndolos como funcionarios (Ministra de Trabajo y luego Embajadora en Ginebra Suiza, quien se hace la suiza obviando reembolsar el atraco al erario), o se les llama como “especialistas” para asesorar a la Asamblea Legislativa cuando se pretendía justificar a rajatabla no obedecer sentencias de la Sala Constitucional que obligaban re-elegir magistrados, acudiendo a la complicidad de la Corte Centroamericana de Justicia ¿?, invitados por quienes en el pasado los recusaron extraordinariamente por sus vínculos y servicios “oscuros”, mientras los hoy patrocinadores jugaban de oposición en el circo de la política. Se verán cosas dicen los cuentos chinos. Entre el amor y el odio no hay distancia tan distante, como si la hay para alcanzar conductas dignas. Mientras las fieras feligreses se agarran a hondillasos, se van de parranda los dueños del circo que por temporadas disfrutan el juego de acusarse ser férreos enemigos.
Si rezando el credo podría jurar por diosito santo que soy ateo, de la risa a la cólera y viceversa no queda más que divertirnos con el Sodoma y Gomorra de los “líderes” que regentan al pulgarcillo. También por si soca Aniceto alegrarnos que existan, algunos cerca y otros a la distancia, descarrilados solitarios ejemplos ejemplares que nos puedan defender por si se quisiera repetir la lección bíblica. Hay esperanza que la decencia no es una especie totalmente en extinción. Amén. Y, de ser necesario, no olvidar sin vergüenza atestiguar que “andamos medicados” cuando nos acusen de andar a “pichinga”, ebrios o DUI. Que viviendo en un pulgarcillo mundo donde hasta las apariencias inobjetables resultan erradas, no hay bronca.
¿Será que ya vivimos entre cenizas? No importa, seguiremos siendo optimistas. Tal cual se pronostica que los ordenadores pronto llegarán a su capacidad límite… ¿cuáles son los límites de la paciencia ciudadana?
Parece que navegamos un sendero bíblico más al “dervez” que al derecho: estamos confrontando un apocalipsis y el final que viene, algún sacrosanto día….Será el génesis….Cruz, Cruz. Ojo, que además de llegar a ser útil “domesticar” al átomo, urgimos mucho más domesticar a los dueños del arsenal atómico… y de paso, una tarea harto difícil: amansar, domar, frenar y aplacar a los “líderes” sodo-morros viejos de hoy y de ayer y nuevos por aparecer que azotan el idealismo pipil.
 
Por Juancho
Tamen
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