El Departamento
de Sonsonate, durante la farsa independentista de 1821, no pertenecía a la tierra
cuzcatleca… Aunque era mayormente habitaba por las tribus precolombinas de los pipiles, Sonsonate era gobernado
por la Capitanía o "reino" de
Guatemala.
Los españoles a su llegada y colonización, crearon virreinatos y capitanías generales para
mantener control y establecía al
mismo tiempo los límites jurisdiccionales.
El reino de Guatemala mantuvo sus límites territoriales, con diferentes
variantes, desde el siglo XV hasta 1821.
Según Santiago
Barberena la Capitanía chapina abarcaba una superficie territorial de 633.630 km2., comprendiendo Chiapas y el
soconusco, los territorios de las futuras cinco repúblicas centroamericanas más Belice...
O sea, para el siglo
XV, no había más que una patria:
La Capitanía de Guatemala…, a su vez
sometida al virreinato de México.
Y para entonces no
existía El Salvador ya que Barberena cita a Juan López de Velasco y su
libro "Geografía", escrito en 1577, dice la Capitanía de Guatemala se
dividía en siete provincias:
Soconusco, Chiapas, Verapaz, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica… no
menciona El Salvador.
Es un hecho que San
Salvador y Sonsonate, antes de
la independencia, eran parte integrantes de la provincia de Guatemala.
El Salvador se "independizó" en 1821 y para 1824 Sonsonate fue anexada al nuevo
estado salvadoreño.
Con la incorporación de Sonsonate, El Salvador ganó un
pequeño poblado hoy llamado Juayúa en el departamento de
Sonsonate.
Juayúa fue fundada tan
temprano como el siglo XVI, según el
Dr. Jorge Lardé y Larín, quien en su Toponimia Autóctona narra la historia del nacimiento de Juayúa:
"El 15 de
octubre de 1577 el Dr. Pedro de Villalobos, presidente y gobernador de la Real
Audiencia de Guatemala, y fray Antonio de Tobar, provincial de la Orden de
N.S.P. San Francisco en la Providencia de Dulce Nombre de Jesús de Guatemala,
acordaron integrar así la: Guardianía de Zenzontlatl: el barrio de mexicanos,
en la villa (de la Santísima Trinidad), Apanhecat, Joayoa (y) Quetzalcoatitlan"….
(Toponimia Autóctona El Salvador Occidental, página
348).
Un dato interesante que aporta el Dr. Lardey Larín es
tocante a una pequeña ermita que los franciscanos edificaron y que
ofrendaron y nombraron Santa Lucía,
en esta misma ermita, en 1590, los padres franciscanos hacen aparecer al pie de un frondoso rosal la
imagen de un Cristo Negro
crucificado, similar al de
Esquipulas, y mandaron esculpir el Cristo Negro del cincel del escultor portugués Quirio Cataño… El
mismo que esculpió el Cristo Negro de Esquipulas.
Es la misma
imagen que aún se ve dentro de la iglesia… Una reliquia y obra
maestra de 429 años.
Tocante al origen
o toponimia del nombre Juayúa,
regresamos al viejo enfrentamiento de
egos entre Jorge Lardé y Larín y el Dr. Santiago I Barberena...
Dice el Dr. Larín:
"El dr
Santiago I Barberena dice en sus ‘Monografías Departamentales. VII-Departamento
de Sonsonate’ (1910) lo siguiente: "La voz Juayúa ha sido interpretada de
diferentes modos: para unos significa "lugar en que se producen las calabazas y
el frijol; para otros equivale a "aguas hondas"...; por mi parte me abstengo de
interpretar dicho vocablo porque no le encuentro etimología satisfactoria”.
Y el ex profesor de INFRAMEN aún le vuela pija a su tata Dr. Jorge Lardé Arthés porque, en acuerdo con Barberena, su tata escribió en 1927:
"La
región en que está Juayúa fue habitada por los pokomanes hace más de ocho
siglos…. Es indudable que el idioma hablado en los tiempos históricos por los
indios… es el pipil y que por lo tanto el nombre de Juayúa debe pertenecer a
esta lengua. Sin embargo, aún en este idioma es ese nombre de difícil
interpretación… Juayúa significa “aguas profundas…".
Lo mismo que dice su historiador contemporáneo rival Santiago Barberena.
En conclusión no
se sabe fielmente qué significa el vocablo
Juayúa que a través de los siglos el nombre varía en Yuayúa, Joayoa, Juajua, Joaiua,
Juayaba.
El penúltimo párrafo de su segmento sobre Juayúa el
maestro Larde y Larín (quien también narra que de allí proviene su familia que
poseyó tierras cerca del cerro El Águila), lo usa para transcribir una descripción
de los indios juayuenses de mediados
del siglo XIX en un informe
gubernamental sobre Juayúa
fechado 3 de diciembre de 1859:
"Todo el
pueblo es agricultor. La parte indígena viste lo mismo que su raza en la
América Española…. Su inclinación más poderosa es para el baile. Para las armas
sienten alguna repugnancia. Sus costumbres son algo corrompidas por la
inclinación a la embriaguez que es a lo que reducen todas sus funciones… Sobre
sus montañas hay buenas maderas de construcción, canta el guardabarranca y
brillan al sol las hermosas plumas del quetzal; allí habita también el tigre,
el león y la danta"... (página 351)
Tengo seis semanas de estar viviendo en la zona y aún no he visto tigres, leones ni
dantas (tapires)..., y espero nunca
verlos… Lo que si he visto es Quetzales, chiltotas, chíos, la urraca topetera, lindo pájaro azul de pecho blanco, cola larga,
cabeza blanca, collar negro con bucle largo como la cacatúa, que en su ruta
diaria pasan en grupos de 5-8 navegando en los cipreses de mi propiedad.
Lo que si me impresionó y emocionó ver son los "guardabarrancos" o sea el talapo, una pareja de ellos, en mayo, hicieron nido
en el suelo de mi propiedad... Los talapos no hacen nido en árboles sino en
cuevas terrestres como los topos.... También he visto el ave que "ha
hecho en el hueco de un árbol su nido matinal". Su cachucha roja lo
distingue.
Aún no he visto
bailar a los y las juayuenses,
pero cada fin de semana hay reventazón de cuetes de vara que empieza a las seis
de la mañana sin yo saber hasta ahora la ocasión o el motivo de ello.
El pueblo es
pujante en días de semana, su gente muy trabajadora, amigable... y pronta ayudar a los fuereños
como yo. Hay tiendas Selecto, Despensa, algunos bancos, hay cinco ferreterías
donde tienen casi de todo. Viveros de plantas, hay una gasolinera que a la vez
es ferretería.... El transporte
colectivo son las furgonetas
rojas.
Los fines de semanas hay comida para todos los gustos en el Festival Gastronómico, gringolandeses y fuereños inundan la ciudad deambulando las calles repletas de todo
tipo de comida… Los platos valen $5 dolores sábado y $6 domingo.
Llueve casi todos los días. En seis semanas solamente 2-3 días no ha llovido. Y caen sendos
vergazos de agua. Traje un pluviómetro
y promedio caen entre 2-4 pulgadas. El récord fue hace 10 días que rebalsó el pluviómetro de 6 pulgadas en
cuatro horas… Un vergazo de agua de este
calibre en Houston la paraliza por un mes.
toda el área es pura tierra negra y propicia para
sembrado.
Pero lo más cachimbón es el clima, raras veces llega a
80, (también traje termómetro), el récord ha sido 85 hace unos días y las bajas
temperaturas oscilan entre 60-64, pero son más
bajas de noviembre a febrero… Ahorita estoy sintiendo los vientos de octubre que anuncian el fin
de la estación lluviosa.
Esta es mi
nueva ciudad que antiguamente se llamaba
Santa Lucía de Juayúa…
Es extraño pero nací
y viví mi infancia en el Barrio Santa
Lucía en el centro de San Salvador, disfrute mi adolescencia y juventud en
la Colonia Santa Lucía en Ilopango…
Y espero llegar
a morir en Santa Lucía de Juayúa...
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