martes, septiembre 30, 2014

Juan-cho: Reforma Tributaria 2014: Comentarios al Margen

Nostradamus (1503-1566), sigue estando presente en el tiempo sin fin dado su intrigante estímulo por llevarnos a cotejar lo vivido (historia) con lo imaginado (profecías), haciendo uso de la figuración necesaria y suficiente. Pero o Hamlet o Peza(n), o Albertico, etc. muchas otras más cautelas, explicaciones y prevenciones reflexivo-inspiradas que caen al pelo en aras de balbucear sobre la polémica "reforma" tributaria recién salida del horno legislativo.

Cuando se es ducho en a lo sumo nada más que saborear lo poco que hemos logrado conocer y contemplar de la mucha cosecha pensante, ingeniosa y sagaz, con harta facilidad degustamos, nos asombramos y agradecemos el auxilio del arte sutil de la ‘fraseología’, ocurrencias altamente sugestivas en acumulado inventario que nos han transmitido muchos miembros distinguidos de tal cultivo introspectivo con fines direccionales multi-diversos, en los momentos que no estaban en trance bajo intenso fuego intelectual formal. A cuyos progenitores guardamos respeto y vehemente admiración, en virtud de los frutos heredados y no porque se les embadurne con medallas, títulos o certificaciones. Con la particular personal devoción de calificar a la "fraseología" aludida como ciencia, vista su condición de aportes forjados con con-ciencia.

Mostrando un botón, recordamos la ilustrativa magistral sentencia:



Ya que no todos son Garrick, ante las quejas para unos y lisonjas para otros alrededor de la nueva mini reforma impositiva aprobada en el pulgarcillo, la previa reprensión nos invita a ver alternativamente una luz roja en el lado oscuro de la luna. Refulgencia colorada que hace recordar, para evitar equivocaciones, la defensiva intuición de contextualizar los quejidos con la máxima que dice "donde hay llanto ahí está el muerto". Es usual que haya gatas angoras; y aunque rebatible son explicables los lamentos de quienes encarnan angora angustia.

No todo sollozo/rabieta (por los "afectados agentes económicos y fans") es motivo de censura contra los autores (Gobierno/Estado). Corregir las enormes deficiencias e insuficiencias de nuestro sistema tributario es un noble fruto de ave que atender, vista la deuda pendiente que litigar con la sociedad pulgarcilla y que en la actual etapa de su evolución demanda y exige amortización, para que no sólo algunos sean los beneficiarios exclusivos del ejercicio de la política impositiva, peor si son los de siempre contra los de casi nunca, sujetos que gozan particulares privilegios discrecionales otorgados bajo indefendible amaño.

Otran vex, nada de nueva reforma, simplemente continuación pues le preceden muchas otras, lo cual es natural y normal. Cuando están ausentes las dichas enmiendas son manifestación coyuntural sospechosa que no se hace nada decente, excepto ojos sordos plus ceguera afónica a favor de que la fiesta fiscal espinosa respectiva, continúe sin reproche ni aplicación de lija afinadora sobre las costuras desalineadas del sistema impositivo.

Sensato inclusive reconocer, sin querer queriendo, que unas y otras (en los 20 o 25 años –por los 5 siguientes y tantos meses a la fecha) han dejado frutos
positivos. Imposible que estén ausentes indecorosas mieles amargas, ni acusaciones por que transitan chingo de intereses oscuros y agraviosas cochinadas infiltradas en la evolución tributaria, cada vez que desafía el Hamlet dilema "ser o no ser"

Siendo algunas imputaciones harto fundadas, otras ponzoñosa acomodadas. Sin embargo, no es exageradamente iluso decir que es preferible convivir con las virulencias que menos hastían. Ineludible conformismo cuando en sentido pragmático vemos el lado amable de las Chepe-ingenieril circunstancias que ordinariamente acorralan el mundo impositivo dentro del hotel político que las habita.

Hablando de botones pertenecientes a los previos 20, diremos en torno al muy colorido broche acosador sobre los bolsillos pulgarcillos conocido como IVA, que no iba ser sino que es un impuesto que detenta cualidades superiores en comparación con el impuesto de timbres y papel sellado que sustituyó; empezando por mayor control y facilidad de ser fiscalizado por Hacienda y su ’ejercito’ de auditores.

El ser regresivo y otros diantres y demonios que caracterizan al IVA, era igual pero en peor condición y maldición como se revestían los maleables antiguos timbres. Que exista un impuesto que grave el consumo es tan pertinente como el que grava el ingreso. En el pulgarcillo después de comenzar en 10% pasó a ser 13% la tasa. En Perú 18%, Chile 19%, Argentina 21%, Uruguay 22%. Y en los países europeos: Hungría 27%, Dinamarca 25%, España 21%, Luxemburgo 15%, etc. Suiza viene a ser el sorullo con 8%.

Siempre, como en todo, hay margen discutible sobre cuanta participación tiene y/o debiese tener en el conjunto de la carga tributaria del país un determinado gravamen. Pero su presencia es conveniente y útil. Por suerte temporal la IVA estaca pulgarcilla (13$) aún es medianamente ligera. Cualquier intento de cerrar portillos de escape indebido bienvenido, máxime que de ordinario se retiene dinero ajeno ya recolectado de quienes pagan el IVA inmerso (trasladado) en la factura de compra venta sin enterar al erario.

Reconociendo al final de cuentas que los impuestos son una especie de Robín Hood, un mal necesario o el precio social que se paga por navegar y convivir en la nave de la civilización, desde que se creó el Estado hace un par de diminutos segundos en el reloj universal, u otras calificaciones según el cristal con se miren.

Al menos en este riachuelo con humedad fiscal el célebre "ser o no ser" shakesperiano no es el dilema. El chunche es que a ‘huevin’ se pagan impuestos. Que entre ser o no ser, los impuestos se han impuesto ser una medicina fiscal amarga, pero solución inevitable sin sustituto para captar recursos al fin. Declarado no inocente, simplemente no comprobado culpable al IVA, el siguiente entredicho con caliente novedad es el que amilana la alcoba de los billetes bajo entretelón financiero, el que más rugidos ha provocado.

Aterrizando en los vientos tributarios del hoy muy de ahora en ‘delante’, vemos al impuesto sobre las operaciones financieras recién estrenado en el teatro pulgarcillo, transitando cual ‘florero’ sospechoso delincuente impositivo, acusado (por los que ríen llorando) de ser lo que podríamos llamar, un Caballo de Troya que transporta infalible hacia un cuasi apocalipsis de la afligida economía cuando de mal agüeros se escuchan gritos.

Pero el poeta que Peza advertía, readecuando su profecía genérica antes citada, no confiar (siempre) en quienes muestran con chirriados tambores que su alma gime cuando ocultan que el rostro ríe. Hay razones para no escuchar las musas que anuncian fatídico apocalipsis (monetario) en la intermediación financiera.

No fue Lucas ni Chaparrón Bonaparte sino míster HAMLET quien ciertamente se preguntaba:  "¿Quién puede soportar tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la vida una carga tan pesada?".

Respuesta for ever and ever obligada por terrenal realidad: Todos, excepto el y los que evaden ejerciendo soez punitiva astucia, y los que fruto de su astucia consiguen eludir responsabilidades de pagar impuestos con bribonzuela autorización legal (de velada paternidad) sin riesgo potencial inminente de persecución, y por el contrario con derecho a reclamar cualquier “vuelto” resultante de cotejar créditos y débitos.

Y al envolvente inquisitivo aleteo que en su tragedia el príncipe danés agrega luego: "Cuando del mundo no percibamos ni un rumor…". Sin manchas indeo-lógicas distractoras, por inclusión taciturna intuitiva el Quijote caballero andante de la mirada triste, personaje cómplice ejecutor titular de las misiones literarias de don Miguelito, aludió con la rapidez propia
de la época pocos años después, que si así fuese habría que preocuparse… pero en caso contrario presentía condescendiente que si ladran los chuchos (sin ofender al mejor amigo del hombre ni a nadie más equivalente o cercano), es signo jolgorio digital que estamos vivitos, vamos coleteando esperanza, y en marcha pa’lante; dicho bajo afable fiscal traducción interpretativa.

Es natural que los empresarios con sus tanques y carretillas de pensamiento afines a las valoraciones críticas sobre el impuesto en cuestión, debiendo precisar algunos pues ya no valen las generalizaciones del pasado en tales temas, lancen una artillería opositora contra el novísimo efusivo impuesto que aborda la montaña financiera, hasta ahora casi oculta al acoso tributario igual que los periódicos (ya no más al fin) y Universidades privadas. El resto, ya acostumbrado tal cual víctima de violación que pide usar condón y algún "calentón" mano-lero cariñoso, por prudente prevención, que duela menos y quien sabe guste, no hace bulla ni se extraña que con justicia hallan otros más que se incorporen a la fiesta del diezmo que exige el erario.

No puede esperarse que tal carnívora figura fiscal felina sea perfecta, pero sin duda es un erguido viril recurso moderno que no obstante su tímido diseño cortés presente en la variada amplitud de exenciones que contiene el art 4 de la ley, no pierde el ser cabralmente apto, tolerable y admisible para ayudar financieramente al fisco.

Por cierto, aprovechando conversar sobre otras vicisitudes, el maestrísimo Einstein nos dejó dicho: "Si una idea no es absurda al principio, entonces no merece la pena". Siempre sabio tan ilustre personaje, no hay resabio mínimo ni minúsculo de duda al reiterarlo.

Nuestro insigne impuesto sobre la renta con muchas décadas de baile pasito tun-tun, se ha ido ajustando, mejorando, sin faltar amañando, a lo largo de su existencia. Normales gajes del oficio fiscal.

En su momento, cuando apareció en escena igual de absurdo fue catalogado y acusado dicho "candoroso" instrumento impositivo. Cientos de reformas y cambios de carrocería han sobrellevado tal figura tributaria.

Cual pachanga carcelaria sin barrotes de por medio, por parte del universo colega hoy le dan la bienvenida cordial a los periódicos e instituciones financieras y resto de miembros del club que serán sujetos pasivos del impuesto. Al fin entran en la trama impositiva algunos de los pocos  injustificados contribuyentes invisibles que habían logrado evadir la sentencia social de pagar impuestos que el resto mayoritario siempre ha soportado. En hora buena que el universo analfa-tributario, se reduzca con la incorporación de
los pasquines a la escuela fiscal. Tarde siempre es mejor que siempre nunca.

En materia de la necesaria y justa contribución al financiamiento del gasto público y del Estado, sin peligro real de ahorcar a la gallina que pone los $$$, regocijos porque van siendo menos los que son y no están. Oraciones tributarias para que vayan saliendo los que están y no son.

No hay almuerzo gratis recuerdan inspirados por Don Milton Friedman los economistas, de FUSADES entre otros. Oráculo que instiga murmurar por qué diantres unos NO (los muchos) y otros por qué SI (los pocos mimados) y a cambio de qué almorzaron gratis en la mesa fiscal.

Míster Hamlet se pregunta "¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo?" …Sobra afirmar, que este tributo es uno de los “quienes” meritorio superviviente de grandes batallas, incluyendo aquellas propuestas que pretenden desaparecerlo o reducir la tabla diferenciada según nivel de ingresos a una sola tarifa igualitaria para todos y todas, sean él, ella o elo.

Con el impuesto sobre operaciones financieras no se ha descubierto la orilla azul de la bacinica en el pulgarcillo. Varios países (algunos muy exitosos como Brasil y Colombia) en el sur y de Europa, tienen en vigencia o en proceso de discusión, con sus diferencias, un impuesto como el citado.

No hay evidencia de apocalipsis subsiguiente por tan macondo "desafío". Por mayor imaginación creativa que salga al ruedo, siendo o no arrebatado que se compare con Margaret Thatcher, difícil es pensar que alguien como Doña Ángela Merkel, legionaria conservador primer mandataria de Alemania, (de sobra reconocido que tiene bien socados los H femeninos) padece de locura tropical al tener compartido interés con proyectos tributarios como el que hasta un país pulgarcillo como el nuestro se atreve aprobar.


Bueno, en consonancia con lo ya dicho citando a don Beto Einstein, otros dirían: relax y "orejas" de hormiga contra las bullas de intimidación a fin de no temerle al miedo, sabiendo de antemano que absurda no es la locura sino declararla como tal.

La pequeña Mafalda con su carismática inocencia adulta pregunta: ¿"por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante"? (no pa’ traz); y advierte darse cuenta que no obstante "TODOS creemos en el país, lo que no se sabe es si a esta altura el país cree en nosotros."

Todos, pero en mayor medida los tanques y carretillas aludidos, (mejor/por favor/ojalá) debiesen estar pendientes de recomendar positiva y constructivamente (las ilusiones son parte de la viviente vida), como llevar a buen término el embarazo en ciernes del tributo financiero ya vigente, reconociendo que el aborto ya no es una opción, pues el Sr, Presidente no lo vetó como le pedían los opositores al proyecto de ley respectivo. Útil sería que fiscalicen el uso decente, austero y eficiente de los fondos recaudados, con propósitos pro cumplimiento de las responsabilidades ciudadanas; sin que tampoco sean presa de la magnética negocio-tentación de caer en la ‘mareada’ electoral que se avecina, guiados por la rústica tonto-crítica destreza que todo lo que se haga o se diga será usado en contra del interpelado.

Y los otros todos bien intencionados, a favor o indiferentes, no deben olvidar que, principalmente en materia tributaria, hay siempre merodeando los peligros que alerta la máxima HECHA LA LEY HECHA LA TRAMPA. Por lo que es prudente, necesario y conveniente escudriñar con lupa utilitaria los detalles de la ley, a fin de evitar o anticipar una potencial catalogación de "ballenas silvestres" a los puercos denunciado por Fosco Maraini… Para que tampoco llegue a ser tan longeva la desgracia’ que anticipa en protesta míster Hamlet, y se advierta/asesore (esperando escuchen a quienes corresponda) que cierren los infames portillos y atajos que facilitan la evasión o permiten (legalizan) la elusión, en este y otros tributos.

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