Una reciente encuesta de la Universidad Gavidia en mi terruño arrojó el escabroso resultado que el 24% de la población joven en mi terruño, además que ni estudian ni trabajan, tampoco leen ninguna literatura.
Esto me animó a escribir este comentario sobre
un tópico aburrido para algunos, excitante para mí y otros, esto es sobre lectura.
El punto es comentar
sobre el hábito de leer, no sólo libros sino también sobre los autores. Y no es que haya descubierto
la orilla azul de la bacinica, sino
que es una amplificación sobre algo que descubrí en 1970 cuando estaba en mi
primer año del bachillerato común de 2 años en Inframen.
La Odisea y la Ilíada
de Homero fueron los dos primeros
libros que leí a huevos porque había examen sobre ellos. Por primera vez leía 2 libros
completamente… Y descubrí me gustaba
esa clase de literatura.
Comencé a devorar
libros… Noté que libros de historia, novelas históricas, con toques ficcionales, son mi pasión.
Con la universidad cerrada en 1972/1973, comencé
a revisar el vergo de libros viejos, amarillentos, con polillas y polvosos que
tenía mi tata…
Durante la intentona
de un día de golpe de estado en 1972
encontré un libro en buen estado escrito por el escritor francés Alejandro Dumas, padre, se llamaba “La Reina Margarita”, una novela
histórica francesa en los tiempos del rey francés Carlos IX de la famosa
familia Valois, entonces sucedió en París la famosa matanza de hugonotes (protestantes
franceses), inmortalizada como La Noche de San Bartolomé sucedida a finales del siglo XVI.
Me enculó el estilo de Dumas, en especial los diálogos, y me empilé con él. Hoy tengo
varios libros de sus novelas históricas.
Tocante a hechos
históricos, en 1971, un hermano de visita desde Chicago llevó a mi derechista padre
un libro del mexicano Salvador Borrego G
llamado "Derrota Mundial", un punto
de vista diferente muchos años luz del que me enseñaron en secundaria que esparcía la propaganda hebrea mundial sobre el origen del inicio de la Segunda Guerra
Mundial… Devoré ese libro que aún lo tengo conmigo junto a "América Peligra" o
la historia de México y el poder que
ha ejercido la masonería en la
historia mexicana.
Cuando terminé Áreas
Comunes y entré a la Facultad de Medicina en 3er año, 1975, y hasta 1981 que desmigré a gringolandia, ya no pude
leer nada más que no fuesen libros de medicina.
Entonces cuando llegué
a Chicago en marzo de 1981, recogí
de nuevo la lectura copiando a la cultura gringa. Viajaba a mi trabajo
usando buses y trenes que en la ciudad operan las 24 horas. En estos buses y
trenes viajaban gringolandeses de toda edad leyendo libros lo cual me inclinó a emular y no me arrepiento. Yo
consideré esto como una positividad
de la cultura anglosajona.
Conseguí carro y ya
no pude leer en el mass transit, aunque
si en el trabajo.
Me gustó como escribía Stephen King y Dan Koonts.
Había llevado materias de
inglés en la universidad nacional donde se me enseñó básicamente a leer, me
gustaba el idioma y entendía bastante, además que me apoyaba en un diccionario
de bolsillo que llevaba siempre conmigo…
Aprendí mucho vocabulario e idioms gringo, además que iba a un Junior community college
casi cada noche, todo esto me ayudó a ganar un bachelor degree en 1991…
Comencé trabajando full time en 2 hospitales y paré de
leer.
Pero una tercera
oportunidad de volver a leer se me presentó cuando en 2013 comencé a trabajar solo en un enorme laboratorio de un hospital de Houston.
Allí yo era mi propio
boss. Laboraba 8 horas viernes, 16
sábado y 16 horas domingo atendiendo el Banco de Sangre. Había fines de semana buenos tanto como malos. Lunes a jueves no trabajaba y así tenía tiempo en puta para
leer, tanto en casa como en el trabajo… Comencé de nuevo a devorar libros.
Compré un Kindle Amazon, bajé la app en mi
celular y en todas mis computadoras. Comencé a comprar y bajar libros gratis. Esta
vez busqué autores contemporáneos y hallé al escritor español Marcos Chicot.
Chicot, para mí,
escribe casi al estilo Dumas quien
en sus mitades ciertas y mitades chafas novelas
históricas cubre casi la entera historia de Francia… Las novelas de Marcos Chicot cubren a Grecia y la Magna Grecia desde 600 años antes de Cristo.
El autor era
desconocido para mí, pero compré en $1.99 su novela El Asesinato De Pitágoras y su secuela de menor calidad "La
Hermandad".
Por supuesto ya sabía
quién era Pitágoras y su famoso teorema…
Pero de su vida personal no sabía nada… Excepto en el libro "Los Grandes
Iniciados" del francés Schurer, donde dice que Pitágoras estuvo en la Escuela
de los Iniciados ubicada en una cámara secreta en la Gran Pirámide en
Egipto… Buen libro también, pero mucho de chafa.
La novela histórica tiene sus características propias que la
distingue de otros géneros. En Dumas aprendí que primero introduce a sus
personajes, unos reales otros creados, pero ubicados en diferente siglo,
como hizo con Athos, Porthos y Aramis, más Artagnan…, luego introduce la trama
del libro, sigue extendiéndose en el desarrollo de la trama y
finaliza en una emotiva conclusión donde, a diferencia de Hollywood, raramente
termina con el ”y vivieron felices...”
Y siempre deja cabos sueltos en la trama para dar cabida a una
continuación… Esto es clásico Dumas que nació en Haití y era hijo mulato de un
general francés.
Tratando de imitar a Alejandro Dumas y en honor al 3er aniversario
de fallecer mi hijo primogénito escribí en su honor una catarsis que titulé Cuadrante NF... 80% de mi catarsis
es real, 20% se me hizo necesario imaginarlo para que me saliera la historia.
Pero el español Chicot también usa la técnica de Dumas. El Asesinato de Pitágoras lo introduce estableciendo escuelas esotéricas en la conocida como Magna Grecia que eran expansiones coloniales griegas en Italia ubicadas en la suela geográfica del tacón de la bota italiana, más la isla siciliana. En esa área se establecieron colonias griegas 5-6 siglos antes de Cristo que llegaron a ser ciudades prósperas y civilizadas como Siracusa, Nápoles, Síbaris (ciudad de los famosos sibaritas), Crotona...
Luego leí el Asesinato de Platón seguido por el Asesinato de Sócrates…
Los 3 excelentes libros tomando en cuenta que los novelistas basan su historia
en hechos reales y, para aumentar el drama, el autor se inventa personajes
y situaciones para llenar la confabulación. Es responsabilidad personal de cada
quien verificar los hechos.
Pero no pude trasladar genéticamente este placer de leer a mis
hijos como mi tata me los pasó a mí.
Estoy consciente que la nave espacial está cambiando a pasos agigantados
y yo me estoy volviendo vetarra a pasos agigantados también.
Los vídeo juegos han destronado la buena lectura…, como decía amargamente
mi viejo.
Y quizás es precisamente eso que el 24% del futuro de mi tierra, los llamados "ninis", porque ni estudian ni trabajan y jugando vídeos pasan día a día, muchas veces 20 horas al día.
Tamen
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