martes, abril 12, 2016

REFORMA DEL IMPUESTO A LA VEJEZ. Utopías. Por Juan-cho

Trillado repetir que a nadie le
gusta  pagar impuestos. Obviamente no somos masoquistas sin cura. Sin embargo, entre el gusto, el hecho (o el acecho) hay mucho trecho. Efectivamente, el LEVIATAN tributario, indefectiblemente siempre encuentra variado casi ilimitado nicho fecundo del cual alimentarse.

Tan es así de porno-imaginativo, que como sabemos universalmente opera hasta un ácido inocente impuesto a los tontos, sobrecargado a un club de contribuyentes voluntario planetariamente por mareado satisfecho de su existencia, presente sin avistarse solución, al que deshonrosamente el suscrito se inscribe muy frecuentemente ‘de cuando en vez’: El angelical juego de lotería, a cuya membrecía tributaria de los participantes nadie protesta, excepto murmuras proverbiales por recurrentemente NO ser afortunado ganador.

Nada escapa a las garras de los impuestos. En esa marea grado tsunami tenemos la vigencia del que podríamos llamar sin pena ni gloria, viendo sus propósitos y efectos, el IMPUESTO A LA VEJEZ, encarnizado “jovialmente” por las cotizaciones para pensiones. En USA se habla de aportes al Seguro Social, en otros laderos contribuciones para la jubilación, retiro o simplemente pensiones.

Por lo que aquí toca, queremos compartir algunas reflexiones impertinentes alrededor  del tema y escenario emergente con la actual propuesta de reformar el régimen de pensiones del pulgarcillo, afirmando en primera instancia sobre esta misiva, que para no saltarse el libreto político recurrente en nuestro país, llega como siempre tardía pero con la sana advertencia de poder ser proclamada clarísimamente mejor que nunca, con piadosos deseos que convoque impulsar un real y significativo (¿lo será?) primer paso, no obstante quizás –lo más probable- insuficiente, sospechoso, y merecedor de cualquier otro adjetivo calificativo cierto o falso acompañado de otros etc. irrelevantes. Pero paso al frente.

Gran primer-inicial-ojalá GERMINAL utilitario paso que rompe la inercia de la inmovilidad indolente en que han transitado las pensiones, que al margen de lo acertado o no del proyecto presentado por el Gobierno, y no obstante como siempre en estos menesteres no hay interés de que la ciudadanía lo conozca a profundidad, ha estimulado que emerja a la palestra pública, con las típicas ‘alegrías’ de un velorio, la conveniencia, necesidad y urgencia de discutir, debatir, atender y entender el menjurje de los retiros y jubilaciones, e interesarse espiritual y materialmente, sin drama y con seriedad sobre el ámbito de las pensiones.

Reformar el régimen de pensiones, entre otras, es una demanda social en deuda que ostenta el pulgarcillo, que gracias a la bulliciosa jerigonza en curso, hace recordar la histórica frase “un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”, y preguntarse forzosa, especulativa y esperanzadoramente:

¿Verdaderamente asistimos en
la coyuntura actual a un evento que provoque reflexionar en serio al respecto? Por parte de los obligados políticamente, usufructuarios del negocio derivado y resto mayoritario-masivo interesado en primera persona (ya cotizantes o con derecho potencial), a veces con pasivo contemplar sobre sus próximas necesidades pecuniarias al envejecer. Al decir esto “suena pachito el riachuelo”.

 ¿Será el paso Armstrong para y por los impulsores y acompañantes de la medida de reforma que se sumen… y un gran paso terrenal (o lunático) para los presentes y principalmente futuros pensionistas? Para gestionar las necesidades de pensiones en al menos los próximos 50 abriles y noviembres por venir, mientras llegamos a Marte y vemos que ondas. La respuesta depende si se aborda y hereda, sin resquicio a duda:
·       
   Un contenido legal que resguarde férreamente la SOSTENIBILIDAD de las pensiones a largo plazo, con un horizonte que no sea mentiroso por fantasioso. 
  
    1ª Utopía.

·       El manejo/uso financiero seguro y “útil” de los recursos que componen el fondo, acompañado de un mandato insaciablemente claro e ineludible que reciban por ello la rentabilidad decente, honrada e integra requerida en al menos la tasa de mercado. ¿Utopía o mercantil financiera sin-ceración?

·       Reducir márgenes (comisión) de cobro por su administración y seguros por muerte e incapacidad. Hay derecho a que unos hagan negocio sobre estos temas, pero no atraco a plena luz del día. Por lo tanto reducción a niveles pudorosos y no de botín, cerrando posibilidades para resarcirse encubiertamente vía administrativa con amaños en salarios, remuneraciones u otros; y por supuesto con interpelación de serios requisitos contundentes en exigencia de capacidad profesional y honorabilidad para los responsables de su administración y manejo.

·       Auditoria eficiente y eficaz con sanciones ejemplarizantes a los responsables que por acción o inacción de mano peluda o negligencia no detecten “movimientos raros” que signifiquen peligros de la sanidad y fortaleza del fondo de pensiones.  Sin faltar mediana y prudente independencia del Gobierno, sindicatos, cúpulas empresariales, y otros grupos de poder, con historia conocida de mañoseo sobre la piñata financiera que dan cabida
inocentemente los fondos de pensiones.

    2ª Utopía.

·  No se repitan los mismos vicios de derroche financiero que significan fiesta para los funcionarios ejecutivos y empleados de las instituciones que barajan el fondo DE LOS VIEJOS de hoy, mañana y jóvenes de siempre que incursionen en el mundo de cotizar (impuesto por envejecer), cualquiera sea la denominación de molde público y privado pactado, de reparto o capitalización, Al final terminan hermanándose cuando los fondos acumulados individualmente bajo el régimen de capitalización se acaban, algo que nula o escasamente menos que susurro se publicita para información de la ciudadanía.

·   Como otros entes, la historia del IMPEP ilustra como para la mayoría de los dueños del circo (cotizantes sin privilegios) tenían, tienen que suplicar misericordia en sus miserables pensiones, mientras sus “empleados” (ejecutivos y trabajadores) viven en carnaval eterno (13-14 salarios jugosos en la realidad pulgarcilla, bonos bondadosos vergonzosos, asignaciones superfluas para esto y lo otro y más etc. ¿?).

·       Por supuesto, aislar / escudar al fondo de pensiones de un uso esclavo o meretriz gratuita de las necesidades fiscales del Gobierno, como históricamente ha sido durante ha estado vigente este instrumento básico de un Estado de Bienestar.

·  Ello no significa la "herejía" de impedir que el Gobierno pueda financiarse con estos recursos, pero sí que exista en contraprestación la debida remuneración respectiva, por el gobierno o quien sea favorecido de financiación con recursos del fondo de pensiones, pues de lo contrario parece más violación con estupro monetario artero.

·       Aplaudible la idea de ampliar la cobertura de beneficiarios, pero no a costa simplemente de aliviar la carga financiera que demanda en el corto y mediano plazo las pensiones en curso o por otorgarse, pues ello significaría postergar el problema presente de la abrumadora deuda previsional a cargo del Estado, y aumentar los efectos perniciosos para los nietos, biznietos y siguientes generaciones.

·       Hay que racionalizar el gasto público presente, empezando con desaparecer o reducir a su mínima expresión inevitable, el derroche obsceno que alardean los gastos bochornosos en asesores sin seso (nada que ver con los reales); gastos superfluos que rayan
ignominia, tal es el caso flagrante del "turismo oficial" inserto en la ‘viajadera’ oficial innecesaria sin que falte la complicidad de viáticos onerosos; pago de boletos de viaje; gasolina y carros (peor de lujo), laptops, becas oprobias como son las plazas de diputados y magistrados del parlamento y corte centroamericana de justicia, etc.), para liberar recursos que se destinen a la deuda con el fondo de pensiones, y otros asuntos de interés público insuficientemente atendidos.  Una 
   
    3ª  utopía  de grueso calado que es necesario comenzar su aterrizaje, como ya en muchos países sucede. Si ni siquiera se puede resistir a usufructuar estas pequeñeces… ¿cómo podría tenerse la mínima esperanza de ser superadas mayores tentaciones?
·       
   Ojalá, pedido a santa Claus y oraciones a Júpiter para que se promueva una reforma constitucional que garantice el nuevo sistema de pensiones pactado (aunque nadie lo pueda creer o esperar). 4ª utopía.
·     
    Poner a disposición de la majada (‘Ay ta’ la internec’ para estos propósitos), a velocidad luz, el proyecto de reforma a fin de conocer más allá de la noticia, pues en estos menesteres no valen simples brochures como si se está vendiendo hamacas, gallinas, pupusas o servicios especializados en atención íntima, siendo ultra necesario y conveniente conocer “la letra pequeña”. Y los estudios (si los hay) que sustentan la medida.
·        
    Llenar de sustancia los ‘guiri guiri’ que corean y corretean promesas para vender la medida como pensión digna (¿Cuánto, cifras?). Explicación pormenorizada tal cual se exige en materia judicial para basar la defensa o condena, que haga factible verificar si el discurso es de contenido realista o simple humo. Respetar que no son borregos feligreses los cotizantes.

·       
   No hay bronca porque se mencione que… dependerá de las disponibilidades presupuestarias… o realidad financiera del fondo, las actualizaciones (aumento) de las pensiones; amenaza importante habida cuenta que la inflación es un mal o bien que nos acompaña eternamente y hace decrecer el poder de compra de las pensiones otorgadas.  Ello es natural, siempre se agregan estas advertencias que suenan como “amenazas” etéreas; siempre se ha hecho, siempre se hará.
·       
    Pero es honesto desnudar con explicaciones dirigidas a un “chiquillo del kínder’ para que entienda su significado. Obviamente nunca hay interés en ello por parte de promotores u opositores, pero es conveniente y necesario para no masturbarse con panoramas disneylandia o quemarse con atmosferas infernales ambas inexistentes pero que brillan en la propaganda a favor y en contra sobre el futuro promisorio o traicionero de reformar el régimen de pensiones. Si hay batallas “campales” por quien tiene el turno de gobernar, para gestionar fondos en favor de las elecciones que “legitimizan” a quien ejerce el poder… ¿Por qué no replicar obteniendo los fondos suficientes, bien administrados y escogiendo los indicados y medios pedagógicos para educar a la ciudadanía sobre las pensiones y retiros? Otra  enésima mini-utopía como tantas más.

El problema de las pensiones es un rechoncho asunto que teniendo o no conciencia y con-ciencia, resulta trascendental para los pobres y resto de la clase media con esperanzado y aspirado derecho a retiro remunerado, y los que la ven pasar de lejos únicamente. Otros con futuro asegurado real o en apariencia les vale menos que un H o cacahuate para decirlo Cabralmente Cortez; quizás a lo sumo interesados únicamente en las oportunidades de negocio o de empleo lotería.

La cobertura actual del 25% del universo potencial de la ciudadanía demandante del beneficio de pensionarse, es notoriamente baja. Pero a continuación del discurso que se ampara en esta realidad para justificar la reforma, surge la pregunta ineludible ¿Se quiere beneficiar al excluido o simplemente se ve la oportunidad de aumentar los fondos para pagar las pensiones del corto y mediano plazo? Aumentando el número promedio de cotizantes por cada pensionado… y que la incertidumbre y otros insulsos escenarios y dramas futuros fuercen, más temprano que extra tarde nuevamente, rebuscarse por qué diablos hacer cuando el problema sea profética exactamente PEOR que el presente.

Esta sería una solución equivalente a financiar gasto público corriente con cuasi-ilimitada tarjeta de crédito haciendo crecer sin límite la deuda en compañía de ingresos cuasi estancados. Pero el Estado no puede declararse en bancarrota ¿verdad?

Importa para los interesados (pobres y cercano status social trabajadores) quienes son los sujetos que en primera y exclusiva instancia encarnan este tipo de experimento, por cierto independiente de que santo ideológico adoren o rechacen, siempre los mismos de siempre … Que el ‘guiri guiri’ en boga alrededor del tema de las pensiones, provoque al final del camino, pronto sin dilación, un proyecto diseñado con conciencia, entendido en lo inmediato
conciencia por efectiva responsabilidad con quienes han trabajado y ¡lógica! e invariablemente ENVEJECEN!, históricamente olvidados y atropellados….

Y con con-ciencia para abordar con eficiencia y eficacia el problema latente de administración, diminuto mercado local de capitales en que invertir el fondo, edades de retiro, años de cotización, tasa de rendimiento (interés), a fin de que no rebuzne la musa fraudulenta de una droga alucinógena que cocina brillo efímero y subsiguiente ‘goma’ repulsiva.

De manera general, hay que reconocer sabiamente que en cualquier aspecto que acosa con penuria el frágil e insípido bienestar de la  ciudadanía, son enfadosas las medidas que postergan soluciones de grueso potencial, imponiéndose remedios que disfrazan la agonía, abrazan circo distractor, y que sigamos abrazados por la misma estupidez de siempre.

Con la distracción de siempre, circula la opinión creciente que se ocultan negocios rentables para unos que lamentablemente no rebalsan para el resto, cuando se implementan reformas y proyectos de ley. Negocios con rentabilidad financiera para unos pocos y rentabilidad política para otros pocos al lado. Rentabilidad política en el ejercicio (o aspiración) del poder, que puede significar, por ejemplo, hacer o decir lo políticamente ‘correcto’, pero en realidad falso, fraude, espurio, evitando no meterse en problemas electoralmente por atender con responsabilidad y “H” actitud un problema presente y san joder heredárselo al siguiente o siguientes gobernantes, sea de la misma o diferente familia política.

Obviando encarar los llamados parámetros: años de cotización, edad de retiro, cuantía de las cotizaciones, y suficiente etc. que muestren aterrizaje a su efecto final (el más importante): ¿Cuánto sería la pensión? ¿Por cuánto tiempo? Una
tabla presentando estimaciones con ejemplos representativos del universo de cotizantes por rangos de ingreso (incluyendo herederos del derecho). Nada difícil o imposible, simple esfuerzo de carpintería, informativa más que publicitaria.

Callando poner sobre la mesa la necesidad de discutir la enfermedad financiera que padecen las pensiones, particularmente cuando la esperanza de vida viene aumentado. Sin lugar a mínima duda hoy se vive más años aunque tal vez peor.

Por cierto, nada fácil tratar esta realidad de las edades de retiro, considerando que en la escaza oferta de trabajo del sector privado, ordinariamente aparece el requisito MENOR DE 35 AÑOS, por lo que embarga TORTURA el que sea necesario cotizar y por tanto trabajar, 30 y tantos casi 40 años CONTINUAMENTE o más si es “salteado”, lo que significa ser demandante de empleo 25 o 30 y pico años por encima del provocador requisito de edad citado.  

Con esta realidad laboral y requisitos de un régimen de pensiones sostenible, ya parece que habría de “sobra” razones “crueles” para analizar la conveniencia irónicamente pragmática por las que aprobar legislativamente la ¡eutanasia por causa de la imposibilidad de trabajar para mayores de 35 abriles…! Con la simple certificación del Ministerio de Trabajo, no importando si se está sano de mente y cuerpo y en capacidad plena de trabajar.

Se necesita realizar (por expertos) o conocer si existen los estudios actuariales  (matemático / estadísticos / financieros) que den luz comprensible e ilustren fehacientemente sobre los diferentes escenarios futuros de las pensiones. Obviar esta demanda significa elucubrar sospechosas motivaciones que expliquen su omisión. Incluyendo la acusación, interesada porque se dejen las cosas como están, de que hay simplemente un propósito inmediatista irresponsable de quitarse la espina que conlleva la deuda previsional que se arrastra, prescindiendo decir los acusadores que ello es por causa del régimen de pensiones que dio vida a las AFP.

De lo contrario es caminar evadiendo la guía del GPS matemático-financiero modernamente vigente, sin la excusa de imposibilidad tecnológica válida para el otrora navegante Cristóbal Colon, quien también zarpó (ahumado por alguna hierba “electrizante” –sobre las neuronas-) sin realmente saber si se llegaría a puerto seguro y cuál de los posibles, si es que finalmente se llegaba a algún
lugar.

Pero ni se recicla la suerte de Cristóbal Colón y se reitera que los protagonistas pasivos (cotizantes) no son devotos sumisos a quienes tratar como simples tragones o glotones de bla bla bla superficiales que informan lo menos. Informar, educar, es lo importante, no balbucear si unos u otros son comunistas, imperialistas, aliancistas, atracadores, robo del siglo, etc. etc. etc.

Las canciones de ruiseñor en unos y rugidos de cuervo en otros, tienen mucho de escaramuza adulterada y envenenada. El promotor alardea de su propuesta, y el crítico –opositores múltiples y multivariados- someten a fuego artillado la medida. Pareciera que hay un común divisor en  martillar con medias verdades que bordean los límites de las falsedades.

Calenturas ‘sospechudas’ señalan que el ahorro de los trabajadores será objeto de robo. No es cierto. Como tampoco lo son el cobro de impuestos. Lo cierto, como en todo negocio bancario que es el escenario de fondo, muestra que las cotizaciones están lejos de los  (modestos poblanos) propietarios, y no se pueden disponer no sólo porque en el caso del ahorro forzoso que sustenta los regímenes de pensiones, prohíbe un retiro previo sin llegar al momento de cumplirse edad y etc. requisitos (largo plazo), sino porque igual que los bancos inversores y prestamistas, los administradores de fondos de pensiones colocan en terceros clientes usuario financiero demandantes, los fondos que los humildes protagonistas oferentes integrantes del público o universo trabajador cotizante les conceden voluntaria o a ‘huevitis’ el negocio de sus ahorros por confianza o a ‘huevo’ inconsultamente.

siglo es FALSO. A menos que aceptamos que es un equivalente de hurto el que los bancos no tengan más que, a manera de ejemplo, el 3 o 5%  (cifra variable) de los ahorros en caja y resto 97 a 95% concedidos en préstamos. Si los ahorristas en bloque quisieran retirar sus fondos de las instituciones financieras en que los tienen depositados (las indeseadas estampidas financieras), la gente se daría cuenta que dichas instituciones no podrían atender dicho requerimiento masivo. Es el perfil de la banca de reserva fraccionaria moderna. No hay nada de extraordinario o menjurje diabólico en ello. Es la lógica financiera, por cierto ineludible para tener el rendimiento que paga los intereses a los ahorristas e inversionistas; y el quid es rezar y procurar el regreso al acreedor los fondos puestos a disposición del deudor prestamista.

Prestarle al gobierno, incluso forzosamente, no es robo. Fraude, hurto, sinvergüenza acción es NO retribuir, por el uso del fondos de pensiones, la tasa o rendimiento financiero que decente económicamente corresponda, no necesariamente equivalente a lo que se paga a financistas extranjeros según pregonan algunos analistas financieros; foráneos inversionistas quienes lógicamente valoran y adicionan otros factores, incluyendo el riesgo país.

Una diferencia crucial en el caso de los ahorros para pensiones es que no hay posibilidad de ser embestidos por PANICO BANCARIO… pues son un ahorro forzoso sin dominio por los dueños (trabajadores principalmente y otros ahorrantes), quedando únicamente como defensa el recurso hostil de socar sin ser Aniceto e implorar que el supremo, Chespirito o el poderoso viento que construye olvido sin perdón,  defienda a los derecho habientes, con manifiesta y holgada compasión durante toda la larga pesadilla de espera para ser agraciado de recibir pensión, y que alcance mientras dure su estadía  terrenal como pensionista o mantengan el derecho a cobro sus beneficiarios supervivientes.

Pero, también los alardes de que ahora si vamos pa’lante, habrá pensiones dignas (nada más vago que ello), esbozado por el promotor, dejan muchas dudas sobre su veracidad.

Empezando porque el tema vital de discusión en torno a estos flujos financieros, es si están casados con una rentabilidad efectivamente “ventajosa”, recibiendo un pago de intereses decente.  Llevamos rato, particularmente desde que se aprobó su uso como fuente cuasi-gratuita en el 2006 con el chanchullo saca-ndo del fango una aberración Drácula-financiera llamado fideicomiso de fondos previsionales, que han percibido intereses lagartijas, y eso si es un robo, porque no se consultó si los dueños de los fondos aceptaban y autorizaban que se les pagara con artero descuento.

Intereses lagartija cuyo atropello
se perfeccionó a mansalva deplorablemente contra la mayoría no privilegiada de cotizantes, mediante la aprobación del decrépito decreto 100 que daba paso a pensiones vitalicias, mentor de exclusividades que dispensan aislarse a los favorecidos de la realidad financiera que acompañe al fondo de pensiones. ¿Si hay rapiña velada: habrá que corregir esta burlona discrecionalidad?

Lo mismo ha sucedido con las comisiones que reciben los administradores de las pensiones, aunque es de reconocer que este atropello ha disminuido ligeramente en el tiempo. E incluso en la reforma se propone un tibio descenso adicional.

Hasta la fecha el negocio de pensiones manejadas por AFP ha reportado más de $ 225 millones, cifra complacientemente jugosa sin menor duda para los administradores. Una pregunta obligada es si los cotizantes que han verificado su conversión en pensionistas, detentan sonrientes y felices similar sentimiento de realización, conforme presagiaban los promotores del actual régimen de pensiones y subsiguientes agentes ejecutores. 

El ahorro tiene como premisa básica conceptual, que los perceptores de un ingreso deciden no ocuparlo en consumo (sacrificio), con la promesa que su sacrificio presente se compensará regresando mayor poder de compra futuro, y eso significa que debe ser el interés superior incluso a la tasa de inflación y algo más (más que depende del mercado y otros factores coyunturales incluso discrecionales). Y si el ahorro nada tiene que ver con una decisión individual sino que es forzoso dicha premisa cobra mayor relevancia.

La esperanza de mayor consumo futuro, o simple posibilidad de consumo cuando se sale del mercado de trabajo, recuperando el ahorro incrementado con los intereses ganados y que alimentan el fondo de pensiones, supone certeza de que los recursos del fondo de pensiones no cursen desnutrición o peor se pierdan en el camino largo que implica jubilarse. Y aquí indudablemente, si es el gobierno el beneficiario del financiamiento, da mayor relativa seguridad que no salgan sin regreso los ahorros; puesto que al menos el Estado no se declara en bancarrota. O, se evita llorar sobre la leche derramada por haber colocado fondos en fuentes externas “familiares”  (con cero control) de las que se vieron afectados por la reciente crisis financiera internacional

Pero, pero, pero, la tasa que se pague, no tiene, no debería, no se justifica, que por que el dueño de los fondos, bajo invisible pero real arma financiera, no puede ni oponerse a lo sumo protestar, se adjudique el uso de sus ahorros previsionales sin pagar el rendimiento económicamente
decente, es decir, tasas reales al menos de mercado. Por ejemplo, si correspondiera un rendimiento del 3%, y se paga 1%, por el gobierno o sector privado, local o foráneo, se está en la práctica ROBANDO el 66.7% que le corresponde al trabajador. Obviamente nadie estaría de acuerdo en vender un carro de su propiedad que valga 10,000 en 3.000. Un caso insólito de aceptación significa “solidario” pendejismo en el virus motivante o es atraco bajo la pistola de la legalidad. Teniendo con-ciencia, se diría que seremos pobres pero no imbéciles eternamente.

Este primer paso “Armstrong” debe servir para que la ciudadanía / electorado se involucre sin misericordia en estos temas para proteger sus intereses, tome conciencia de su relevancia inobjetable, y los aborde con con-ciencia para apoyar, criticar y exigir modificaciones a las mediadas de solución que les arrojen / ofrezcan los responsables de su aprobación y manejo.

Cuidado con la musa peligrosa  de simple incrementar el universo cotizante incorporando a los que están afuera, porque a pesar que se ve reivindicativo, podría esconder el engaño de obviar otras medidas, que en conjunto por acción y omisión significa para los nuevos miembros: USTEDES FINANCIARAN LAS PENSIONES DE LOS PENSIONISTAS ACTUALES Y FUTUROS QUE A ‘HUEVITIS’ NOSOTROS EL ESTADO ESTAMOS OBLIGADOS, POR EL PESIMO, IRREPONSABLE, Y ESTUPIDO MANEJO HEREDADO DEL REGIMEN DE PENSIONES, LO QUE A SU VEZ SIGINIFICA QUE PARA USTEDES HABRA QUE AMPLIAR A FUTURO LA COBERTURA, CON POTENCIALES MARCIANOS  DEL PLANETA MARTE, A ESAS ALTURAS ESPERANZADAMENTE DESCUBIERTOS Y AMIGABLES, DE LOS QUE SUPONEMOS EN TANTO EXTRATERRESTRES NO TENDRAN NECESIDAD DE REIVINDICACIONES TRIBIALES COMO LAS TALES PENSIONES, BAJO EL SUPUESTO AGREGADO QUE TIENEN CUBIERTO DIVINAMENTE CUALQUIER PENURIA RELATIVA A LA VEJEZ.

En el mundo foráneo
(particularmente desarrollado) ya se comienza a discutir la pertinencia, urgencia y necesidad de utilizar los recursos ordinarios del presupuesto público, impuestos por lo tanto, para conformar el escurridizo y dinámico nivel sensato del fondo de pensiones necesario para atender esta premisa elemental integrante de un estado de bienestar, como es la posibilidad de retiro de la vida laboral con menos penurias.

Por cierto, esa demanda por soluciones integrales es independiente que se logre incluso manejar celestialmente las pensiones. Pero, en el pulgarcillo “semos” a fuerza de un entramado de líderes y dirigentes con sabia neurálgica estupidez obstinada, ojalá en acelerado peligro de extinción, no de los mandantes sino de sus ocurrencias, macondo aisladas a las alertas positivas o sugerencias de solución que otros avizoran en el exterior.

Recibir pago de intereses ventajosos (decentes, rentables, de mercado…) no es una garantía excepcional para la sostenibilidad del fondo de pensiones, No es suficiente ser abrigado con esta circunstancia positiva, pero inexcusable e ineludible para apuntalar su sostenibilidad. .

Según lo poco que se conoce la reforma estaría corrigiendo esta adversidad del no pago decente por el uso de los fondos de pensión. Lamentablemente sin faltar acudir a la frecuente maña legislativa de siempre, que significa empezar un futuro mañana (¿Por qué no ya?), a partir del 2do, 3ro o 5to  año de vigencia de la reforma. Es decir, cuando quizás sea otro el ministro de hacienda que le toque tener que hacer reajustes.

Esta imaginativa troglodita solución de postergar correcciones, es equivalente a si con el alcoholismo se dijera: bajaremos la cuota de embriaguez perniciosa actual… lentamente y a partir del próximo febrero que tenga el día 29, comenzando por lo tanto el siguiente año bisiesto que será mucho después… en 2020. O que a una víctima diariamente de violación,  “enérgicamente” se le prometa, que será beneficiada con la reducción de perpetrar el delito que la tortura, a partir del siguiente año, procurando que la violen menos y menos hasta que nunca más tenga que afrontar este sufrimiento. ¿FELICES TODOS? Seguramente no por quien afronta violación (PENSIONISTAS).

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