lunes, septiembre 10, 2018

Desde Mi Diáspora: Amigos



Tengo un amigo, mi mejor amigo, está pasando por esos momentos que uno se chivea y se llena de adrenalina cuando oye o testifica pasar a otros, o se ve en el cine, en la Tv, o se lee en una novela..., porque ese volado no respeta edad, diplomas, riqueza o color de la piel… Mi amigo El Salvador me hizo ponerme sus zapatos en momentos de su lucha, pero yo rápido me los quité…, aculerado, vencido, temeroso y horrificado… Esos momentos que mi amigo, mi hermano, está viviendo también los podría llegar a vivir yo…, pero sólo él y El Eterno pueden con el puñal insertado en el estroma, nadie más puede ayudarle… Es él por siempre mi parna, mi carnal, mi amigo, mi hermano..., Él es testigo irrefutable de lo que fui y hoy soy, es como si él ha sido video cámara y yo el protagonista y estrella de mi película terrícola… una lica que dura 47 años.

Desde mi diáspora le va un mensaje de fraternidad, apoyo y empatía.

Mi pensamiento lo lleva consigo,
alivia, escucha, entiende, sosiega,
está conmigo en mi paz y refriega,
es mi realidad, yo tengo un amigo...

Es flor que con veracidad irrigo,
certeza, entusiasmo, tenacidad,
nobleza diáfana, escueta verdad,
es la suerte que tengo un amigo...

Brota siempre a tiempo cual trigo,
calmando el hurto voraz cotidiano
llamado vivir, y eso tan humano
cual verdad, es tener un amigo...

Raro género que llevo conmigo,
lo hallé un día y cambio mi ser,
descubrí nueva forma al querer,
único sentimiento es un amigo...

Conoce al pie la letra que escribo,
mi decir, mi vivir, fibra y alarde,
mi amor sublime, amor cobarde,
¿Cómo engañar al vigilante amigo?

Aquí y allá, cerca o lejos, es estribo,
es razón, luz en mi disoluto enhiesto,
soporte en mi caída, consejo presto:
En El Salvador… ¡Yo tengo un amigo!

Tamen
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