jueves, marzo 23, 2017

Memorias de un Desmigrado: El Patriarca de la Naturaleza

Cuando llegué a vivir a Houston en 2001 me di cuenta que una de las características más resaltantes, en casi toda la ciudad, es el enorme patio trasero que tienen la mayoría de las casas.

No sé si es igual en todo el estado pero en Houston y sus orillas es bastante común que las casas tenga patios traseros del tamaño de una cancha de basquetbol o aún más grandes.

Pero hay un pero... No se puede construir.

Y mi patio trasero es un puchote menos que una cancha de básquet pero en 12 años he sudado galones  de agua salada cortando la grama en mi patio.

Tuve el privilegio  e inolvidable visita de mi ruco en la primavera del 2005. A él le encantaba la campiña, oír cantar los pájaros, especialmente  en febrero cuando el canto del palomo en celo recuerda mi tierra... Esto lo hizo quedarse dos meses.

A mi ruco le enculaba la naturaleza, los animales, las plantas, la gente del campo..., pero en Chicago ese tipo de naturaleza es lo que menos hay ya que virtualmente solo se vive tres meses de verano... En Houston son tres meses de agradable invierno.

Y yo les digo a los que me preguntan que en mi tierra solo hay dos estaciones: verano y verano.

En marzo 2005 mi viejo se levantaba a las seis de la mañana, se servía un café, y salía a sentarse en el patio trasero hasta que le molestaba el sol..., entonces comenzó a tirar migajas de pan dulce o pan francés mojado a dos palomas orilla blanca. Las migajas atrajeron más palomas y luego se unieron los chiquitines pinzones y otros pájaros.

Cuando mi ruco regresó a Chicago ya era más de una decena de palomas y pinzones colonizando mi backyard.... En el aeropuerto Bush Intercontinental él me hizo prometerle, que a su regreso en primavera 2007, sus palomas y pinzones estarían siempre allí..., y bien cholitas.

Pero en febrero 2007, enfermó y falleció.

Me puse las pilas. Gasté unos centavitos que tenía guardados en el ropero y puse mi "yarda" de chuzo.

Las aves gustan de plantas y árboles, así que sembré huertas en dos esquinas, un jardín de vegetales a la derecha con uno de flores a la izquierda... Y sembré un palo de aguacate en alegoría a la memoria de mi siempre amado ruco.

Pero salió aguacate machón o mamplorón porque nueve años y no ha dado un pinche aguacate.

De algo más que una docena de palomas que eran cuando él se fue, al fallecer ya había casi 40 entre palomos, palomas, cardenales,  azulejos y pinzones.

Gracias a los centavitos que gano pude apartar unos cuantos reales y comprar dos costalitos de maicillo por quincena que por año ya suman 48,000 centavitos..., me he rebuscado en Turbo Tax si los centavitos son deducibles..., neles..., pero ganas de bajarme al Tío Sam no me faltaron.

Todo caminaba viento en popa a toda vela y así se lo comentaba a mi ruco por línea cuántica hasta su Cuadrante... ¡Cuando apareció el gavilán pollero!

Las fotos abajo presentan al majestuoso "gavilán pollero" …, nosotros los pipiles le llamamos "azacuán"…, en internet averigüe es un Halcón Peregrino… estos dos rapaces en mi backyard, Tonatiuh en azul grisáceo y Tláloc en café castaño, se empezaron a clavar las palomas de mi tata.

¡No se puede negar la imponente pose y elegancia que tienen estos carajos!.... entre los dos se clavan docenas de white wing doves por temporada.

Tonatiuh y Tláloc llegan en septiembre/octubre, se siembran las palomas de mi ruco y luego se van cholitos a veranear para enero/febrero…, cuando la época de cría termina.

Por eso cuando en octubre comienzo descubrir de repente esparcido pijo de plumas en mi yarda me dice que regresaron los azacuanes.

Los halcones, azacuanes, gavilanes, son carnívoros y bien necesarios para mantener balanceado el súper-nano-mierdecimal microecosistema en mi patio trasero. Y tomando en cuenta que a estos voladores les encula parir..., sin los azacuanes en dos cachimbazos acabarían mi patio y mis centavitos.

Cómo me encula por estos meses sentarme a leer, una taza de café, oír música, ver pasar volar y oír el trino en celo de palomo. .. ¡Qué verga!

Pero para alcanzar el estado armonioso, perfecto del retrato de la naturaleza, hace falta el ingrediente más inspirador que conozco..., sutil, esteroidal, iluminatti, sublime...

¡El olor a caca de buey!

Tamen
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