jueves, noviembre 15, 2018

Poema Finsemanero XII: Fantasía III



Una de las razones que mi matrimonio ha durado tanto no es que no haya pasado esa etapa de machoman, o que no haya sexi deseado esas esculturas de mujeres que a diario veo, o que nunca haya pecado con el Noveno Mandamiento…, nada de eso... Como casi todo terrícola nací y adquirí ese volado tan yuca, sabroso pero pecaminoso como es la lujuria o el deseo sexual… Mi Macizo lo hizo más difícil al conferir a la mujer su belleza cual fortaleza física, como los músculos al machoman.. Toda mujer es agraciada en diferentes formas y todo hombre encuentra un primario atractivo en el sexo XX que varía entre los hombres… el gusto sexual a golpe de vista por una mujer es tan variado y amplio porque puede gustar a primera vista la fisonomía, los pechos, las caderas, piernas, pies, manos, uñas…. Una vez me hicieron esa pregunta sobre cuál es a primera vista el atractivo primario que yo tengo al ver una mujer…, pero yo tocante este volado tengo un gusto que dicen es "raroso", yo le pongo caché y le llamo "peculiar, distintivo"..., y no es que como los anglos quiera ser unique, "excepcional"..., porque para mí el primario atractivo en el bello sexo es yuca de ver a primera vista, pero al verlo mis glándulas comienzan a secretar…. eso me ocasiona al ver ese precioso botoncito cual flor anudada que llamamos ombligo…. Eso, que para otros es un insignificante detalle corporal, a mi me dice tanto sobre la mujer porque al verlo siento me habla, me comunica su encanto, su virtud, su genio, su carisma, su defecto…. Yo, si me propusiera, podría escribir un catálogo de 900 páginas de los diferentes ombligos femeninos que he observado y que me parecen hablar, comunicar, verbalizar…., su morfología expresa su vasta densidad de elegancias, gentilezas, bizarrías…, porque hay ombligos femeninos redondos, ovalados, oblicuos, verticales, horizontales, chatos, profundos, pronunciados, articulados.-… etc, etc, etc.... El ombligo es único y singular en el bello sexo pues, por otro lado, yo me distingo del gusto a primera vista del común y mundano que resalta su deseo sexual al ver pares, plural…, a ellos quizá embelese su vista un formidable par de seductores e irresistibles pechos con sus pezones duros y cobrizos, o unas encantadoras y primorosamente paradas y curveadas par de nalgas que inmediatamente lo hace a cualquiera fantasear cómo se verán a la orilla de la cama, o bien un fogoso par de torneadas piernas que cuando, en mis fragosos tiempos, las alumbraba de lado un rayo de sol, yo observaba sexualmente enaltecido esos finos albos vellos… que me paraba… los pelos de punta… Y cuando yo era young and restless penetrar con mi dedo índice o medio un precioso ombligo XX era como fumarme una lata de mota…. Pero volviendo al factor por el cual mi matrimonio ha durado tanto quizás ha sido porque desde que me casé sigo aquel pulcro y sabio proverbio que quizás lo trajo un extraterrestre porque es tan paloma de ejecutar y es aquel que dice que como hombre casado por lo legal, por la iglesia, por el amor, y por lo…., puedo ver pero no tocar, puedo hablar pero no susurrar, puedo mojar pero no eyacular…., pero lo más safety en mi caso ha sido mi habilidad que cuando llegan esos momentos de debilidad donde uno la podría cagar de amores como Saúl Flores..., he logrado convertir mi semen en poesía.

Te digo ¡hi!, no contestas,
te digo bye, ni aún miras
le escribo a una roca,
lloro al agua,
resucito al viento...
cuántas cosas haría
para provocarte, amor mío!.

Me acerco, te alejas,
me desvío, te acercas...
es como reñir una rosa,
agredir la nieve,
o morder el agua…
Cuánto yo daría, cariño,
por penetrar tu belleza...

Siento tu pasar cuál vereda sinuosa
te hablo de reojo,
y rozando te abrazo...
¡Mirá mi amor lo que son las cosas!,
hoy te encierro en mi mente
para no pensarte...

Te miro, disimulas...
y tu frialdad me enciende,
sin verme, sabes te miro,
escuchas sin oírme...
¡mi amor! Cuánto sacrificio
para robarte un átomo...

Y mi otro me jura
que antes  de llegar a la cloaca
me enfocarán tus ojos,
girará tu cascada cabello cobrizo,
y con tu pose maliciosa,
y una inolvidable sonrisa
me dirás: ¡Hola!

Las musas me guarden de tu amor…

Tamen
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