Si hay algo que
considero personalmente vale su peso en oro es la amistad, ese contacto cerrado
o abierto y tan viviente que hasta los animales inferiores lo disfrutan.
Del elefante dicen los que saben de estas ondas que no hay otro animal
que hasta ahora tenga un banco de memoria tan agudo que es superado sólo por terrícolas.
Ese sentimiento fraterno es inmortalizado por un sencilla facultad cerebral: el
recuerdo..., sin recuerdo no hay amistad... como tampoco hubo amor... Y en todo
este sentido animal de hermandad y sosiego, calor, paz y amor, la religión ha
instituido un puente inmortal en el mundo cristiano y con muchas muy diferentes
religiones, creyentes e incrédulos, que también la sienten y celebran... Esa es
la Navidad..., que celebra honrando el "nacimiento del mesías"...
Independiente
de la crítica argumentativa tocante el causa-efecto religioso, mitológica o comercial, yo considero el sentimiento navideño un
legado positivo en el transcurrir viviendo como terrícola... ¡puta! que paloma
sería la vida solo vivirla en rutina diaria. Navidad y Año Nuevo son una
pausa de encuentro o reencuentro humano, un signpost espiritual... un referente de amistad, amor, paz, esperanza
y caridad...
¡Y el sabroso e
infaltable calor familiar!.
Mis mejores
deseos a todos mis amigos virtuales y reales, porque todos disfruten en estas
fiestas ese momento que he querido describir.... o como a cada quien le guste disfrutar...
Guías de luces
blancas, verdes, azules, rojas…,
un arbolito, un
nacimiento, estrellas y fulgor,
un suéter, una
chumpa, y una chispa de calor.
¡Navidad su
conmovedor espíritu arroja!...
Vela en mano
la procesión sigue su camino,
busca asilo
la familia del reservado a la cruz
cada noche y
en cada casa oran los vecinos
alabando la
llegada del que trae nueva luz...
Un abrazo y un
regalo, un beso de amistad,
una canción,
una fiesta, un baile y un rubor,
una misa, un
llanto, una nostalgia y un amor...
¡mezcla de
tristeza y festejo, eso es Navidad!
En la mesa
de Nochebuena hay una silla vacía,
entre
congoja y júbilo la emoción es elocuente
y flota
perenne sin destruirlo ni aun la lejanía,
viaja el
alma familiar... evocando su ausente...
Una carta, una
tienda, un tráfico, un ladrón,
un vestido, un
perfume, cerveza y cigarros,
fulminante, una
estrellita, humo y petardos.
¡El espíritu
navideño subyuga la nación!
Hay un
tiempo para todo que nos deja su huella,
y forma la vereda del camino que nos conduce
al divino
enigma, y la reflexión abre e introduce
el misterio
del Creador que la Natividad destella.
El sufrimiento,
el dolor, el sacrificio y denuedo,
la carestía y
abundancia, el temor y prepotencia,
la injusticia,
el desengaño, el poder e impotencia,
¡Vestigios del
pasado, resolución de Año Nuevo!
Tamen
.
Tamen
.
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