miércoles, octubre 02, 2013

TONTOCRACIA IV…La TIMO-CRACIA y su llanto cocodrilo.


Petición URGENTE a santa claus pa’ navidad: Que please se eliminen las chupe-becas plazas SUPERFLUAS a “parlanchines” y “juerces” centroamericanos.

PROYECTO DECRETO       ciencia ficción     misión imposible
CONSIDERANDO: que por sabia real costumbre son ignorados los “frutos” de parlamentarios y jueces centroamericanos

El honorable congreso del pulgarcillo:

Para mejor proveer, además de exhortar a la majada ser menos tarugos y tarugas:

DECRETA

Art. 1.  A velocidad luz se DEROGA el derroche estéril de recursos a tales pulgas.

Art. 2   CERO asignación presupuestaria para gastos PARLACEN y de la CCJ.

Art. 3.  Reducir el número de diputados locales a un máximo de seis... o diez.
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¿Que como dice que dijeron decir diciendo que habían dicho?
Hay bromas y pesadillas democráticas con incienso sobre el avance cangrejo.

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Parece inverosímil, increíble, insólito, inaudito, y pues (casi) improbable, que puedan existir elefantes negros. Hay hoyos negros en el universo, dicen los chambres científicos. ¿Pero elefantes negros? Ni en el infierno (oficial) se escucha tal afirmación. Pero, siempre hay peros. Y tales peros, los más perros, hay que buscarlos en el real infierno: aquel reinante en nuestro mundo visceral de remedo democrático.
Luego de la blasfemia mal-vivencia a que se sometía a la marabunta poblana bajo regímenes coloridos de reyes y emperadores, a grito efervescente con palo, patada y trompadas bravías, logró cuajarse la proclamación de separación de poderes en el entramado de la politiquería como mediana solución contra el joder absolutista. Con o sin la presencia de aquellas vetustas supremas figuras de dominio imperdonable surgieron las rarezas llamadas “monarquías parlamentarias” y las extravagancias encumbradas llamadas “repúblicas”.
Si las elecciones son el juguete predilecto de las democracias, la creación de la figura parlamentaria dizque constituyó la obra máxima en el ejercicio democrático del poder. Los parlamentos, ordinariamente son una institución cuya existencia representa la esencia de la representación ciudadana.
Efectivamente, en camino perfeccionista, lento pero con muestras de progreso, la representación variada y generalizada ha ido calando y haciendo presencia, de manera que casi todos los intereses entran al juego del escenario político bajo el turbulento quehacer parlamentario. Como siempre, no podemos escapar al cosquilleo malinchista, pues tenemos que acudir a los ejemplos extranjeros de los pocos países que marcan mayor desarrollo y terrenal envidia en la materia.
Bien por el más allá ¿Y qué hongos en el más acá? Nosotros, los pulgarcillos, no nos quedamos rezagados. Hay vamos como pulga inseparable con la “vanguardia” desarrollista. Disponemos de parlamento. Incluso, tenemos un parlamento centro americano. Uno y otro a viva voz hacen gala de ser fruto del juego y avance democrático, siendo sus miembros elegidos en votaciones con aceptable decencia.
Hasta aquí la canción se oye bien, pero los peros se vuelven perros cuando visualizamos sus detalles cantinflescos, los que dan paso ya no a pesados elefantes blancos, nomenclatura que Wikipedia nos aclara es atribuida a posesiones que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan, o a aquellas que proporcionan beneficio a otros, pero que únicamente ocasionan problemas a su propietario. Si no a los German Monster Elefantes Negros. Una categoría malandrina peor en vista de sus frutos.
En el pulgarcillo, donde tenemos el queso duro-blando, la Sexta Decima calle poniente, el atol shuco o chuco…. para variar, no puede faltar el pelo podrido en la sopa: también furulan con su amargo aderezo: un elefante, dos elefantes, tres elefantes… un chingo… se balanceaban… pero no por cantar y danzar en pipil… sino por su macabra comparecencia y/o displicente jurisdicción.
Calificar de elefantes negros a los tales nuestros parlamentos no es un exabrupto; implica más que exageración, simplemente aunque lamentable tajante descripción. Y no vale como atenuante, enarbolar que otros son iguales o peor.
¿Por qué tanto guiri-guiri? ¿Cuál es el escándalo?  ¿Cuál es el reparo o reproche?
A veces resulta más que fea la punta del iceberg. Para muestra un botón dice la costumbre. Y que botón resulta ser el siguiente: Da grima, risa nerviosa, rabia poética  con multivariado enjambre de emociones dantescas, ver danzar alegremente intransigente de desaparecer a la churria democrática. Solo en mayo/2013, nuestros flagrantes parlamentarios “humildemente” (pobrecillos) hicieron valer sus dotes de sacrificados servidores públicos, fenestrando $ 70 mil dolarucos en viajes “oficiales” al exterior. Sólo en un mes.
Que no haya color colorico que se escape del sacrificado placer de “viajar” a la extremadura del extranjero lejano, es natural y simbólico de la petrificante partidocracia que nos embarga: timo-cracia a borbollones de pureza inigualable.
La cultura prepotente del Ni… me importa:
Viajes “oficiales” es la jerga usada para amansar cualquier protesta si se le llama, al pan pan y al vino vino. Son viajes plagados de entuerto placer pagados con el bolsillo ajeno. A estas alturas del siglo XXI, resulta ofensivo a la inteligencia poblana, pretender los “sospechosos” patidernos padres de la patria culpables del delito de desfalco flagrante a plena luz diurna y nocturna, exigir a sus “detractores” ocupar energía neuronal para justificar/demostrar que los tales entuertos de vagancia parasitaria no son lo que evidencian ser, aunque de oficial únicamente tienen al sujeto que se va de juerga al extranjero. Estos son los viajes Ni.
Ni son necesarios, ni dejan nada al país, ni siquiera hay un reporte pajero:
    • …y me reuní con el secretario jefe del asistente suplente del vice-ayudante interino principal asesor del inmediato superior… y me reuní con…. ¿? ¿? ¿?..., y acordamos volver a reunirnos solemnemente … en la praviana… por elemental reciprocidad,  no porque nos entretenga la “juerga”
Indudablemente dejar un reporte de que trabajos de “entretenimiento” tuvieron afanosamente que realizar con el sudor del que paga la factura, ese que no escapa al pago del IVA, que al contrario, dejó de recibir las medicinas pues no hay suficientes fondos, y etc. etc., es una tarea “inconveniente”, imprudente, e invasiva a la interior privacidad sagrada de sus colegas.
Y no hay ni pena ni vergüenza. Ni tampoco es atenuante para algunos decir que ellos a diferencia de los otros, ni viajaron en primera clase.
Además, las compras de laptops (casi nada: $ 144 mil), puesto que necesitan entretenerse ¿charloteando? mientras sus colegas hablan paja en el pleno cuando enarbolan los discursos diatribas de siempre. Pues ni les alcanza para pagar su compra con fondos propios.
Qué decir de los sobresueldos por ser jefe de fracción, secretario, vicepresidente, ron-roñero, sal-sero y por supuesto, viaje-ro. ¿Y los bonos a mitad y final de año? Otros $ 700 mil dolarucos anuales por los descansos. Purísimo despilfarro. ATRACO neto a plena luz del día.
Por suerte, se paró el pretendido aumento de nada menos que $828 mensuales para los 20 diputados presidentes de comisiones. ¿Quiénes son los verdaderos mareros?
Ni sería el colmo que los padres y madres de la patria decretaran su natural asignación para compra de viagra, que para evitar la mal-pensada múrmura, podría asimilarse como partida presupuestaria para gastos de representación verbal en dosis de viagra pa’ la verborrea.
Se proponen aumentar la asignación presupuestaria. Dice un valiente padre de la patria…. ¡Que den gracias, que Ni siquiera lo aumentamos en el equivalente a la inflación! o el 5% que recomiendan las elementales normas del presupuesto ¿? ¿? ¿?. Magre mía: estos cuates, jejeje, sí que son jayanes, salvajes, vale-verdu-legos. Bueno, bien o mal, para el juicio final el supremo les compensará que sean menos malandrines. Amen. La lista de inocentes “travesuras” es galopante.
Eso de importar institucionalidades modernas y omnipresentes en terruños del primer sobre-mundo, terminan resultando, lamentablemente, en fusilic deplorables; que son duros de roer y blandos desfalcos bochornosos al devenir democrático.
Considerando los detalles peculiares y réditos que arroja nuestro ejercicio parlamentario, es un lujo extremadamente ofensivo que haya tantas sillas di-puta-diles. Para una nación pobre. Demasiados caciques y pocos chaneques, es otro síndrome que explica en parte porque somos subdesarrollados.
Hoy son 84 di-puta-dos. Eran 64. Pero “científicamente” se inventaron de vergazo 20 sillas adicionales, con la paja de tiangue que el país necesitaba más representación. El trabajo duro-blando radica en el ejercicio teatral de disfrazarse como señor o señora diputado(a). Pero el verdadero “pleito” y juramento de fidelidad radica en lograr meterse en las posiciones seguras de amancebarse la silla ganadora en la lista de candidatos conforme a las expectativas electorales.
Sí que es ofensiva para la ciudadanía esta forma de “generar” empleo para que haya menos pobres…. Entiéndase… menos pobres “dirigentes”, y de los cercanos y conexos  innecesarios (se dice que son al menos 769 chinguenguenchones por las gracias de contratar como asesor ¿? al hijo, la pareja o parejo, a los encargados de los bártulos y cuchi=criles, más los etc. y etc. integrantes VIP del circulo de afortunados privilegiados que adorna nuestra folklórica politiquería.
Ya que el 99.99% de las decisiones sanamente son tomadas por los “líderes espirituales” supremos de los partidos que mandan y designan elegidos, no es exagerado sugerir que se reforme la plantilla diputadil, a un máximo de un senador por cada enjambre que logre sacar más del 10% de los votos.
Total # diputados:   seis ó menos si es “posible”. Pa’ negociar y satisfacer la agria gula partidocrática, podría aceptarse dramatizando, un máximo de 10. Ni uno más.
No hay significativo pereque por un cambio tan ventajoso como el elucubrado, pues al final, quien hace el trabajo son los chaneques asesores técnicos, los reales obreros. Y sobre cómo votar la legislación, que se den falsa “paja” y riata con derecho a show mediático los honorables secretarios de partido.
  • El ahorro, sería descomunal, más de $50 millones por año ($58.5 millones es el presupuesto para 2014 y pretendían que fuese casi $70 millones). Con lo que se podría duplicar el presupuesto de la UES, o hacer menos insuficiente la dotación de medicinas de los hospitales públicos, más escuelas, atender más en serio (con $$$$$) el tema de las pandillas, etc.
  • El efecto negativo: ninguno. Bueno, para ser preciso, diríamos que es mínimo: unos cuantos potenciales “pobres” más: los 78 o 74 burrócratas  que dejen de ser di-puta-dos y los 769 asesores paracaidistas cuyos nombres y salarios son dignificados celestialmente como confidenciales . Conste que no hay llanto de cocodrilo que soltar, ya que tales cifras son liliputienses: no son nada frente a millones de pobres reales que detenta el país.
  • El cambio ni sería difícil ni traumático. Meramente se estaría institucionalizando lo que es una costumbre y práctica diaria.
  • ¿Anarquía, involución o atentado contra la rupestre nuestra democracia? Por el contrario, menos despelote, realismo y ahorro útil de fondos públicos en secretarias, vehículos, gasolina, comidas y bebidas, pasaportes diplomáticos, bonos, viáticos, viajes, laptops, papelería, asesores patraña, etc.
Ver “trabajar” nuestro parlamento, hace recordar los capítulos de los Soprano donde aparecen los obreros de una construcción echando “riata” y a los colegas “dirigentes” representantes del “men”, sentadones tratando de sofocar el calor con cerveza e intercambio de chistes, mientras se “termina” la jornada de “trabajo” y “acreditan” su jugosa aparición en las nóminas de pago.
Como confiesan con abierto cinismo en la página web de la pulgarcita Asamblea Legislativa, en su respuesta # 6 a preguntas frecuentes, queda super clarísimo que:en la práctica, la democracia no es perfecta.
Ya que ha estado de moda la petición que “sinceremos” la economía exigiendo recortes al gasto público y ajuste de precios (baja de salarios reales, alza de tasas de interés, ajuste del tipo de cambio, etc.).
Siendo coherentes también ajustemos, REBAJEMOS el precio-costo de la democracia nuestra y cince-liemos la representación parlamentaria, como parte de la reforma del estado.
No sólo se debe “combatir” el déficit fiscal. También hay que reducir el déficit democrático que embadurna nuestros destinos y ataranta el progreso.
OJO, que lo “piojo”, lo insuperable, la mayor desgracia confirmativa de la evolución “cangrejo” del proceso de desarrollo político del istmo en la historia reciente, es nada menos que el Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Este sí que es el elefante negro que gana la competencia en desfalco al ejercicio democrático. 20 ONEROSOS diputados por cada país, lo que significa perder la oportunidad de brindar útilmente al menos 300 becas para estudiantes universitarios.
Derroche basura en 20 becas para holgazanes a quienes hay que financiar sus reuniones de cafetín (y barra por supuesto), en las que “discuten” acaloradamente sobre cómo se encuentra la “temperatura” sentimental política del istmo y del mundo mundial mundano, para luego, a lo sumo, emitir sendos inservibles pronunciamientos miniatura, Por supuesto y por la chiripiolca gracia, son NO VINCULANTES, de altísima “calidad” pronunciativa que luego hay que seguir digiriendo en la jodarria “oficial” nocturna.
Por su parte el actual Presidente de la República panameña (Ricardo Martinelli) ha calificado a esa entidad como “lugar donde van a PARRANDEAR y CHUPAR con IMPUNIDAD.
Indudablemente los hoteles y lugares de exclusivo “entretenimiento” adulto chapín, protestarían por la desaparición de este mercado “oficial” que detentan. Pero, por lo demás, no hay bronca. Estos no llegan ni siquiera a presumir el noble reconocimiento de INUTILES que ostentan sus colegas locales. La verdad es que no le sirven ni a unos ni a otros.
Al PARLACEN (y también a la Corte Centroamericana de Justicia – CCJ – 6 becas más de vagancia mohosa cuyas resoluciones, escazas por cierto, nadie toma en serio) no hay que “cinceliarlos”. Allí no vale el simple cincel-tijerazo. Tampoco darle funciones invasivas a musarañas gemelas para justificar seguir manteniendo prebendas parasitarias pa’ la holgazanería y chupe con impunidad.
Se necesita “machetearlos”; recordando como dice la sabiduría popular: “muerto el chucho se acabó la rabia”. Así de simple, por decreto, en forma pacífica y respetando el estado de derecho.
Igual que en otros desvaríos y buscando el lado chespirito del problema digamos que no siempre hay que matar al pobre chucho para remediar la rabia. Reclamemos barrer el miel-delismo que rezonga nuestro remedo democrático, demandando una reconstrucción de las instituciones que tienen alguna utilidad para que tengan la dimensión y ejercicio decente que necesita y demanda el buen vivir civilizado, conforme es ilustrado por el modernismo que alcanza a visualizar el presente desarrollo del pensamiento político.
Aquellos son males MEDIO necesarios, y en consecuencia la tarea ciudadana no necesariamente tendría que ser quemar los barcos, pero si limpiarlos del ripio y rapiñas. Algún día menos pensado… Así será. Amen
¿Cuantos di-puta-dos se “necesitan”? ….. MUY MUY MUY POCOS y únicamente locales. Y en cuanto a “leguleyos”, tenemos suficiente con los propios.
                                                                Tamen

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