por Herlinda Villanueva
Simulando un arma de fuego en sus nerviosas manos, camina con sigiloso paso; luego se esconde entre la maleza, tras los postes o las puertas;! De pronto ve su objetivo!,.. apunta, !... dispara!, y luego grita desesperado: !"Le dí, lo maté "!; de repente cae de rodillas, lanza su rústica arma al suelo y llora mirando al cielo, mientras dice: "Dios mío ¿qué hice? !!!!... lo maté!... ¡lo maté!.
A veces no conoce a las personas, entonces es el General del Ejército y exige respeto y admiración.
Da órdenes a todos, demanda un saludo especial, castigando con flexiones , sentadillas y lagartijas al que ose desobedecerle!;... otras es el obediente y sumiso soldado con su fusil imaginario al hombro que marcha sin cansarse repitiendo:"Uno, dos..tres... de frente... march... descanso".
No me gusta cuando se torna violento y agrede.
En su fantasiosa mente, vive una guerra sin fin, donde ataca, defiende, muere, salva y mata!.
Siempre usa aquel viejo uniforme desgastado por el uso; su gorra desteñida por el tiempo y un trozo de madera al hombro como su arma.
Me duele ver a Remigio lejos de la realidad, hablando incoherentemente; preguntándose en su mente desquiciada, cuando terminará esta agonía?.
Prefiero recordarlo cuando era un niño sano, inteligente, con las mejores calificaciones en su escuela, con sus sueños y esperanzas juveniles.!
Hoy día sus cuadros de honor cuelgan en las paredes de la humilde casa de sus padres, como un lejano y doloroso recuerdo..
Un niño que fue transformado en hombre violentamente de la noche a la mañana, cuando el ejército lo reclutó.
Necesitaban soldados para una guerra, una guerra que destrozó sus ideales.! .
Sus sueños y anhelos de ser MÉDICO, se desvanecieron.
Doce largos años de guerra, un niño entrenado para matar, para defender a su patria.
Un niño a quien le despojaron los cuadernos y le dieron un arma; le quitaron los bolígrafos y le dieron municiones!.
Un niño a quien la guerra cruel le mató el alma!.
Fue reclutado la semana que cumplió sus quince años de edad.
Regresó a su hogar a los veintitrés. Remigio ya no era el mismo, tuvo que ser recluido en un sanatorio mental, bajo tratamiento psiquiátrico!.
Ahora no duerme en su hogar, no come sano.
Camina por valles, montañas y ríos, peleando una guerra psicológica consigo mismo, tratando de reencontrar su lejana paz interior.
Captura reptiles y los cuelga en su cuello y cintura, como trofeos de guerra; luego los cocina y los come con una delicia inexplicable, mientras canta canciones de guerra, frente a una fogata, que le da calor y le sirve de cocina.
A veces por la noche se le escucha llorar, pidiendo perdón por algo que hizo; otras se tira al suelo como un niño, cubriendo sus oídos con desesperación!.
Ya no quiere escuchar el ruido de bombas, granadas y metrallas en su agotado cerebro!. Ya no quiere ver esa película de muerte y terror!
UN PRISIONERO DE GUERRA EN TIEMPOS DE PAZ!, eso es Remigio.
Si un día te lo encuentras, puede ser que te salude humildemente y te pregunte en que te puede ayudar; o quizá te exija que le honres con decoro y respeto, porque el es tu capitán; otras quizá solo te parta el alma, verle llorar!.
El está huyendo de esa guerra, que le robó el alma, la ilusión, la memoria, su inocencia, su niñéz!.
Habita en las calles, vigilando que nadie ataque su trinchera, su patria, su cuartel.
No da tegua a su enemigo, hasta verlo caer.
Psicosis de guerra, una guerra sin armas, sin cuartel, sin general, sin razón de ser.!
Esos son resabios, recuerdos de una guerra, una guerra fraticida que dejó a Remigio sin su ojo derecho, sin una de sus preciadas piernas y sordo para el mundo exterior.
Mi regalo para Remigio, en esta navidad, es su sueño de paz, paz física e interior; quiero devolverle su niñez, su candor, su ilusión de paz mundial, su anhelo de libertad.!
Oh querido Remigio yo te quiero regalar, una patria de ensueño, un mundo de paz!, donde no se oigan, nunca más los cañones, ni una granada, jamás explotar!.
Una patria, sin odios, sin mañas, donde los niños juegen con seguridad! donde tus sueños se cumplan, tu más caro anhelo :" tu libertad".!.
Un mundo sin niños mutilados, donde la codicia del hombre, no destruya, no corrompa tu nombre, donde no tengas que sufrir nunca más, donde no haya guerras, ni rencores, donde no hayan dudas, ni temores, donde haya por siempre igualdad social, y ni siquiera sombra de guerra mundial.!
Para todas las naciones, para todos los soldados del mundo, vaya este mi sueño de paz.!
Prestado de Cuscatlán
Tamen
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